martes, 18 de mayo de 2010

Un arma poderosa : La Confesión - San Cirilo de Jerusalén


Ten cuidado de no desconfiar vanamente de la fuerza de la penitencia ¿Quieres saber cuánto puede hacer la penitencia? ¿Quieres conocer el arma poderosa de la salvación y quieres aprender cuánto puede hacer la confesión?.
Ezequías, por medio de la confesión, venció a 185000 enemigos (2 Rey 19, 35). Esto es ciertamente algo muy grande, pero es todavía pequeño si se lo compara con lo que voy a decir.
El mismo rey hizo cambiar, por medio de la penitencia, una sentencia divina que ya había sido promulgada. Cuando estaba enfermo, el profeta Isaías le dijo: "Debes ordenar las cosas de tu casa porque vas a morir y no vivirás más "( 2 Rey 20,1; Is 38, 1) ¿ Qué podría esperar? ¿Qué esperanza de salvación le quedaba si el profeta dice: "Tú morirás"?.
Pero Ezequías no se apartó de la penitencia. Acordándose de lo que está escrito: "cuando te conviertas gimiendo, entonces te salvarás" (Is 30,15), se dio vuelta hacia la pared y elevando su mente desde el lecho hacia el cielo ( ya que el grosor de las paredes no puede obstaculizar las oraciones que se elevan con piedad), dijo : "Señor, acuérdate de mí" : ( Is 38, 3), "porque para la curación es suficiente con que Tú te acuerdes de mi; no estás sometido al tiempo, sino que eres el que das las leyes de la vida. No vivimos por las leyes del nacimiento ni por el movimiento de los astros, como deliran algunos, sino que Tú mismo eres el legislador que según tu voluntad determinar el vivir y el cuando vivir".

Y con un signo que dio el sol retrocediendo (Is 38, 3), se le agregaron 15 años de vida al ya no le quedaba esperanzas de vivir después de recibir la sentencia del profeta. El sol, retrocedió por causa de Ezequías y por causa de Cristo el sol se eclipsó, no retrocediendo sino desapareciendo. De esta manera mostró la diferencia que hay entre uno y otro, quiero decir entre Ezequías y Jesús. El primero pudo hacer anular la sentencia de Dios. ¿ Y Jesús no puede concederte el perdón de los pecados?.
Date vuelta y gime por ti mismo, cierra la puerta y reza para que se te perdone, para que se te quite las llamas ardientes. La confesión puede apagar el fuego y pueden amansar las leones.
Hermanos, teniendo muchos ejemplos de penitencia y conversión de los que se han salvado, también ustedes confiesen alegremente al Señor, para que reciban el perdón de todos los pecados que han cometido hasta ahora y sean dignos de recibir el don celestial, así como también la herencia del reino de los cielos juntos con todos los santos.
En Cristo Jesús, para quien es la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

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