¡oh Jesus!,
que en la arida Patagonia
hiciste brotar este lirio de pureza,
Ceferino Namuncura,
y que alimentandolo
con la santa eucaristia,
encendiste en su corazon
fulgores de santidad y apostolado,
dignate glorificarlo en la tierra
y concedeme por su intercesion
la gracia que te pido...
Padre nuestro, Ave Maria y Gloria
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