martes, 13 de julio de 2010

Ellos entonces poseen los templos. Vosotros en cambio la tradición de la Fe apostólica



Hoy los modernistas pseudo católicos detentan el poder y son mayoría en las instituciones visibles de la Iglesia, tal como ayer lo fueron los herejes arrianos, sin embargo el verdadero catolicismo vive en los pocos católicos tradicionalistas que mantienen con fidelidad y heroísmo la fe heredada de los apóstoles, hoy combatida desde dentro y fuera de la Iglesia. Jesús con gesto viril echo a los mercaderes del templo, nosotros que haremos...


“En aquel tiempo se acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: -Quitad esto de aquí: no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre. Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora.»

Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron:-¿Qué signos nos muestras para obrar así?Jesús contestó:-Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.Los judíos replicaron:-Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días? Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la Palabra que había dicho Jesús.Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no se confiaba con ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque él sabía lo que hay dentro de cada hombre”.

Recordemos queridos amigos que cada año en la cultura judía, el varón debía viajar a Jerusalén con motivo de tres fiestas: La pascua, Pentecostés y la fiesta de los tabernáculos. La pascua, que es la fiesta que nos menciona el evangelio de hoy era la más importante. Le recordaba a un judío el día de la liberación de la esclavitud en Egipto. Jesús es respetuoso del Templo, de niño a los 40 días de nacido es allí presentando, a la edad de 12 años le vemos allí haciendo la voluntad de su padre… El Templo para Jesús era un lugar de encuentro con su papá. El relato que nos presenta el Evangelio de hoy con los mercaderes del templo tiene un significado profundo. Ir más allá del texto nos va a llevar a comprender algo maravilloso.

Siempre lo he aprendido y eso me ha fortalecido… Jesús no va a tener tiempo de ocuparse de una mesa con monedas, palomas, utensilios.. Jesús se va a ocupar de las mesas que en el mundo son escenarios donde se trafica el amor, se comercian afectos, se venden ilusiones, se roban sueños, se hipotecan sentimientos y se esclaviza el corazón. No puede ser justificación esta aplicación en la vida de los que tenemos que echar mano de diferentes recursos para construir nuestros templos o conseguir algo que necesitamos. Somos los primeros llamados a evitar que el templo sea un lugar donde los toldos llenos de accesorios se roben el centro y el fundamento. Vuelvo y repito, especial cuidado por esto, pero apuntando a lo más importante como es no permitir que nuestra vida, nuestro cuerpo se conviertan en plazas, puertos de comercio donde se negocia la integridad.

Somos templos vivos de Dios y la furia de Dios se desata cuando encuentra en nuestras vidas letreros que ofrecen al mejor postor la venta de los valores, cuando se pone en alquiler la dignidad y con un pasón de manos se prueba la mercancía, el látigo de su palabra se cruza en medio de nuestras debilidades y vuelca nuestra conciencia esparciendo por el suelo nuestros placeres y nuestra iniquidad. Templos vivos de Dios llamados por Él a ser edificios cimentados sobre roca firme y no sobre arenas movedizas.

Ir más allá del texto nos va a permitir hacer una revisión de esa relación mercantilista que en ocasiones manejamos nosotros los creyentes con Dios. El doy para que me des entra en el plano de lo comercial, así como el ofrecer promesas a cambio de milagros, ofrendas monetarias a los pobres en forma de mercados que nunca llegan a cambio de aumentar nuestro pecunio y empobrecer mas a los que menos tienen, halagos y meloserías en medio de la enfermedad o lágrimas de cocodrilo en los momentos de necesidad para “comprar” con eso a Dios.

También las familias son Templos y la furia de Dios los cobija cuando la infidelidad se tiende a cada paso sobre la mesa de la debilidad, cuando la indiferencia se exhibe y toca la vida de todos, cuando el perdón aparece detrás de la vitrina del orgullo y los valores se han envuelto en el papel del olvido, la fe se ha puesto en el rincón de los desechos y la esperanza no hace su asomo desde el día que se puso la mirada en lo material olvidando lo verdaderamente esencial. Los afectos de familia, el respeto y el dialogo se vendieron pagando tres por uno y la familia como hogar paso a ser una tienda de abarrotes donde sus miembros son simplemente socios que buscan ensanchar los graneros del egoísmo y la división.

Amigos, el templo es Jesús… no cabe duda, destruiré este templo y lo reconstruiré en 3 días, hablaba de su resurrección… no se entenderá todavía, la comprensión de eso se tendrá cuando descubran que el centro no era lo material, el edificio, los adobes cocidos; el centro era aquel que en el templo les hablaba.

La predicación de Jesús siempre va a apuntar a eso… ser capaces todos los hombres de encontrarnos en Él, en su Palabra para de esa manera descubrir que es el camino que nos lleva a su Padre. El verdadero templo es Jesús mismo que nos invita a congregarnos, reunirnos Por Él con El y en El para dar gloria a Dios.

Algunas personas se han valido de este texto para argumentar la ira de Dios, su enojo. pienso que el texto en ningún momento apunta a eso, lo esencial es presentar a un Jesús incómodo, desconcertado, decepcionado con nuestras actitudes, un Jesús que nos quiere recordar el don precioso de una vida que ni se compra ni se vende. Es muy fácil hablar de la ira de Dios, sería más fácil hablar de sus enojos por mis pecados, ahí dejaría de buscar justificaciones y trataría de pasar la hoja para no poner a sangrar la herida. Jesús es a diferencia de nosotros un ser sin rastro de maldad y ambición que es en definitiva lo que provoca nuestras iras.

Jesús sabe lo que hay dentro de cada hombre, así termina el Evangelio, saber esto nos debe llevar a un compromiso de vida, algo que el mismo denunciaba fuertemente: no es lo de afuera, no es el culto vacío, no son las apariencias, no es lo externo, no es el templo material… es lo de adentro, es el alma conectada a Dios, es ser uno mismo, es lo esencial, es el esfuerzo por construir día a día la vida como un verdadero templo espiritual.

Es muy fácil vender algo, cuan difícil conseguirlo; es muy fácil ofrecerse, cuán difícil es valorarse; es muy fácil ponerle precio a la vida, cuán difícil es donarla, es muy fácil adquirir las cosas por el camino fácil, cuán difícil es lucharlas, es muy fácil querer comprar a Dios, cuán difícil es querer ser sus amigos.

Ellos entonces poseen los templos. Vosotros en cambio la tradición de la Fe apostólica nos decía San Atanasio


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