Ciudad del Vaticano, 19 may (EFE).- La profecía de Fátima es un mensaje centrado en la plegaria, la penitencia y la conversión, "que se proyecta más allá de las amenazas, los peligros y los horrores de la historia, para invitar al hombre a tener confianza en la acción de Dios", afirmó hoy el papa Benedicto XVI.
Ante más de quince mil personas que asistieron en la plaza de San Pedro a la audiencia pública de los miércoles, el Pontífice dedicó la catequesis a comentar su reciente viaje a Portugal, que le llevó a Lisboa, al santuario mariano de Fátima y a Oporto, donde fue acogido por cientos de miles de fieles.
El Obispo de Roma dijo que en los cuatro días de viaje exhortó a los creyentes, "en un país del que partieron durante los siglos misioneros para llevar el Evangelio por el mundo", a realizar una nueva y vigorosa acción evangelizadora en todos los ámbitos de la sociedad, "para ser sembradores de esperanza en un mundo muchas veces marcado por la desconfianza".
Benedicto XVI dijo que llegó a Fátima, la pequeña localidad portuguesa donde se produjeron en 1917 las seis apariciones de la Virgen a los tres niños videntes, como "un peregrino entre peregrinos" y volvió a reiterar la vigencia del llamado "secreto de Fátima", el mensaje que, según los tres pastorcillos, les transmitió la Virgen.
"Es un mensaje centrado sobre la plegaria, la penitencia y la conversión, que va más allá de las amenazas, los peligros y los horrores de a historia, para invitar al hombre a tener confianza en la acción de Dios, a cultivar la gran esperanza, a enamorarse de Dios, fuente de amor y de paz", afirmó el Papa.
La profecía de Fátima está dividida en tres partes y fue revelada por la Virgen a los pastorcillos Lucía, Jacinta y Francisco en 1917 durante las apariciones del 13 de mayo, 13 de julio y 13 de octubre, según el relato de Lucía, que fue la encargada de redactarlas y decidió revelar sólo las dos primeras partes.
La primera vaticinaba la muerte prematura de Jacinta y Francisco (que eran hermanos y primos de Lucía) y la segunda se refería a la visión aterradora del infierno, al final de la Primera Guerra Mundial y al estallido de la Segunda y predecía la conversión de Rusia y el fin del comunismo.
La tercera parte, la que más especulaciones desató e hizo correr más ríos de tinta, se conoció durante el último viaje de Juan Pablo II a Fátima, el 13 de mayo de 2000, para beatificar a Jacinta y Francisco y según el Vaticano se refería al atentado que sufrió el Papa Wojtyla en 1981 y a los ataques del comunismo ateo contra la Iglesia.
Durante este viaje, Benedicto XVI la "actualizó", señalando que la "novedad" que se puede descubrir ahora, diez años después de su publicación, es que el mensaje es para todo el mundo, "para todos los papas, que forman parte de la Iglesia".
Según el Papa teólogo, el mensaje de Fátima tiene una validez eterna y se refiere a los sufrimientos de la Iglesia en todos los tiempos.
"La novedad que podemos descubrir es que no sólo desde fuera se ataca al Papa y a la Iglesia. El sufrimiento de la Iglesia viene de su interior, de los pecados que existen en ella. Ya se sabía, pero hoy lo vemos de un modo realmente terrorífico", dijo el Papa, refiriéndose a los casos de clérigos pederastas.
Según el Papa, la Iglesia tiene "una profunda necesidad de volver a aprender la penitencia, de aceptar la purificación, de aprender el perdón, pero también la necesidad de justicia, ya que el perdón no sustituye a la justicia".
El portavoz vaticano, Federico Lombardi, dijo que el hecho de que Benedicto XVI haya "actualizado" el contenido de la Profecía significa que para el Papa el mensaje es una "clave de lectura del mundo y de los acontecimientos presentes a la luz de la fe". EFE
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