lunes, 30 de abril de 2012

“Madre mía, tengo miedo de ir en busca de Jesús sin Vos" - Santa Gema Galgani



“Madre mía, tengo miedo de ir en busca de Jesús sin Vos, porque, aunque misericordioso, sé que he cometido muchos pecados y sé también que Jesús es justo en el castigo. Os pido una cosa grande, ¿no es verdad, Madre mía? Pero ¿Qué he de hacer si lo que he perdido por mis pecados no lo hallo sino por mediación vuestra? Por lo demás, poco es lo que yo pido al lado de lo mucho que Vos podéis hacer por mí.”


Santa Gema Galgani

Evangelio del día 30 de abril de 2012



Evangelio según San Juan 10,1-10. Lunes de la cuarta semana de Pascua



"Les aseguro que el que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino por otro lado, es un ladrón y un asaltante. El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. El guardián le abre y las ovejas escuchan su voz. El llama a cada una por su nombre y las hace salir.
Cuando las ha sacado a todas, va delante de ellas y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz. Nunca seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen su voz".
Jesús les hizo esta comparación, pero ellos no comprendieron lo que les quería decir. Entonces Jesús prosiguió: "Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos aquellos que han venido antes de mí son ladrones y asaltantes, pero las ovejas no los han escuchado. Yo soy la puerta. El que entra por mí se salvará; podrá entrar y salir, y encontrará su alimento.
El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Pero yo he venido para que las ovejas tengan Vida, y la tengan en abundancia.


Comentario:


«A sus ovejas las llama por su nombre» - Juan Taulero





"Yo soy la puerta de las ovejas": nuestro Señor dice que es la puerta del aprisco. ¿Qué es, pues, este aprisco, este cercado, del cual Cristo es la puerta? Es el corazón del Padre en el cual y del cual Cristo es verdaderamente una puerta digna de amor, él que nos deselló y abrió el corazón hasta entonces cerrado a todos los hombres. En este rebaño, se reúnen todos los santos. El pastor es el Verbo eterno; la puerta es la humanidad de Cristo; por las ovejas de esta casa, entendemos las almas humanas, pero los ángeles también pertenecen a este rebaño...; el portero, es el Espíritu santo, porque toda verdad comprendida y expresada viene de él...
¡Con qué amor y qué bondad, nos abre la puerta del corazón del Padre y nos da sin cesar acceso al tesoro escondido, a las moradas secretas y a la riqueza de esta casa! Nadie puede imaginar y comprender cuán acogedor es Dios, presto para recibir, deseoso, teniendo sed de hacerlo, y cómo va delante nuestro en cada instante y a cada hora... Oh hijos míos, como permanecer obstinadamente sordo a esta amorosa invitación...: no le neguemos tan a menudo acudir esta invitación. Cuántas invitaciones y llamadas del Espíritu santo son rechazadas; ¡nos negamos, a causa de todo tipo de cosas de aquí abajo! Queremos tan a menudo otra cosa y no este lugar, en donde Dios quiere tenernos.


Juan Taulero (v. 1300-1361), dominico en Strasburgo. Sermón 27, 3º para Pentecostés

San Pío V, Papa - 30 de abril


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domingo, 29 de abril de 2012

¿Quién «dispara» sobre el acuerdo entre Roma y los Lefebvrianos?


Son días decisivos. Hace discutir la divulgación de una carta del secretario de Ecclesia Dei al superior del Instituto Buen Pastor en comunión con Roma

Por Andrea Tornielli – Ciudad del Vaticano – (22/4/12)


Los últimos y decisivos pasos que deberían guiar el regreso en plena comunión con Roma de la Fraternidad de San Pío X, fundada por el arzobispo Marcel Lefebvre se darán los próximos días: la Comisión Ecclesia Dei se reunirá esta semana para examinar la respuesta que ha sido apenas enviada por el superior de la Fraternidad, el obispo Bernard Fellay. Se trata, como ya se sabe, del texto del «preámbulo doctrinal» preparado por las autoridades vaticanas tras los coloquios entre la Santa Sede y los lefebvrianos, aunque con algunas modificaciones definidas por quien ha leído el texto como «no sustanciales». El examen del documento pasará luego a los cardenales de la Congregación para la Doctrina de la Fe y en último lugar llegará a la mesa del trabajo del Papa (que ya debería, de todos modos, haberlo recibido).


El momento es delicado: es sabido que tanto dentro de la Fraternidad, como en los obispados de los países en los que la presencia de la Fraternidad tradicionalista y también dentro del Vaticano,la oposición existe. Entre las filas lefebvrianas más radicales -que de hecho se acercan al sedevacantismo- el acuerdo está visto como una rendición a las propuestas de Roma: se habría debido perseverar en el combate hasta «convertir» a la Santa Sede retrasando el reloj de la historia de la Iglesia 50 años. Mientras en el otro frente se insiste sobre el hecho que Benedicto XVI ha tendido demasiado la mano con espíritu de reconciliación, mientras no se debe tolerar que haya católicos críticos con el Concilio Vaticano II:


Un ejemplo de este clima difícil, son las tensiones destinadas a multiplicarse en las próximas semanas, y la publicación de una carta reservada que el secretario de la Comisión Ecclesia Dei, Monseñor Guido Pozzo, envió en los pasados días al abbé Philippe Laguerie, superior del Instituto Buen Pastor, sociedad de vida apostólica de derecho pontificio que celebra según el antiguo rito litúrgico. La carta de Pozzo contenía algunas observaciones e indicaciones para el Instituto y era la continuación de una visita canónica que tuvo lugar hace algún tiempo. Su divulgación –según el abbé Laguerie- tuvo lugar para obstaculizar el diálogo entre la Santa Sede y los lefebvrianos.


En la carta, Pozzo hacía sustancialmente dos observaciones. La primera está relacionada con el uso «exclusivo» del misal de San Pío V, consentido por el Instituto. Ecclesia Dei sugiere no hablar de uso «exclusivo», limitándose a ratificar en los Estatutos del Buen Pastor que se trata del «rito propio» del Instituto. «La cuestión de la práctica de la forma extraordinaria, tan y como está formulada en los Estatutos- escribe Pozzo- tiene que ser precisada en el espíritu del Summorum Ponfificum. Sería conveniente simplemente definir esta forma como el "rito propio" del Instituto, sin hablar de "exclusividad"». Además hay que recordar que la constitución del Buen Pastor fue precedente al Motu proprio del Papa que en el 2007 liberalizó el uso del antiguo misal. Pozzo además toca el tema de las críticas al Concilio y escribe: «Más que en hacer una crítica, aunque sea "seria y constructiva" del Vaticano II, los esfuerzos de los formadores tendrán que estar dirigidos a la integridad del patrimonio de la Iglesia, insistiendo en la hermenéutica de la renovación en la continuidad y tomando como base la integridad de la doctrina católica expuesta en el Catecismo de la Iglesia Católica».


En sustancia, el secretario de Ecclesia Dei pide a los tradicionalistas ya en comunión con Roma el esfuerzo de profundizar las indicaciones de Benedicto XVI en la lectura de los textos conciliares. Pero la divulgación de la carta reservada habría sido hecha a posta porque contiene indicaciones que podrían frenar a los lefebvrianos que pretendan seguir a su superior Bernard Fellay en el camino de la plena comunión con Roma. «Hay personas en Roma muy desfavorables a cualquier tipo de acuerdo» entre la Santa Sede y la Hermandad de San Pío X, denuncia el abbè Philippe Languerie, en una declaración que aparece en algunas páginas web (http://blog.messainlatino.it/2012/04/parole-dure-di-don-laguerie-per-la.html?m=1)y recogida por la agencia AGI. «La divulgación –afirma el sacerdote tradicionalista, superior del Buen Pastor- ha llegado de facciones seguramente contrarias a los acuerdos,de clérigos o laicos, de la Hermandad de San Pío X».


«En poco tiempo –comenta Laguerie- por todas partes algunas personas se meten en lo que no les importa, aunque todos, obviamente están interesados. El fin no justifica los medios, para nadie». Respecto a la hipótesis de que ha sido precisamente un miembro de su Instituto quien ha difundido la carta, el superior le invita a unirse a los lefebvrianos más hostiles al regreso: «¡Qué vuelva, si verdaderamente esa es su proveniencia!» En cualquier caso –concluye con palabras de extrema dureza- se trata de un «político miserable decidido a hacer que se hundan los negociantes de la Fraternidad y a desestabilizar su Instituto... Un sacerdote incapaz de conservar un secreto profesional podría revelar también los secretos de confesión».




Tomado de: Santa Iglesia Militante

Abraza a Jesus crucificado, amante y amado - Santa Catalina de Siena





Queridísima hermana en Jesús. Yo, Catalina, sierva de los siervos de Jesús, te escribo en su sangre preciosa, deseosa de que te alimentes y te nutras del amor de Dios como del seno de una dulce madre. ¡Nadie, de hecho, puede vivir sin esta leche!

Quien posee el amor de Dios, encuentra en ello tanta alegría que cualquier amargura se transforma en dulzura, y todo gran peso se vuelve ligero. No hay de qué sorprenderse porque, viviendo en la caridad, se vive en Dios: "Dios es amor ; el que está en el amor habita en Dios y Dios habita en él".

Viviendo en Dios, por tanto, no se puede tener amargura alguna, porque ¡Dios es delicia, dulzura y alegría infinitas!

Es ésta la razón por la que los amigos de Dios son siempre felices. Aun enfermos, indigentes, afligidos, atribulados, perseguidos, nosotros estamos alegres.

Aun cuando todas las lenguas que hablan mal nos criticasen, no nos importaría, ya que de todo nos alegramos y disfrutamos, porque vivimos en Dios, nuestro reposo, y gustamos la leche de su amor. Como el niño obtiene la leche del seno de la madre, así nosotros, enamorados de Dios, obtenemos el amor de Jesús crucificado, siguiendo siempre sus huellas y caminando junto a Él por la via de las humillaciones, de las penas y de las injurias

No buscamos la alegría si no en Jesús, y huimos de toda suerte de gloria que no sea la de la cruz. Por tanto ¡Abraza a Jesús crucificado, alzando hacia él la mirada de tu deseo!
Considera el ardiente amor por tí, que ha llevado a Jesús a derramar sangre de cada poro de su cuerpo

Abraza a Jesús crucificado, amante y amado, y en Él encontrarás la vida verdadera, porque es Dios que se ha hecho hombre. ¡Ardan tu corazón y tu alma por el fuego de amor obtenido de Jesús clavado en la cruz!

Debes, entonces, transformarte en amor, mirando al amor de Dios, que tanto te ha amado, no porque tuviera ninguna obligación para contigo, sino por pura donación, empujado sólo por su inefable amor.

¡No tendrás otro deseo que el de seguir a Jesús! Como embriagada por el Amor, no te darás ya cuenta de si te encuentras sola o en compañía: ¡No te preocupes por nada, sólo de encontrar a Jesús y caminar tras Él!
¡Corre,Bartolomea, y no te duermas nunca más, porque el tiempo corre y no espera ni un momento! Permanece en el dulce amor de Dios. Jesús dulce, Jesús amor.




Santa Catalina de Siena



(Carta a Bartolomea, esposa de Salviato da Lucca)

Evangelio del día 29 de abril de 2012



Evangelio según San Juan 10,11-18. Cuarto Domingo de Pascua



Yo soy el buen Pastor. El buen Pastor da su vida por las ovejas. El asalariado, en cambio, que no es el pastor y al que no pertenecen las ovejas, cuando ve venir al lobo las abandona y huye, y el lobo las arrebata y las dispersa. Como es asalariado, no se preocupa por las ovejas.
Yo soy el buen Pastor: conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí -como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre- y doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este corral y a las que debo también conducir: ellas oirán mi voz, y así habrá un solo Rebaño y un solo Pastor.
El Padre me ama porque yo doy mi vida para recobrarla. Nadie me la quita, sino que la doy por mí mismo. Tengo el poder de darla y de recobrarla: este es el mandato que recibí de mi Padre".


Comentario:


«Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas y ellas me conocen» - San Basilio de Seleucia



Miremos a nuestro pastor, Cristo... Se regocija con las ovejas que están cercanas a él y va en busca de las extraviadas. No teme montes y bosques; recorre barrancos hasta llegar a la oveja perdida. Y aunque la encuentre en estado lastimoso, no se encoleriza, sino llevado por la compasión, la toma sobre sus hombros y, de su propio cansancio, cura la oveja cansada (Lc 15,4s)... Con razón Cristo proclama: "Yo soy el Buen Pastor, busco la oveja perdida, recupero a la extraviada, vendo a la que está herida, curo a la que está enferma» (Ez 34,16). He visto al rebaño de los hombres agobiado por la enfermedad; he visto a mis corderos descender al lugar de los demonios; he visto a mi rebaño despedazado por los lobos.
He visto ésto y no lo he visto desde lo alto. Por eso tomé la mano desecada, atrapada por el mal, como por un lobo; desaté aquello que la fiebre había atado; hice ver a aquellos, cuyos ojos permanecieron cerrados desde el seno de su madre; saqué a Lázaro de la tumba, donde yacía desde hacía cuatro días (Mc 3,5; 1,31; Jn 9; 11). «Porque soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por sus ovejas "... Los profetas conocieron a este pastor, ya que antes de su Pasión, anunciaban lo que iba a venir: "Como cordero, llevado al matadero; como oveja ante el esquilador, no abría la boca" (Is 53,7). Como una oveja, el pastor ofreció su garganta por sus ovejas... Por su muerte, remedia a la muerte; por su tumba, vacía las tumbas...
Las tumbas son pesadas y la prisión está cerrada, mientras el pastor, desciende de la cruz, no viene para llevar a sus ovejas apresadas la alegre noticia de su liberación. Lo vemos en los infiernos donde da la orden de liberación (1P 3,19); lo vemos llamar de nuevo a sus ovejas, llamarlas por su nombre y llevarlas de la estancia de los muertos a la vida. "El buen pastor da su vida por sus ovejas". Así es como se propone ganar el afecto de sus ovejas, y a las que saben oír su voz las ama Cristo.


San Basilio de Seleucia (?-v. 468), obispo. Oración 26; PG 44, 129

Santa Catalina de Siena, Virgen - 29 de abril


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sábado, 28 de abril de 2012

Novena para obtener gracias con la intercesión de Santa Gianna Beretta Molla


Oh Dios, nuestro Padre, tú has dado a tu Iglesia a santa Gianna Beretta Molla, que en su juventud te ha buscado con amor y ha llevado a Ti a otras jóvenes, empeñándolas apostólicamente en el testimonio y acción católica y colocándolas al lado de los enfermos y ancianos para ser para ellos ayuda y consuelo.

Te agradecemos por este don de joven amorosamente comprometida y, con su ejemplo, danos la gracia de consagrar nuestra vida a tu servicio y para la alegría de los hermanos.



Gloria al Padre…

Oh Jesús, Redentor de los hombres, Tú llamaste a Santa Gianna a desarrollar la misión de médico, para alivio de los cuerpos y de las almas, viéndote e Ti mismo en los hermanos sufrientes y en los pequeños indefensos.

Te agradecemos por haberte mostrado en esta tu Sierva como “uno que sirve” y que alivia los dolores de los hombres. Acogiendo su lección, haz de nosotros generosos cristianos al servicio de los hermanos, particularmente de aquellos a los cuales haces partícipes de tu cruz.



Gloria al Padre…

Oh Dios, Espíritu santificador, que amas a la Iglesia como tu Esposa, Tú infundiste en el corazón de Santa Gianna un poco de tu amor para difundirlo en una iglesia doméstica, colaborando en tu maravilloso plan de creación donándote nuevos hijos, para que te pudiesen conocer y amar.

Te agradecemos por este modelo de esposa y por su estimulante testimonio. Da a nuestras familias la serena y cristiana presencia de esposas comprometidas en transformar nuestras casas en cenáculos de fe y de amor, en generosa laboriosidad y santificante servicio.



Gloria al Padre

Oh Dios, creador y amante del ser viviente, Tú estuviste al lado de Santa Gianna, cuando se encontró en el dilema de salvar o la propia vida o aquella de la criatura que, como don esperado, llevaba en su seno. Confiando solo en Ti y recordando tu mandamiento de defensa de la vida, encontró el coraje de cumplir su deber de madre y decir “sí” a la nueva vida, sacrificando generosamente la propia, coronando una vida cristiana ejemplar.

Por intercesión de María, Madre de Jesús y bajo el ejemplo de Gianna, dispone a todas las madres para acoger con amor cada vida que nace y haznos respetuosos de cada vida.

Danos la gracia que esperamos... y la alegría de inspirarnos en Santa Gianna como modelo de joven, de esposa, de madre y de médico que, bajo el ejemplo de Jesús, se sacrificó a sí misma por la vida del prójimo.



Ave Maria…


Con aprobación eclesiástica - + Angelo Mascheroni, Obispo auxiliar de Milán

“Modelo de cooperación: María" - San Alberto Hurtado


“Modelo de cooperación: María como Madre no quiere condecoraciones ni honras, sino prestar servicios.”

San Alberto Hurtado

Evangelio del día 28 de abril de 2012


Evangelio según San Juan 6,60-69. Sábado de la tercera semana de Pascua


Después de oírlo, muchos de sus discípulos decían: "¡Es duro este lenguaje! ¿Quién puede escucharlo?".
Jesús, sabiendo lo que sus discípulos murmuraban, les dijo: "¿Esto los escandaliza? ¿Qué pasará, entonces, cuando vean al Hijo del hombre subir donde estaba antes? El Espíritu es el que da Vida, la carne de nada sirve. Las palabras que les dije son Espíritu y Vida. Pero hay entre ustedes algunos que no creen". En efecto, Jesús sabía desde el primer momento quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar. Y agregó: "Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede".
Desde ese momento, muchos de sus discípulos se alejaron de él y dejaron de acompañarlo. Jesús preguntó entonces a los Doce: "¿También ustedes quieren irse?". Simón Pedro le respondió: "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna. Nosotros hemos creído y sabemos que eres el Santo de Dios".


Comentario: «Mis palabras son espíritu y vida» - San Juan Crisóstomo



"Tomad y comed, dice Jesús, esto es mi cuerpo que se entrega por vosotros" (cf 1Co 11,24). ¿Por qué los discípulos no se turbaron al oír estas palabras? Porque Cristo ya les había dicho muchas grandes cosas al respecto (Jn 6)... Confiemos, también nosotros, plenamente en Dios. No le hagamos objeciones, aunque lo que diga parezca contrario a nuestros razonamientos y contrario a lo que vemos. Que su palabra sea la principal guía de nuestra razón y de nuestra vista. Tengamos esta actitud frente a los misterios sagrados: no veamos solamente lo que está bajo nuestros sentidos, sino que tengamos en cuenta sobre todo las palabras del Señor.
Su palabra no puede engañarnos, mientras que nuestros sentidos nos engañan fácilmente; ésta jamás es cogida en falta, en cambio ellos faltan muy a menudo. Cuando el Verbo dice: "Esto es mi cuerpo", fiémonos de él, creamos y contemplémosle con los ojos del espíritu...
Cuánta gente dice hoy: "Querría ver a Cristo en persona, su cara, sus vestidos, sus zapatos". ¡Pues bien, en la eucaristía es a él al qué ves, al que tocas, al que recibes! Deseabas ver sus vestidos; y es él mismo el que se te da no sólo para verle, sino para tocarlo, comerlo, acogerlo en tu corazón. Por tanto, que nadie se acerque con indiferencia o dejadez; ya que todos van a él, animados por un amor ardiente.


San Juan Crisóstomo (v. 345-407), sacerdote en Antioquía, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia. Homilía sobre el evangelio de Mateo, n° 82; PG 58, 743

San Luis María Grignion de Montfort - 28 de abril


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Santa Gianna Beretta Molla - 28 de abril


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viernes, 27 de abril de 2012

“Amigo mío, el demonio no hace mucho caso de la disciplina" - San Juan Bautista María Vianney


“Amigo mío, el demonio no hace mucho caso de la disciplina y de otros instrumentos de penitencia. Lo que le pone en bancarrota son las privaciones en el comer, beber y dormir. Nada teme tanto como esto, y por lo mismo nada es tan agradable a Dios. ¡Oh! ¡Cómo he tenido ocasión de experimentarlo! Cuando estaba solo, y lo estuve por espacio de ocho o nueve años, como podía entregarme sin medida a mis aficiones, llegaba a pasar días enteros sin comer… Entonces conseguía de Dios cuanto quería para mí y para los otros.”


San Juan Bautista María Vianney

Evangelio del día 27 de abril de 2012



Evangelio según San Juan 6,52-59. Viernes de la tercera semana de Pascua


Los judíos discutían entre sí, diciendo: "¿Cómo este hombre puede darnos a comer su carne?".
Jesús les respondió: "Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes.
El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.
Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él.
Así como yo, que he sido enviado por el Padre que tiene Vida, vivo por el Padre, de la misma manera, el que me come vivirá por mí.
Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron sus padres y murieron. El que coma de este pan vivirá eternamente".
Jesús enseñaba todo esto en la sinagoga de Cafarnaún.


Comentario:


«El que come mi carne y bebe mi sangre, habita en mí y yo en él» - Beata Teresa de Calcuta



Jesús nos habla con ternura cuando se ofrece a los suyos en la santa comunión: "Mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él". ¿Qué más podría darme, mi Jesús, además que su carne en alimento? No, Dios no podría hacer más, ni mostrarme un amor más grande.
La santa comunión, como la palabra misma implica, es la unión íntima de Jesús con nuestra alma y nuestro cuerpo. Si queremos tener la vida y poseerla abundantemente, debemos vivir de la carne de nuestro Señor. Los santos lo comprendieron tan bien, que podían pasar horas preparándose y más todavía en acción de gracias. ¿Quién podría explicar esto? "¡Qué abismo de riqueza, de sabiduría y de conocimiento el de Dios! ¡Qué incomprensibles son sus juicios, exclamaba Pablo, qué irrastreables sus caminos! ¿Quién conoció la mente del Señor? "(Rm 11,33-34).
Cuando acogéis a Cristo en vuestro corazón después de partir el Pan Vivo, acordaos de lo que Nuestra Señora debió sentir mientras el Espíritu Santo la envolvía con su sombra y Ella, que estaba llena de gracia, recibió el cuerpo de Cristo (Lc 1, 26s). El Espíritu estaba tan fuerte en Ella que inmediatamente "se levantó de prisa" (v. 39) para ir y servir.



Beata Teresa de Calcuta (1910-1997), fundadora de las Hermanas Misioneras de la Caridad. Jesús, la palabra hablada, cap. 6

Ntra. Sra. de Montserrat - 27 de Abril



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jueves, 26 de abril de 2012

San Cleto y San Marcelino, Papas y Mártires - 26 de abril


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miércoles, 25 de abril de 2012

San Marcos - 25 de Abril


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martes, 24 de abril de 2012

San Fidel de Sigmaringa, martir - 24 de Abril


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lunes, 23 de abril de 2012

Protegido inexpugnablemente con el estandarte de la cruz - San Pedro Damián




La festividad de hoy, queridos hermanos, duplica la alegría de la gloria pascual, y es como una piedra preciosa que da un nuevo esplendor al oro en que se incrusta.

Jorge fue trasladado de una milicia a otra, pues dejó su cargo en el ejército, cambiándolo por la profesión de la milicia cristiana y, con la valentía propia de un soldado, repartió primero sus bienes entre los pobres, despreciando el de los bienes del mundo, y así, libre y dispuesto, se puso la coraza de la fe y, cuando el combate se hallaba en todo su fragor, entró en él como un valeroso soldado de Cristo.

Esta actitud nos enseña claramente que no se puede pelear por la fe con firmeza y decisión si no se han dejado primero los bienes terrenos.

San Jorge, encendido en fuego del Espíritu Santo y protegiéndose inexpugnablemente con el estandarte de la cruz, peleó de tal modo con aquel rey inicuo, que, al vencer a este delegado de Satanás, venció al príncipe de la iniquidad y dio ánimos a los soldados de Cristo para combatir con valentía.

Junto al mártir estaba el Árbitro invisible y supremo que, según sus designios, permitía a los impíos que le atormentaran. Si es verdad que entregaba su cuerpo en manos de los verdugos, guardaba su alma bajo su constante protección, escondiéndola en el baluarte inexpugnable de la fe.

Hermanos carísimos: no debemos limitarnos a admirar a este combatiente de la milicia celeste, sino que debemos imitarle.

Que nuestro espíritu se eleve hacia el premio de la gloria celestial, de modo que, centrado nuestro corazón en su contemplación, no nos dejemos doblegar, tanto si el mundo seductor se burla de nosotros como si con sus amenazas quiere atemorizarnos.

Purifiquémonos, pues, de cualquier impureza de cuerpo o espíritu, siguiendo el mandato de Pablo, para entrar al fin en ese templo de la bienaventuranza al que se dirige ahora nuestra intención.

El que dentro de este templo que es la Iglesia quiere ofrecerse a Dios en sacrificio necesita, una vez que haya sido purificado por el bautismo, revestirse luego de las diversas virtudes, como está escrito: Que tus sacerdotes se vistan de justicia; en efecto, quien renace en Cristo como hombre nuevo por el bautismo no debe volver a ponerse la mortaja del hombre viejo, sino la vestidura del hombre nuevo, viviendo con una conducta renovada.

Así es como, limpios de las manchas del antiguo pecado y resplandecientes por el brillo de la nueva conducta, celebramos dignamente el misterio pascual e imitamos realmente el ejemplo de los santos mártires.


De los sermones de san Pedro Damiani, obispo. Sermón 3, sobre san Jorge: PL 144, 567-571

Evangelio del día 23 de abril de 2012


Evangelio según San Juan 6,22-29. Lunes de la tercera semana de Pascua

Al día siguiente, la multitud que se había quedado en la otra orilla vio que Jesús no había subido con sus discípulos en la única barca que había allí, sino que ellos habían partido solos.
Mientras tanto, unas barcas de Tiberíades atracaron cerca del lugar donde habían comido el pan, después que el Señor pronunció la acción de gracias.
Cuando la multitud se dio cuenta de que Jesús y sus discípulos no estaban allí, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús.
Al encontrarlo en la otra orilla, le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo llegaste?".

Jesús les respondió: "Les aseguro que ustedes me buscan, no porque vieron signos, sino porque han comido pan hasta saciarse.
Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la Vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre; porque es él a quien Dios, el Padre, marcó con su sello".
Ellos le preguntaron: "¿Qué debemos hacer para realizar las obras de Dios?".
Jesús les respondió: "La obra de Dios es que ustedes crean en aquel que él ha enviado".


Comentario:



«La voluntad de Dios, es que creáis en aquel que ha enviado» - Santa Faustina Kowalska


Me inclino delante de ti, Pan de ángeles (Sal. 78,25),
Con fe profunda, esperanza, amor,
y desde lo más profundo de mi alma, te adoro
aunque yo no sea nada.
Me inclino delante de ti, Dios escondido,
Y de todo corazón, te amo.
el velo del misterio no me molesta;
te quiero como los elegidos del cielo.
Me inclino delante de ti, Cordero de Dios,
que borras los pecados de mi alma,
al que recibo en mi corazón, cada mañana,
y me ayudas en mi salvación.


Santa Faustina Kowalska (1905-1938), religiosa. Pequeño Diario, § 1323

San Jorge, martir - 23 de abril


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domingo, 22 de abril de 2012

Evangelio del día 22 de abril de 2012


Evangelio según San Lucas 24,35-48.


Ellos, por su parte, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
Todavía estaban hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes".
Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu,
pero Jesús les preguntó: "¿Por qué están turbados y se les presentan esas dudas?

Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo".
Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus pies.
Era tal la alegría y la admiración de los discípulos, que se resistían a creer. Pero Jesús les preguntó: "¿Tienen aquí algo para comer?".
Ellos le presentaron un trozo de pescado asado;

él lo tomó y lo comió delante de todos.
Después les dijo: "Cuando todavía estaba con ustedes, yo les decía: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos".
Entonces les abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras,
y añadió: "Así estaba escrito: el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día,

y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados.
Ustedes son testigos de todo esto.

Santa Maria Egipciaca - 22 de Abril

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sábado, 21 de abril de 2012

“¿Tu fe se ve acechada por la duda?" - San Gregorio Magno


“¿Tu fe se ve acechada por la duda? Mira a Pedro que llora amargamente su debilidad.”

San Gregorio Magno

Evangelio del día 21 de abril de 2012


Evangelio según San Juan 6,16-21. Sábado de la segunda semana de Pascua


Al atardecer, sus discípulos bajaron a la orilla del mar y se embarcaron, para dirigirse a Cafarnaún, que está en la otra orilla. Ya era de noche y Jesús aún no se había reunido con ellos.
El mar estaba agitado, porque soplaba un fuerte viento. Cuando habían remado unos cinco kilómetros, vieron a Jesús acercarse a la barca caminando sobre el agua, y tuvieron miedo.
El les dijo: "Soy yo, no teman". Ellos quisieron subirlo a la barca, pero esta tocó tierra en seguida en el lugar adonde iban.

Comentario:  


«Soy yo, no temáis» - Santa Teresa Benedicta de la Cruz



Señor, ¡cuán altas son las olas,
y qué oscura la noche!
¿No querrás iluminarla
para mi que velo solitaria?

- Mantén firme el timón,
ten confianza y quédate tranquila.
Tu barca es preciosa a mis ojos,
quiero conducirla a buen puerto.

Aguanta sin desfallecer
los ojos fijos en la brújula.
Ella ayuda a llegar al final
a través de noches y tempestades.

La aguja de la brújula de a bordo
se estremece pero se mantiene.
Ella te mostrará el cabo
a donde que quiero verte llegar.

Ten confianza y quédate tranquila:
a través de noches y tempestades
la voluntad de Dios, fiel,
te guía si tu corazón está en vela.

Santa Teresa Benedicta de la Cruz, Edith Stein, (1891-1942), carmelita descalza, filósofa, mártir, co-patrona de Europa. Poesía «La tempestad», 1940

San Anselmo de Canterbury, obispo y doctor de la Iglesia - 21 de abril


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viernes, 20 de abril de 2012

Santa Inés de Montepulciano - 20 de abril


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jueves, 19 de abril de 2012

Miles de fieles participan de las celebraciones para venerar a San Expedito


Miles de fieles llegaron esta mañana a la Parroquia Nuestra Señora de Balvanera para venerar a San Expedito, el patrono de las causas justas y urgentes, en una jornada donde se realizan misas, bendiciones y una procesión.

La llamada "Fiesta Grande de San Expedito" prevé la realización de una misa central, que comenzó este mediodía, presidida por Monseñor Enrique Eguía Seguí, auxiliar de la Ciudad de Buenos Aires.

Más tarde, durante el resto de la jornada, se realizarán misas con una hora y media de intervalo y bendiciones de objetos religiosos cada quince minutos, en la puerta de la parroquia.

El templo, que abrió sus puertas a la medianoche, permanecerá abierto hasta las 23 para recibir a la totalidad de los fieles que, como cada año, se concentran en el lugar.

En tanto, a las 17.00 se realizará una procesión de la Imagen Peregrina de San Expedito por las calles Azcuénaga, Rivadavia, Paso y Bartolomé Mitre.

Desde la secretaría de la parroquia informaron a la agencia Télam que no es necesario hacer fila para ingresar al templo, aunque sí hay que hacerla para tocar la imagen del Santo.

Asimismo, señalaron que "se pueden traer velas y flores para ofrecer a San Expedito, aunque se pide al peregrino que cambie esa ofrenda por alimentos no perecederos para los más necesitados".

El año pasado vinieron casi 300 mil personas, por lo que para esta fecha la expectativa era similar.

Por esta multitudinaria celebración, permanece cortado el tránsito en Larrea y Bartolomé Mitre y en Azcuénaga y Bartolomé Mitre, por lo que las líneas de colectivo desvían sus recorridos por la calle Hipólito Yrigoyen.

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/

“En el desprendimiento está todo" - Santa Teresa de Ávila


“En el desprendimiento está todo si es total y verdadero. ¿Por qué está todo en el desprendimiento? Porque el desprendimiento es dejar todo para abrazarse a Dios. Es entregarse totalmente a él sin dividirse en partes.”


Santa Teresa de Ávila

San Expedito, mártir - 19 de abril


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San León IX, Papa y Confesor - 19 de abril

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miércoles, 18 de abril de 2012

La influencia de la gracia - Santa Faustina Kowalska


“Cuando un alma ama sinceramente a Dios, no debe temer nada en su vida espiritual. Que se someta a la influencia de la gracia y que no ponga límites a la unión con el Señor.”


Santa Faustina Kowalska

Evangelio del día 18 de abril de 2012


Evangelio según San Juan 3,16-21. Miércoles de la segunda semana de Pascua


Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. En esto consiste el juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas.
Todo el que obra mal odia la luz y no se acerca a ella, por temor de que sus obras sean descubiertas. En cambio, el que obra conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras han sido hechas en Dios".


Comentario:


“El que cree en mí, aunque muera, vivirá” - Monseñor Carmelo Juan Giaquinta

I. “Si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto”
1. En primavera, por todas partes florece la vida. El lapacho blanco del Seminario todavía luce sus galas. Los eucaliptos podados hace poco estallan en brotes nuevos. Allá, una mamá con su bebe en brazos, con quien ningún lapacho florido se puede comparar. Ustedes hagan el esfuerzo de verificar cómo en derredor florece la vida.
Pero no podemos ser ciegos. Alrededor nuestro, y en nosotros mismos, existe también el fenómeno contrario: la muerte. A veces, insinuándose en la enfermedad, como para acostumbrarnos de a poco a ella. Otras, imponiéndose brutalmente. Un accidente automovilístico. Un atentado criminal. No tolerar una cirugía.

2. Queramos o no, cada uno convive con su propia muerte. También la de los seres queridos es nuestra muerte. Entiendo cada día más aquello de “la hermana muerte”, que decía San Francisco de Asís, pues hasta la deseo, pero también cada día me duele más la muerte de mis seres queridos. Desde hace setenta años me duele la muerte de mi madre. Y desde hace veintiséis, la de mi padre. Nunca hubiese imaginado que la muerte de mi amigo José Luis me habría de conmover tanto. ¿Quién no tiene un ser querido difunto? Por ello, nos brota del corazón la misma queja de Marta a Jesús: “Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto” (Jn 11,21).

II. “Yo soy la Resurrección y la Vida”
3. La muerte no es sólo un hecho ineludible. Según la fe cristiana, es un aspecto necesario del misterio de la vida, para que ésta alcance su plenitud. Esta vida, a pesar de ser tan bella, es una muerte. Pero esta muerte temible, y muchas veces horrible, sucede en orden a la Vida verdadera. Jesús lo explicó con la parábola de la semilla: “Si el grano de trigo que cae en tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto” (Jn 12,24). Así también sucede con el que cree de veras en él. En la lectura del Evangelio (Jn 11,17-27), Jesús nos revela esta paradoja de la vida-muerte y de la muerte-vida: “Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mi, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mi, no morirá jamás” (vv.25-26). Por la fe en Cristo, alcanzamos la verdadera Vida. Y aunque muramos a esta vida, lo que en verdad sucede es que comenzamos a resucitar. Así lo expresamos en el prefacio de la Misa por los Difuntos que rezamos hoy: “Para los que creen en ti, Señor, la vida no termina, sino que se transforma, y, al deshacerse esta morada terrenal, se prepara una mansión eterna en el cielo”.
III. La oración por nuestros difuntos
4. En virtud de esta fe, nos sentimos muy unidos a nuestros difuntos. Creemos que viven. Si bien están fuera del espacio y del tiempo presente, nos relacionamos con ellos por la oración. Ésta les hace bien. Recién rezamos: “Señor, gloria de los fieles y vida de los justos, ten piedad de tus servidores difuntos para que merezcan llegar a la alegría de la felicidad eterna quienes creyeron en el misterio de nuestra resurrección”. En la Santa Misa, siempre hacemos un recuerdo explícito de ellos ante Dios nuestro Señor: “A nuestros hermanos difuntos y a cuantos murieron en tu amistad, recíbelos en tu Reino, donde esperamos gozar todos juntos de la plenitud eterna de tu gloria”. Hoy, 2 de noviembre, la Iglesia lo hace de manera especial, pues conmemora a todos los fieles difuntos.

IV. Las benditas ánimas del Purgatorio
5. A veces nos hemos dejado llevar por nuestra imaginación, e inventamos para los difuntos una especie de “infierno temporario”. Por ello el Catecismo de la Iglesia nos enseña: “Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo”. Y agrega: “La Iglesia llama Purgatorio a esta purificación final de los elegidos, que es completamente distinta del castigo de los condenados” (1030-1031). Por ello nuestro pueblo dice con fe: “oremos por las benditas ánimas del Purgatorio”.

6. Hoy, llevados también por nuestra imaginación, y asumiendo el paganismo ambiental, caemos en la desesperanza con respecto a nuestros difuntos. Y concluimos que, una vez muertos, “no hay nada más que hacerle”. Y descuidamos nuestra oración por ellos. Uno de los pilares de la familia cristiana ha sido la oración por los difuntos, por ejemplo, antes de irse a dormir: “por el abuelito”, “por mamá, para que Dios la tenga en su gloria”, que conviene cultivar. Algunas familias, a la hora de comer, dejaban vacía la silla que ocupaba el ser querido. Las costumbres cambian, porque cambia el ritmo de la vida, pero ha de permanecer la fe manifestada en esas prácticas. Hoy está divulgada la costumbre de anotar el nombre del difunto antes de la Misa y dar una limosna en su honor. Esta práctica, comenzada con noble intención pastoral, ha de realizarse bien y no de manera cansadora y mágica. A veces es más importante la larga lista mal leída de los difuntos que la oración de la comunidad por ellos. Bello es el gesto, al momento del Ofertorio, de llevar, junto con las ofrendas, el cuaderno con los nombres anotados, y ponerlo junto al altar.
Oremos por los vivos. Y no olvidemos a los difuntos.


Monseñor Carmelo Juan Giaquinta, arzobispo emérito de Resistencia, Chaco, Argentina. para la homilía de la Conmemoración de todos los fieles difuntos” (02-11-2008).

San Francisco Solano - 18 de abril


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martes, 17 de abril de 2012

San Aniceto, Papa y mártir - 17 de abril


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lunes, 16 de abril de 2012

San Benito José Labre - 16 de abril

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San Benito José Labre - 16 de abril


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domingo, 15 de abril de 2012

Evangelio del día 15 de abril de 2012


Evangelio según San Juan 20,19-31. Segundo Domingo de Pascua - Domingo de la Misericordia 

Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: "¡La paz esté con ustedes!". 
Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor. Jesús les dijo de nuevo: "¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes". Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: "Reciban el Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan". 
Tomás, uno de los Doce, de sobrenombre el Mellizo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús. Los otros discípulos le dijeron: "¡Hemos visto al Señor!". El les respondió: "Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré". Ocho días más tarde, estaban de nuevo los discípulos reunidos en la casa, y estaba con ellos Tomás. Entonces apareció Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio de ellos y les dijo: "¡La paz esté con ustedes!". Luego dijo a Tomás: "Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: Métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe". Tomas respondió: "¡Señor mío y Dios mío!". Jesús le dijo: "Ahora crees, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!". 
Jesús realizó además muchos otros signos en presencia de sus discípulos, que no se encuentran relatados en este Libro. Estos han sido escritos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y creyendo, tengan Vida en su Nombre. 

Comentario: 

«Hemos visto al Señor» - San Basilio de Seleucia 

Escondidos en una casa, los apóstoles ven a Cristo; entra, con todas las puertas cerradas. Pero Tomás, ausente entonces, cierra sus oídos y quiere abrir sus ojos... Deja estallar su incredulidad, confiando así en que su deseo será concedido. "Mis dudas desaparecerán en cuanto lo vea, dice. Pondré mi dedo en las marcas de los clavos, y estrecharé al Señor al que tanto deseo. Que censure mi falta de fe, pero que me colme con su vista. Ahora soy descreído, pero después de verlo, creeré. Creeré cuando lo abrace y lo contemple. Quiero ver sus manos agujeradas, que han curado las manos maléficas de Adán. Quiero ver su costado, que cazó a la muerte del costado del hombre. Quiero ser testigo del Señor y el testimonio de otro no me basta. Lo que contáis exaspera mi impaciencia. La buena noticia que me dais, sólo aumenta mi turbación. No curaré este dolor, si no le toco con mis manos. " El Señor se vuelve a aparecer y disipa al mismo tiempo la tristeza y la duda de su discípulo. ¿Qué digo? No disipa su duda, colma su espera. Entra, con todas las puertas cerradas. 

 San Basilio de Seleucia (?-v. 468), obispo. Sermón para el día de Resurrección

San Damian de Veuster - 15 de Abril

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San Pedro Telmo, Presbítero - 15 de Abril

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San Ezequiel, profeta - 15 de abril


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sábado, 14 de abril de 2012

"Es necesario y urgente que el hombre vuelva a la civilización cristiana" - Reverendo Padre Julio Meinvielle


“El comunismo penetrando en un pueblo como una ideología, no se detiene. Disgrega, disocia, divide a las fuerzas sociales, lucha por la toma del poder. Cuando se ha sembrado la división y la anarquía social, el comunismo, con un golpe definitivo, se apodera del gobierno y somete a la sociedad a una gran purga transformadora, creando al hombre nuevo comunista, que es un hombre destrozado, sólo útil para ser manejado como un animal de carga.

“Aquí radica la perversión del marxismo. Que, al pervertir el fin de la existencia humana, asignándole un fin diametralmente opuesto al que le ha asignado el Creador, pervierte todo el hombre, todas las relaciones sociales y crea una civilización destructiva del hombre. El hombre total comunista es un hombre degradado y mutilado, que apenas se mantiene por el terror.

“Por ello es necesario y urgente que el hombre vuelva a la civilización cristiana y que dé el primer lugar a los valores de la Iglesia, de Cristo y de Dios”.

Reverendo Padre Julio Meinvielle

Evengelio del día 14 de abril de 2012






Evangelio según San Marcos 16,9-15.


Jesús, que había resucitado a la mañana del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, aquella de quien había echado siete demonios.
Ella fue a contarlo a los que siempre lo habían acompañado, que estaban afligidos y lloraban.
Cuando la oyeron decir que Jesús estaba vivo y que lo había visto, no le creyeron.
Después, se mostró con otro aspecto a dos de ellos, que iban caminando hacia un poblado.
Y ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero tampoco les creyeron.
En seguida, se apareció a los Once, mientras estaban comiendo, y les reprochó su incredulidad y su obstinación porque no habían creído a quienes lo habían visto resucitado.
Entonces les dijo: "Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación.


Comentario:



«Proclamad la buena noticia a toda la creación» - San Romano de Mélode


Acercándose a ellos, Jesús les dijo: «Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos... (Mt 28,18-19). Porque todo me ha sido devuelto por El que me engendró, el cielo y la tierra de los que ya era dueño antes de haber tomado carne. Ahora he tomado posesión de mi realeza sobre todo el universo, y en vosotros tengo un consejo de ministros sagrado, sólo yo que conozco el fondo de los corazones.»
"Id a todas las naciones. Habiendo echado en tierra el grano del arrepentimiento, regadlo con vuestras enseñanzas". Escuchando estas palabras, los apóstoles se miraban unos otros meneando la cabeza: "¿De dónde nos vendrán las palabras y la lengua para hablar a todos? ¿Quién nos dará la fuerza para luchar con los pueblos y las naciones como nos lo has dicho, nosotros que no tenemos letras ni cultura, que somos humildes pescadores, el único que conoces el fondo de los corazones?"
"No se atormenten más vuestros corazones, que el Enemigo no turbe vuestro espíritu. No penséis más como niños... No quiero vencer por la fuerza, sino por la debilidad. No busco filósofos: escogí 'lo necio del mundo' (1Co 1,27), yo que sólo conozco el fondo de los corazones.»
"Id, pues, a toda la creación. Regad con vuestras enseñanzas el grano de arrepentimiento que sembrasteis. Procurad que ningún alma arrepentida se quede fuera de vuestra red. Me complazco en aquellos que vuelven, como bien sabéis vosotros. ¡Oh, si el que me traicionó, hubiera vuelto después de haberme vendido! Borrando su pecado, lo habría reunido con vosotros, yo que sólo conozco el fondo de los corazones...»
"Decid que soy Dios y que yo, el Indecible, tomé la condición de esclavo (Fl 2,7). Mostrad cómo hice mías las heridas de la carne... Fui enterrado porque había sido condenado, descendí al infierno porque soy el Señor..." Confortados por estas palabras, los apóstoles decían al Creador: "Tu eres el Dios que existía antes de los siglos, y no tendrás fin... Te proclamaremos como lo ordenaste. Estate con nosotros, sé nuestro defensor, tú que sólo conoces el fondo de los corazones".



San Romano de Mélode (?-v. 560), compositor de Himnos
Himno «La misión de los apóstoles», 13 s; SC 283/>

Santa Lidia de Schiedam - 14 de abril


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viernes, 13 de abril de 2012

"Para sufrir en su persona… Todo cuanto debía padecer el hombre" - Venerable José Gabriel del Rosario Brochero


“Para llorar como hombre, como puedo llorar yo. Para sufrir persecuciones como hombre, como puede sufrirlas cualquiera de ustedes. Para padecer hambre, sed, tristeza. Para experimentar los desprecios de la vanidad, la indiferencia del orgullo, las burlas de la impiedad… Para beber la hiel de la calumnia. Para apurar las heces de la maledicencia. Para sufrir en su persona… Todo cuanto debía padecer el hombre, a fin de que el hombre experimentase las riquezas de su misericordia y las dulzuras de su amor. Apareció, en fin, entre nosotros el Hijo de Dios hecho hombre para asimilarse perfectamente al hombre, a fin de que el hombre se hiciese Dios y pudiese participar de su infinito amor.”


Venerable José Gabriel del Rosario Brochero

Evangelio del día 13 de abril de 2012


Evangelio según San Juan 21,1-14. Viernes de Pascua


Después de esto, Jesús se apareció otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Sucedió así: estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos.
Simón Pedro les dijo: "Voy a pescar". Ellos le respondieron: "Vamos también nosotros". Salieron y subieron a la barca. Pero esa noche no pescaron nada. Al amanecer, Jesús estaba en la orilla, aunque los discípulos no sabían que era él. Jesús les dijo: "Muchachos, ¿tienen algo para comer?". Ellos respondieron: "No". El les dijo: "Tiren la red a la derecha de la barca y encontrarán". Ellos la tiraron y se llenó tanto de peces que no podían arrastrarla. El discípulo al que Jesús amaba dijo a Pedro: "¡Es el Señor!". Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó la túnica, que era lo único que llevaba puesto, y se tiró al agua.
Los otros discípulos fueron en la barca, arrastrando la red con los peces, porque estaban sólo a unos cien metros de la orilla. Al bajar a tierra vieron que había fuego preparado, un pescado sobre las brasas y pan.
Jesús les dijo: "Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar". Simón Pedro subió a la barca y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: eran ciento cincuenta y tres y, a pesar de ser tantos, la red no se rompió.
Jesús les dijo: "Vengan a comer". Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: "¿Quién eres", porque sabían que era el Señor.
Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio, e hizo lo mismo con el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús resucitado se apareció a sus discípulos.



Comentario:


«Desde ahora serás pescador de hombres» (Lc 5,10)- SS Benedicto XVI



La llamada de Pedro a ser pastor, que hemos oído en el Evangelio, viene después de la narración de una pesca abundante; después de una noche en la que echaron las redes sin éxito, los discípulos vieron en la orilla al Señor resucitado. Él les manda volver a pescar otra vez, y he aquí que la red se llena tanto que no tenían fuerzas para sacarla; había 153 peces grandes y, "aunque eran tantos, no se rompió la red" (Jn 21, 11).
Este relato al final del camino terrenal de Jesús con sus discípulos, se corresponde con uno del principio: tampoco entonces los discípulos habían pescado nada durante toda la noche; también entonces Jesús invitó a Simón a remar mar adentro. Y Simón, que todavía no se llamaba Pedro, dio aquella admirable respuesta: "Maestro, por tu palabra echaré las redes". Se le confió entonces la misión: "No temas, desde ahora serás pescador de hombres" (Lc 5, 1.11).
También hoy se dice a la Iglesia y a los sucesores de los apóstoles que se adentren en el mar de la historia y echen las redes, para conquistar a los hombres para el Evangelio, para Dios, para Cristo, para la vida verdadera. Los Padres han dedicado también un comentario muy particular a esta tarea singular. Dicen así: para el pez, creado para vivir en el agua, resulta mortal sacarlo del mar. Se le priva de su elemento vital para convertirlo en alimento del hombre. Pero en la misión del pescador de hombres ocurre lo contrario. Los hombres vivimos alienados, en las aguas saladas del sufrimiento y de la muerte; en un mar de oscuridad, sin luz. La red del Evangelio nos rescata de las aguas de la muerte y nos lleva al resplandor de la luz de Dios, en la vida verdadera. Así es, efectivamente: en la misión de pescador de hombres, siguiendo a Cristo, hace falta sacar a los hombres del mar salado por todas las alienaciones y llevarlo a la tierra de la vida, a la luz de Dios. Así es, en verdad: nosotros existimos para enseñar a Dios a los hombres.


Homilía de la Misa de inauguración de su pontificado, 24/04/05 (trad. © Librería Editrice Vaticana)

San Martín, Papa, martir - 13 de Abril


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jueves, 12 de abril de 2012

"La oración es un impulso del corazón" - Santa Teresita del Niño Jesús


"Para mí, la oración es un impulso del corazón, una simple mirada dirigida al cielo, un grito de agradecimiento y de amor, tanto en medio del sufrimiento como en medio de la alegría. En una palabra es algo grande, algo sobrenatural que me dilata el alma y me une a Jesús."

Santa Teresita del Niño Jesús

Evangelio del día 12 de abril de 2012


Evangelio según San Lucas 24,35-48. Jueves de Pascua


Ellos, por su parte, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. Todavía estaban hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes".
Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu, pero Jesús les preguntó: "¿Por qué están turbados y se les presentan esas dudas? Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo".
Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus pies. Era tal la alegría y la admiración de los discípulos, que se resistían a creer. Pero Jesús les preguntó: "¿Tienen aquí algo para comer?".
Ellos le presentaron un trozo de pescado asado; él lo tomó y lo comió delante de todos.
Después les dijo: "Cuando todavía estaba con ustedes, yo les decía: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos".
Entonces les abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras, y añadió: "Así estaba escrito: el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día, y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de todo esto.


Comentario:


«Tócame y mira» - San Pedro Crisólogo


Después de la resurrección, como el Señor había entrado con todas las puertas cerradas (Jn 20,19), los discípulos no creían que había recuperado la realidad de su cuerpo, sino suponían que sólo su alma había regresado bajo una apariencia corporal, como las imágenes que se presentan a los que tienen en su sueño. "Creían que veían un espíritu "...
"¿Por qué estáis turbados, y por qué tenéis pensamientos inquietantes en vuestros corazones? Ved mis manos y mis pies". Ved, es decir: estad atentos. ¿Por qué? Porque no es un sueño lo que estáis viendo. Ved mis manos y mis pies, ya que, con vuestros ojos agobiados, no podéis todavía ver mi rostro. Ved las heridas de mi carne, ya que todavía no veis las obras de Dios.
Contemplad las marcas hechas por mis enemigos, ya que todavía no percibís las manifestaciones de Dios. Tócame, para que tu mano te dé la prueba, ya que tus ojos están cegados... Descubre los agujeros de mis manos, busca en mi costado, reabre mis heridas, porque no puedo negarles a mis discípulos con vistas a la fe, lo que no les negué a mis enemigos para mi suplicio. Tocad, tocad, ahondad entre los huesos, para confirmar la realidad de la carne, y que estas heridas todavía abiertas atestiguan que son bien mías...
¿Por qué no creéis que he resucitado, yo que devolví a la vida a varios muertos ante vuestros ojos?... Cuando estaba colgado en la cruz, me insultaban diciendo: "El que salvó a otros, no puede salvarse a sí mismo. Que descienda de la cruz y creeremos" (Mt 27,40). ¿Qué es más difícil, descender de la cruz arrancando los clavos o regresar de los infiernos pisoteando la muerte? Yo mismo me salvé, y rompiendo las cadenas del infierno, subí hacia lo alto.

San Pedro Crisólogo (v. 406-450), obispo de Rávena, doctor de la Iglesia. Sermón 31, 8º sobre la Resurrección del; PL 52, 427
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