miércoles, 19 de enero de 2011

En la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos


En el día en que la liturgia romana tradicional celebra “La cátedra de San Pedro en Roma”, paradójicamente Benedicto XVI inició ayer la anual “Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos” (18 al 25 de enero), en este año una suerte de anticipo de “Asís 2.011”.

Informa al respecto la agencia Zenit que:

“la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos surgió en 1910, en la Conferencia Misionera Mundial en Edimburgo, y es considerada como el punto de partida oficial del movimiento ecuménico. Benedicto XVI rindió homenaje al centenario de esta iniciativa durante su histórico Viaje al Reino Unido en septiembre pasado.”

Es cierto que el Papa en su momento “rindió homenaje al centenario de esta iniciativa”. Y esto ocurrió también en la “Audiencia General” del 20-1-10 y puede leerse aquí.

Lo que no puede leerse, tanto en el despacho de Zenit como en la alocución papal, es que aquella no fue una iniciativa católica. Ni siquiera tuvo participación alguna de la Iglesia.

El Grupo Mixto de Trabajo (GMT), un organismo encargado de hacer un seguimiento y promover la colaboración entre la Iglesia católica y el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) nació recién en 1965, año de clausura del Concilio Vaticano II.

Como dice la web del Consejo Mundial de Iglesias, al referirse a estas Conferencias - Asambleas:

Desde entonces (1961), las conferencias mundiales sobre misión pueden considerarse verdaderamente "ecuménicas" por la amplia participación de diferentes denominaciones, incluidas las iglesias ortodoxas y, poco después del Concilio Vaticano II, los observadores católicos romanos.”

Sobre este tema puede leerse más aquí.

Por otra parte, en la página web del Vaticano están publicados los “Materiales para la Semana de oración por la unidad de los cristianos 2011” a modo de sugerencia sobre cómo celebrarla en todo el mundo. Comienza así:

“Esta es la versión española (Nota: la traducción es de la Conferencia Episcopal Española) del texto para la Semana de oración de la unidad de los cristianos 2011. El material, con miras a su difusión internacional, ha sido preparado por una comisión mixta nombrada por el Pontificio Consejo para la promoción de la unidad de los cristianos y la Comisión Fe y Constitución del Consejo Mundial de Iglesias, con base en una propuesta de un grupo ecuménico de Jerusalén”.

Extractamos algunos párrafos: en el punto III del ítem “Desarrollo de la celebración” se formula una “Oración de arrepentimiento y paz” en el que se sugieren, por ejemplo, estas opciones:

“Opción nº l: Velas llevadas en procesión durante la liturgia de apertura y colocadas a la vista de la asamblea pueden ser apagadas una a una, después de cada fórmula del rezo penitencial, mientras se deja una gran vela o el cirio pascual encendido, y se apagan las luces de la iglesia. Al final de la liturgia de paz, se distribuyen pequeñas velas a las personas presentes. La confesión de fe, que se puede recitar según el credo de Nicea o el símbolo de los apóstoles, o también según otra expresión tradicional de la fe, sigue con el intercambio de la paz en la penumbra. Las velas apagadas se encienden entonces una a una (de la gran vela o el cirio pascual) después de cada intención de la letanía por la unidad de los cristianos. Se invita a los participantes a llevar con ellos las velas que recibieron, a encenderlas cada noche de la semana de oración y, si conviene, colocarlas en su ventana para prolongar esta vigilia de oración y recuerdo de los cristianos de Tierra Santa y de quienes sufren por su fe.”

“Opción nº 2: Un grupo (de niños o jóvenes por ejemplo) prepara de antemano el “mosaico” (una imagen de Cristo, una cruz, la imagen de una iglesia, cualquier otro símbolo de unidad juzgado conveniente) y lo divide en grandes pedazos. Durante la letanía de la unidad de los cristianos, representantes de las comunidades presentes colocan los pedazos del mosaico sucesivamente en un marco, delante de la asamblea. Al final de la letanía, el mosaico representará la unidad de todos los cristianos en el único cuerpo de Cristo, en la diversidad que muestra la riqueza del don que Dios hizo a las Iglesias.”

Nótese qué bien está logrado el símbolo: un mosaico con la imagen de Cristo, que se divide en pedazos, y que se vuelve a armar paulatinamente ante cada oración por la “unidad de los cristianos”.

Lo primero que pienso al imaginar el símbolo es que el Cuerpo Místico de Cristo está dividido en las diferentes Iglesias, que pese a sus ricas diversidades están desunidas aún, por lo cual hay que orar y trabajar por su unidad.

Si este es el sentido, el símbolo me parece bien logrado. Sólo que estamos ante una notoria herejía: el cuerpo místico de Cristo es la única Iglesia de Cristo. Esa es la doctrina católica.

Casi cada párrafo del texto de la web vaticana merecería un post aparte, aunque el lector avezado podrá fácilmente sacar de allí sus conclusiones.

Por ejemplo, en otra parte se consigna “Algunas fechas importantes en la historia de la Semana de oración por la unidad de los cristianos”. Para tener en cuenta especialmente son las dos primeras que se mencionan:

“1740 Nacimiento en Escocia del movimiento pentecostal con vinculaciones en América del Norte, cuyo mensaje por la renovación de la fe llamaba a la oración por todas las Iglesias y con ellas.

1820 El Rvdo. James Haldane Stewart publica "Consejos para la unión general de los cristianos con vistas a una efusión del Espíritu" (Hins for the outpouring of the Spirit).”

Es para correr espantados de un acto que nace de esta forma, y que está vinculado al proceso ecumenista intraeclesial que tanto indiferentismo religioso promueve en los fieles.

En fin, todo un panegírico del falso ecumenismo que no busca la conversión de los errados sino dialogar con ellos, llamativamente funcional a la idea parusíaca de una única religión universal como sustento de un nuevo orden mundial.

No es posible desligar la doctrina de la praxis: la declaración sobre la libertad religiosa del ultimo concilio pastoral y este tipo de prácticas de la Jerarquía, silenciándose a la vez la auténtica doctrina católica, no pueden desligarse de la creencia lamentablemente extendida de que “todas las religiones son iguales”.

El circo está montado. Allá aquellos que no lo quieran ver.

Los ejemplos de los santos y el Magisterio infalible de la Iglesia permanecerán hasta el final, le guste ello o no a quien sea. Y cuanto más oscuro está el panorama, más relumbran aquellos.

"Podrá parecer que dichos "pancristianos", tan atentos a unir las iglesias, persiguen el fin nobilísimo de fomentar la caridad entre todos los cristianos, Pero, ¿cómo es posible que la caridad redunde en daño de la fe?"

"Nadie, ciertamente, ignora que San Juan, el Apóstol mismo de la caridad, el cual en su Evangelio parece descubrirnos los secretos del Corazón Santísimo de Jesús, y que solía inculcar continuamente a sus discípulos el nuevo precepto Amaos unos a los otros, prohibió absolutamente todo trato y comunicación con aquellos que no profesasen, íntegra y pura, la doctrina de Jesucristo: Si alguno viene a vosotros y no trae esta doctrina, no le recibáis en casa, y ni siquiera le saludéis."

"Siendo, pues, la fe íntegra y sincera, como fundamento y raíz de la caridad, necesario es que los discípulos de Cristo estén unidos principalmente con el vínculo de la unidad de fe.”

(S.S. Pio XI Enc. Mortalium animos, 6 de enero de 1928)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...