martes, 1 de enero de 2013

Evangelio del día 1 de enero de 2013

Evangelio según San Lucas 2,16-21. Solemnidad de Santa María, Madre de Dios

Fueron rápidamente y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre.
Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño,
y todos los que los escuchaban quedaron admirados de lo que decían los pastores.
Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón.
Y los pastores volvieron, alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, conforme al anuncio que habían recibido.
Ocho días después, llegó el tiempo de circuncidar al niño y se le puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido dado por el Angel antes de su concepción.



Comentario:



“Desde ahora me felicitarán todas las generaciones” - Homilía pronunciada en el Concilio de Éfeso en 431



   Te saludamos, María, Madre de Dios, tesoro digno de ser veneradopor todo el orbe, lámpara inextinguible, corona de la virginidad,trono de la recta doctrina, templo indestructible, lugar propio de aquel que no puede ser contenido en lugar alguno, madre y virgen,por quien es llamado bendito, en los santos evangelios, “el que viene en nombre del Señor”(Mt 21,9 ; Sal. 117,26).

   Te saludamos, a ti, que encerraste en tu seno virginal a aquel que es inmenso e inabarcable; a ti, por quien la santa Trinidad es adorada y glorificada; por quien la cruz preciosa es celebrada y adorada en todo el orbe; por quien exulta el cielo; por quien se alegran los ángeles y arcángeles; por quien son puestos en fuga los demonios; por quien el diablo tentador cayó del cielo; por quien la criatura, caída en el pecado, es elevada al cielo; por quien toda la creación, sujeta a la insensatez de la idolatría, llega al conocimiento de la verdad; por quien los creyentes obtienen la gracia del bautismo y el aceite de la alegría (Sal. 44,8),; por quien han sido fundamentadas las Iglesias en todo el orbe de la tierra; por quien todos los hombres son llamados a la conversión.

    Y ¿qué más diré? Por ti, el Hijo unigénito de Dios ha iluminado ”a los que vivían en tinieblas y en sombra de muerte”(Lc 1,79; Is 42,7); ¿Quién habrá que sea capaz de cantar como es debido las alabanzas de María? Ella es madre y virgen a la vez; ¡qué cosa tan admirable! Es una maravilla que me llena de estupor. ¿Quién ha oído jamás decir que le esté prohibido al constructor habitar en el mismo templo que él ha construido? ¿Quién podrá tachar de ignominia el hecho de que la sirviente (Lc 1,48) sea adoptada como madre?

    Mirad: hoy todo el mundo se alegra... que rindamos un culto impregnado de santo temor a la Trinidad indivisa, al celebrar, con nuestras alabanzas, a María siempre Virgen, el templo santo de Dios, y a su Hijo y esposo inmaculado.


Homilía pronunciada en el Concilio de Éfeso en 431. Atribuida a San Cirilo de Alejandría (380-444), obispo y doctor de la Iglesia (trad. breviario 05/08)

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