sábado, 10 de diciembre de 2011

Evangelio del día 10 de diciembre de 2011


Evangelio según San Mateo 17,10-13. Sábado de la II Semana de Adviento


Entonces los discípulos le preguntaron: "¿Por qué dicen los escribas que primero debe venir Elías?".
El respondió: "Sí, Elías debe venir a poner en orden todas las cosas;
pero les aseguro que Elías ya ha venido, y no lo han reconocido, sino que hicieron con él lo que quisieron. Y también harán padecer al Hijo del hombre".
Los discípulos comprendieron entonces que Jesús se refería a Juan el Bautista.

Comentario: «Los discípulos comprendieron que les hablaba de Juan, el Bautista» - San Afrates



Nuestro Señor da testimonio de que Juan es el más grande de los profetas, pero ha recibido al Espíritu con medida, puesto que Juan ha obtenido un espíritu semejante al que había recibido Elías.
De igual manera que Elías había permanecido en la soledad, así el Espíritu de Dios ha conducido a Juan a permanecer en el desierto, en las montañas y en las grutas. Un cuervo había volado para socorrer a Elías y alimentarle; Juan comía saltamontes. Elías llevaba un cinturón de piel; Juan llevaba un vestido de piel de camello alrededor de la cintura (Mt. 3,4). Elías fue perseguido por Jezabel; Herodías ha perseguido a Juan. Elías había reñido a Acaz; Juan riñó a Herodías. Elías había partido en dos las aguas del Jordán; Juan ha abierto el bautismo. El doble del espíritu de Elías se puso sobre Eliseo; Juan ha impuesto las manos a nuestro Salvador, que ha recibido el Espíritu sin medida (Jn 3,34). Elías abrió el cielo y se elevó, Juan vio los cielos abiertos y al Espíritu descender y posarse sobre nuestro Salvador.

San Afrates (? –hacia 345) monje y obispo en Nínive, cerca de Mosul, en el actual Iraq. Las Disertaciones, nº 6, 13

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