lunes, 17 de octubre de 2011

Urge Benedicto XVI acciones concretas contra el hambre


Ciudad del Vaticano. El Papa Benedicto XVI urgió hoy a la comunidad internacional a establecer acciones concretas para combatir el hambre en el mundo y deploró que los alimentos sean considerados una mercancía sujeta a la especulación.

En un mensaje enviado al director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Jacques Diouf, el pontífice advirtió que “ante la magnitud del drama del hambre” no basta invitar a la reflexión y analizar los problemas.

“Las imágenes dolorosas de las numerosas víctimas del hambre en el Cuerno de África han quedado grabadas en nuestros ojos y, cada día, se añade un capítulo más de la que es una de las catástrofes humanitarias más graves de los últimos decenios”, escribió.

“Ante la muerte de comunidades enteras a causa del abandono forzado de sus tierras, es esencial la ayuda inmediata, pero se necesita también intervenir a medio y largo plazo, para que la actividad internacional no se limite a responder sólo a las emergencias”, agregó.

El escrito, redactado en italiano, fue leído ante el pleno de la FAO -en su sede de Roma- con motivo de la Jornada Mundial de la Alimentación que este año versó sobre el tema “Precios de los alimentos: de la crisis a la estabilidad”.

Según Joseph Ratzinger, la situación de quienes padecen hambruna se ha complicado por la difícil crisis mundial que afecta a diversos sectores de la economía, condiciona la producción agrícola y la consiguiente posibilidad de acceso a los alimentos.

Estableció que, no obstante las dificultades, los gobiernos y otros componentes de la comunidad internacional deben esforzarse en desarrollar acciones eficaces que aseguren el respeto del derecho a la alimentación, que es parte del más amplio derecho humano a la vida.

Lamentó que la globalización permita a los individuos sentirse más cercanos, pero no les impulse a comportarse como hermanos, siendo solidarios con quienes menos tienen.

“Aunque vivimos en una dimensión global, hay signos evidentes de la profunda división entre los que carecen del sustento cotidiano y los que disponen de ingentes recursos, usándolos a menudo con fines ajenos a la alimentación, e, incluso, destruyéndolos”, sostuvo.

“Parece que se difunde lamentablemente por doquier la idea de que los alimentos son una mercancía más y, por tanto, están sometidos a movimientos especulativos”, apuntó.

El pontífice arremetió también contra los “frecuentes” intentos de justificar los comportamientos u omisiones dictados por el egoísmo y los intereses particulares, que no permiten el florecimiento de la solidaridad.

Llamó a asumir una actitud interior de responsabilidad, capaz de inspirar un estilo de vida distinto, con la sobriedad necesaria en el comportamiento y el consumo, para favorecer así el bien de la sociedad.

Una forma de conducirse que valga para las generaciones futuras, por su sostenibilidad, tutela de los bienes de la creación, distribución de los recursos y, sobre todo, el compromiso concreto por el desarrollo de pueblos y naciones enteras, insistió.

Destacó que esa nueva actitud “es todavía más importante si tenemos en cuenta que la disponibilidad de alimentos está cada vez más condicionada por la volatilidad de los precios y los repentinos cambios climáticos”.

“Por eso, hay que redescubrir aquellos valores inscritos en el corazón de cada persona y que desde siempre han inspirado su acción: el sentimiento de compasión y de humanidad hacia los demás, el deber de la solidaridad y el compromiso por la justicia”, estableció.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...