sábado, 21 de marzo de 2009

El arzobispo Alfonso de Galarreta sucesor de Williamson denunció que hay una "persecución" a los lefebvristas


El arzobispo Alfonso de Galarreta, quien sucede a Richard Williamson en el seminario de la Reja, denunció una persecución "desproporcionada" y "violenta" hacia los miembros de la Fraternidad San Pío X, orden a la que reivindicó como "la verdadera Iglesia y fe católica".

"No hay proporción entre el motivo, la causa grave, y el efecto violento que se desató contra todos nosotros, contra monseñor (Williamson), la Fraternidad, el Papa y toda la Iglesia", criticó el prelado lefebvrista al presidir la primera misa en la casa de formación sacerdotal Nuestra Señora La Corredentora.

La homilía de Galarreta fue pronunciada el pasado 15 de marzo, pero recién fue distribuida en las últimas horas por esa congregación en un archivo de audio.

Williamson se fue de la Argentina el pasado 24 de febrero, después de que el gobierno nacional lo expulsó del país, tras conocerse sus declaraciones a la televisión sueca negando el holocausto judío y la existencia de la cámaras de gas durante el nazismo.

Galarreta advirtió que los lefebvristas fueron objeto de un "ataque político y mediático" y de "una persecución, a veces sorda y otras veces más explícita", tanto por el "error" o "falta" cometida por Williamson como por el levantamiento de las excomuniones por parte de Benedicto XVI.

Pero justificó esa actitud al "miedo pánico" de "francotiradores" y "anarquistas" dentro y fuera de la Iglesia, a quienes, dijo, "por primera vez les empezamos a molestar de una manera seria".

En otro momento de su alocución, Galarreta rechazó el decreto de excomunión que pesó hasta enero pasado sobre cuatro obispos, él entre ellos, ordenados por monseñor Marcel Lefebvre, fundador de la orden, sin autorización del entonces papa Juan Pablo II.

"Aquel fue un acto para salvaguardar el verdadero sacerdocio católico, y por la tanto la verdadera fe católica. Un acto en defensa por la supervivencia de la santa Iglesia", sentenció.

Tras admitir que para los demás "estábamos condenados, estaba condenada la tradición católica, la verdadera fe católica", destacó la decisión del Papa de levantarles la excomunión.

"Por eso nos alegramos y agradecimos, porque lo cortes no quita lo valiente. Precisamente en cuanto nos quitó ese estigma, esa condenación de lo que representamos la verdadera Iglesia, la verdadera fe católica", insistió.

Galarreta consideró que el decreto que levanta las excomuniones allanó el camino para "discutir sobre doctrina y sobre fe con esta Roma" y permitió "a muchas almas poder acercarse a nosotros y acercarse a la tradición".

El arzobispo ultratradicionalista afirmó sin embargo que ese decreto del Papa "no responde a la realidad, ni a la verdad, ni la justicia", por lo que exigió "una verdadera rehabilitación, no solamente de nosotros los (cuatro) obispos, sino de toda la Fraternidad, pero sobre todo de monseñor Lefebvre".

No obstante, estimó que esa rehabilitación que los lefebvristas demandan "es imposible actualmente", porque debe venir de quienes "están muy lejos del camino de la fe", en alusión al Vaticano.

Galarreta dijo que la Fraternidad no está dispuesta a sentarse a discutir con la Santa Sede hasta que haya un debate doctrina sobre el Concilio Vaticano II.

"Sería el fin de nuestro combate. ¿Cómo podemos obedecer y ponernos a las ordenes de aquellos que comandan la demolición de la fe en la Iglesia, abrazando el oscurantismo y la liberalismo?", preguntó.

Sin embargo, anticipó que "sí estamos dispuestos a una confrontación doctrinal con Roma y dar testimonio de la verdadera de la fe y poder resolver esta crisis de la Iglesia que es Roma".

Galarreta calificó después de "verdaderamente interesante" la reciente carta de Benedicto XVI explicando a los obispos el porqué del levantamiento de las excomuniones, porque a su entender "confirma que Roma acepta y confirma nuestra propuesta, luego de quitar esos dos grandes obstáculos que eran la prohibición de las misas (en latín) y la censura canónica".

"Acepta poner en discusión el Concilio Vaticano II, es un gran paso", destacó.
Galarreta anticipó que será "una lucha desproporcionada, como David y Goliat, frente a la maquinaria del Vaticano", pero recordó que "fue David y no Goliat quien ganó la batalla, porque su causa era la causa de Dios y confió en Él".

Para escuchar la homilía completa de El arzobispo Alfonso de Galarreta Clickear aquí

http://www.fsspx-sudamerica.org/secciones/sermones.html

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