La imagen de la Virgen que llegó en 1630 al Río de la Plata es brasileña, hecha en terracota (tierra cocida) en el valle de Paraiba, San Pablo, donde en el siglo XVII, había una importante producción de esculturas de ese material. Mide 38 cm. Está de pie sobre un nimbo de nubes donde aparecen cuatro cabezas de ángeles. A ambos lados de la figura se ven las puntas de la luna en cuarto creciente. Tiene las manos juntas sobre el pecho.
Estaba totalmente policromada, siendo el manto azul cubierto de estrellas, y la túnica roja.
En 1681 –según el historiador Maqueda- ya se veneraba la imagen vestida. El padre De Los Ríos, en una visita canónica a Luján en 1737, dispone que cada tres meses se renovara el vestuario de la Virgen.
En 1904, Juan Nepomuceno Terrero, Obispo de La Plata –Diócesis a la que por ese entonces pertenecía Luján-, ante el evidente deterioro de la imagen a causa de la desintegración de la arcilla con la que fuera construida, mandó hacerle una cubierta de plata, que dejó a la vista solo el rostro y las manos.
Dicha cubierta, de autor anónimo, es de perfil cónico y está compuesta de dos piezas que se unen en el costado de la imagen. La frontal remeda túnica y manto. Ambas están repujadas y cinceladas imitando telas con roleos vegetales y un galón en el borde del manto.
La cubierta de plata sólo se hizo para preservar la figura de María, porque se la siguió vistiendo con trajes de tela. Desde esa época se le superpone el cuarto creciente por delante del manto con que se la viste. Es ya tradición que dicho manto se le cambie una vez al año, en fecha cercana al 8 de mayo, día de la Coronación.
Descripción de la Corona
Fue mandada a hacer en París por el P. Jorge María Salvaire a la Casa "Poussielgue Roussand". Un afamado artífice fabricó tan preciosa joya, combinando y enlazando las ofrendas de la piedad argentina con suma inteligencia y maestría. Se necesitaron no menos de 70 días de labor para terminarla.
El estilo de la corona pertenece al gótico, llamado florido, el cual impera generalmente en todas las obras de arte del siglo XIV.
Es toda de oro finísimo con engarces de piedras preciosas. Su peso total es de 500 gramos; mide su diámetro en la parte más prominente unos 13 centímetros y tiene de altura hasta la cúspide de la cruz 14 centímetros.
Su forma es la de Corona Imperial. Fue bendecida por León XIII el 30 de setiembre de 1886.
La solemne coronación, tuvo lugar el 8 de mayo de 1887 en presencia de unas 40.000 personas.
Fue robada el 15 de setiembre de 1897. Fue encontrada y restaurada en la Casa Gotuzzo y Costa, de la ciudad de Buenos Aires, bendecida y colocada nuevamente sobre las sienes de la Virgen por Mons. Uladislao Castellano, Arzobispo de Buenos Aires, el 7 de noviembre de 1897.
La corona luce 8 escudos: los de Argentina, Uruguay, Paraguay, España, el del Papa Pío IX, quien siendo canónigo en 1824 visitara y diera misa en Luján, el de S.S. León XIII, que bendijera la corona en 1886 y los de Monseñor Aneiros, porteño y Mons. Castellano, cordobés, ya que ambos coronaron la imagen de la Virgen.
La preciosa aureola que circunda la corona que ciñe las sienes de María de Luján está compuesta de doce estrellas a seis puntas y viene a ser como su natural complemento. Sintió el Padre Salvaire, en lo más íntimo de su corazón una voz misteriosa que le recordaba aquella frase apocalíptica de San Juan: "Vi a una hermosa mujer vestida de sol, calzada con la luna y sobre su cabeza una corona de doce estrellas"
La Rosa de Oro
La rosa de Oro es un presente otorgado por el Papa a Naciones, Ciudades, Basílicas, Santuarios, Imágenes... Es bendecida personalmente por Él, el cuarto domingo de Cuaresma, la unge con el Santo Crisma y se la espolvorea con incienso. Esta Rosa consiste en áureo rosal con flores, botones y hojas, colocado en un vaso de Plata renacentista dentro de un estuche de oropel con el escudo del Papa.
Se considera iniciador del rito al Papa León IX en el año 1049.
En América fue concedida a Nuestra Señora de Guadalupe (México), a la Virgen Aparecida de Brasil, y el 11 de junio de 1982, personalmente Juan Pablo II, se la ofrendó a Nuestra Señora de Luján, Patrona de Argentina.
Tomado de: www.basilicadelujan.org.ar
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