sábado, 30 de junio de 2012
viernes, 29 de junio de 2012
"El que comulga, de tal suerte está unido con Cristo" - San Cirilio de Jerusalén
“Así como dos pedazos de cera derretidos juntos no hacen más que uno, de igual modo el que comulga, de tal suerte está unido con Cristo, que él vive en Cristo y Cristo en él.”
San Cirilio de Jerusalén
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Reflexión Católica,
San Cirilo de Alejandría
Evangelio del día 29 de junio de 2012
Evangelio según San Mateo 16,13-19. Solemnidad de San Pedro y San Pablo, Apóstoles
Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: "¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?". Ellos le respondieron: "Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas". "Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?".
Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo". Y Jesús le dijo: "Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo. Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo".
Comentario:
“Me hice todo a todos. No busco mi propio interés, procuro contentar en todo a todos, para que se salven” (1Co 9,22; 10,33)- Isaac de la Estrella
"Son hombres de misericordia, cuyos beneficios no caen en el olvido; los bienes que dejaron a su posteridad subsisten siempre" (liturgia latina; si 44,10-11). Celebramos, bien amados, el día del nacimiento de los apóstoles Pedro y Pablo; y conviene... que su muerte sea llamada igualmente nacimiento, ya que engendra a la vida... He aquí lo que alcanzan los santos: por esta muerte que da vida, dejan esta vida que conduce a la muerte, para alcanzar esta vida vivificante que está en manos de Aquel mismo que "tiene la vida", el Padre, como lo dice Cristo (Jn 5,26)...
Hay tres tipos de hombres misericodiosos. Los primeros dan sus bienes... con vistas a suplir con lo que les sobra la penuria de otros... Los segundos distribuyen todos sus bienes, y para ellos de ahora en adelante... todo lo tienen en común con el otro... En cuanto a los terceros, no sólo lo dan todo, sino que “se dan ellos mismos por entero" (2Co 12,15) y se entregan en persona a los peligros de la prisión, al exilio y a la muerte, para alejar a otros del peligro en el que se encuentran sus almas. Ellos mismos son pródigos, porque están ávidos de los otros. Recibirán la recompensa de este amor "porque no existe amor más grande que dar su vida por aquellos a los que se ama" (Jn 15,13)...
Tales son estos gloriosos príncipes de la tierra y servidores del cielo donde hoy - después de largas privaciones "el hambre y la sed, el frío y la desnudez", de duras fatigas y peligros "de sus compatriotas, paganos y hermanos falsos" (2Co 11,26-27) - celebramos su muerte victoriosa. A tales hombres se aplica bien esta frase: "sus obras no caen en el olvido", porque no olvidaron la misericordia... Sí, a los misericodiosos "la suerte que les espera es espléndida, su herencia magnífica" (Sal.15, 6).
Isaac de la Estrella (?-v. 1171), monje cisterciense. Sermón 49, 1º para la fiesta de San Pedro y San Pablo; SC 339
Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: "¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?". Ellos le respondieron: "Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas". "Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?".
Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo". Y Jesús le dijo: "Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo. Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo".
Comentario:
“Me hice todo a todos. No busco mi propio interés, procuro contentar en todo a todos, para que se salven” (1Co 9,22; 10,33)- Isaac de la Estrella
"Son hombres de misericordia, cuyos beneficios no caen en el olvido; los bienes que dejaron a su posteridad subsisten siempre" (liturgia latina; si 44,10-11). Celebramos, bien amados, el día del nacimiento de los apóstoles Pedro y Pablo; y conviene... que su muerte sea llamada igualmente nacimiento, ya que engendra a la vida... He aquí lo que alcanzan los santos: por esta muerte que da vida, dejan esta vida que conduce a la muerte, para alcanzar esta vida vivificante que está en manos de Aquel mismo que "tiene la vida", el Padre, como lo dice Cristo (Jn 5,26)...
Hay tres tipos de hombres misericodiosos. Los primeros dan sus bienes... con vistas a suplir con lo que les sobra la penuria de otros... Los segundos distribuyen todos sus bienes, y para ellos de ahora en adelante... todo lo tienen en común con el otro... En cuanto a los terceros, no sólo lo dan todo, sino que “se dan ellos mismos por entero" (2Co 12,15) y se entregan en persona a los peligros de la prisión, al exilio y a la muerte, para alejar a otros del peligro en el que se encuentran sus almas. Ellos mismos son pródigos, porque están ávidos de los otros. Recibirán la recompensa de este amor "porque no existe amor más grande que dar su vida por aquellos a los que se ama" (Jn 15,13)...
Tales son estos gloriosos príncipes de la tierra y servidores del cielo donde hoy - después de largas privaciones "el hambre y la sed, el frío y la desnudez", de duras fatigas y peligros "de sus compatriotas, paganos y hermanos falsos" (2Co 11,26-27) - celebramos su muerte victoriosa. A tales hombres se aplica bien esta frase: "sus obras no caen en el olvido", porque no olvidaron la misericordia... Sí, a los misericodiosos "la suerte que les espera es espléndida, su herencia magnífica" (Sal.15, 6).
Isaac de la Estrella (?-v. 1171), monje cisterciense. Sermón 49, 1º para la fiesta de San Pedro y San Pablo; SC 339
jueves, 28 de junio de 2012
Evangelio del día 28 de junio de 2012
Evangelio según San Mateo 7,21-29. Jueves de la duodécima semana del tiempo ordinario
No son los que me dicen: 'Señor, Señor', los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Muchos me dirán en aquel día: 'Señor, Señor, ¿acaso no profetizamos en tu Nombre? ¿No expulsamos a los demonios e hicimos muchos milagros en tu Nombre?'.
Entonces yo les manifestaré: 'Jamás los conocí; apártense de mí, ustedes, los que hacen el mal'.
Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca.
Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero esta no se derrumbó porque estaba construida sobre roca.
Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena.
Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: esta se derrumbó, y su ruina fue grande".
Cuando Jesús terminó de decir estas palabras, la multitud estaba asombrada de su enseñanza,
porque él les enseñaba como quien tiene autoridad y no como sus escribas.
Comentario: Un hombre previsor construye su casa sobre roca - Vida de san Francisco de Asís llamada «de Perusa»
Desde el principio de su conversión, el bienaventurado Francisco, prudente como era, quería, con la ayuda de Dios, establecer, sólidamente y a la vez, él mismo y su casa, es decir, su Orden de Hermanos menores, sobre una roca sólida, a saber, sobre la muy grande humildad y la muy grande pobreza del Hijo de Dios.
Sobre una profunda humildad: porque desde el principio, cuando los hermanos empezaban a multiplicarse, les prescribió residir en los hospicios para servir a los leprosos. En aquel momento, cuando los postulantes se presentaban, fueran nobles o plebeyos, les advertía que tendrían que servir a los leprosos y residir en sus hospitales.
Sobre una muy gran pobreza: en efecto, dijo en su Regla que los hermanos debían habitar en sus casas «como extranjeros y peregrinos, y que no debían desear nada de lo que está bajo el cielo», si no era la santa pobreza, gracias a la cual el Señor les llenará de alimentos corporales y de virtudes, lo cual les servirá como herencia para la otra vida, el cielo.
También para él mismo, Francisco escogió este fundamento de una humildad perfecta y una perfecta pobreza; si bien es cierto que fue un gran personaje en la Iglesia de Dios, por una opción libre quiso mantenerse en la última hilera, no sólo en la Iglesia sino también entre los hermanos.
Vida de san Francisco de Asís llamada «de Perusa» (siglo XIV). §102
No son los que me dicen: 'Señor, Señor', los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Muchos me dirán en aquel día: 'Señor, Señor, ¿acaso no profetizamos en tu Nombre? ¿No expulsamos a los demonios e hicimos muchos milagros en tu Nombre?'.
Entonces yo les manifestaré: 'Jamás los conocí; apártense de mí, ustedes, los que hacen el mal'.
Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca.
Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero esta no se derrumbó porque estaba construida sobre roca.
Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena.
Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: esta se derrumbó, y su ruina fue grande".
Cuando Jesús terminó de decir estas palabras, la multitud estaba asombrada de su enseñanza,
porque él les enseñaba como quien tiene autoridad y no como sus escribas.
Comentario: Un hombre previsor construye su casa sobre roca - Vida de san Francisco de Asís llamada «de Perusa»
Desde el principio de su conversión, el bienaventurado Francisco, prudente como era, quería, con la ayuda de Dios, establecer, sólidamente y a la vez, él mismo y su casa, es decir, su Orden de Hermanos menores, sobre una roca sólida, a saber, sobre la muy grande humildad y la muy grande pobreza del Hijo de Dios.
Sobre una profunda humildad: porque desde el principio, cuando los hermanos empezaban a multiplicarse, les prescribió residir en los hospicios para servir a los leprosos. En aquel momento, cuando los postulantes se presentaban, fueran nobles o plebeyos, les advertía que tendrían que servir a los leprosos y residir en sus hospitales.
Sobre una muy gran pobreza: en efecto, dijo en su Regla que los hermanos debían habitar en sus casas «como extranjeros y peregrinos, y que no debían desear nada de lo que está bajo el cielo», si no era la santa pobreza, gracias a la cual el Señor les llenará de alimentos corporales y de virtudes, lo cual les servirá como herencia para la otra vida, el cielo.
También para él mismo, Francisco escogió este fundamento de una humildad perfecta y una perfecta pobreza; si bien es cierto que fue un gran personaje en la Iglesia de Dios, por una opción libre quiso mantenerse en la última hilera, no sólo en la Iglesia sino también entre los hermanos.
Vida de san Francisco de Asís llamada «de Perusa» (siglo XIV). §102
miércoles, 27 de junio de 2012
martes, 26 de junio de 2012
lunes, 25 de junio de 2012
domingo, 24 de junio de 2012
Evangelio del día 24 de junio de 2012
Evangelio según San Lucas 1,57-66.80.
Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo. Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban con ella.
A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre;
pero la madre dijo: "No, debe llamarse Juan".
Ellos le decían: "No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre". Entonces preguntaron por señas al padre qué nombre quería que le pusieran. Este pidió una pizarra y escribió: "Su nombre es Juan". Todos quedaron admirados. Y en ese mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios.
Este acontecimiento produjo una gran impresión entre la gente de los alrededores, y se lo comentaba en toda la región montañosa de Judea. Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: "¿Qué llegará a ser este niño?". Porque la mano del Señor estaba con él.
El niño iba creciendo y se fortalecía en su espíritu; y vivió en lugares desiertos hasta el día en que se manifestó a Israel.
Comentario:
"Y convertirá a muchos hijos de Israel al Señor, su Dios. Irá delante de él..., para prepararle al Señor un pueblo bien dispuesto" (Lc 1,16-17)- Liturgia bizantina
En este día nace el gran Precursor,
nacido del seno estéril de Isabel.
Es el más grande entre los profetas;
Nadie más surgió como él,
porque es la lámpara que precede a la claridad suprema
y la voz que precede Verbo.
Conduce a Cristo la Iglesia, su novia,
y prepara para el Señor un pueblo escogido,
purificándolo por el agua con vistas al Espíritu.
De Zacarías nace esta joven planta,
el más bello entre los hijos del desierto,
el heraldo del arrepentimiento,
el que purifica por el agua a los que se extraviaban,
el precursor del anuncio de la ressurección
de entre los muertos,
y que intercede por nuestras almas.
Desde el seno de tu madre, bienaventurado Juan,
fuiste el profeta y el precursor de Cristo:
te estremeciste de alegría
viendo a la Reina acercarse a la sierva
teniendo ante ti al que el Padre engendra sin madre desde toda eternidad,
tú que naciste de una mujer estéril y anciana,
según la promesa del Señor.
Ruégale que tenga misericordia de nuestras almas.
(Referencias bíblicas: Mt 11,11; Jn 5,35; Mt 3,3; Jn 3,29; Lc 1,17; 3,16; Mc 6,28; Lc 1,40; 1,13)
Liturgia bizantina. Lucernario de las vísperas de la fiesta de San Juan Bautista
Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo. Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban con ella.
A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre;
pero la madre dijo: "No, debe llamarse Juan".
Ellos le decían: "No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre". Entonces preguntaron por señas al padre qué nombre quería que le pusieran. Este pidió una pizarra y escribió: "Su nombre es Juan". Todos quedaron admirados. Y en ese mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios.
Este acontecimiento produjo una gran impresión entre la gente de los alrededores, y se lo comentaba en toda la región montañosa de Judea. Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: "¿Qué llegará a ser este niño?". Porque la mano del Señor estaba con él.
El niño iba creciendo y se fortalecía en su espíritu; y vivió en lugares desiertos hasta el día en que se manifestó a Israel.
Comentario:
"Y convertirá a muchos hijos de Israel al Señor, su Dios. Irá delante de él..., para prepararle al Señor un pueblo bien dispuesto" (Lc 1,16-17)- Liturgia bizantina
En este día nace el gran Precursor,
nacido del seno estéril de Isabel.
Es el más grande entre los profetas;
Nadie más surgió como él,
porque es la lámpara que precede a la claridad suprema
y la voz que precede Verbo.
Conduce a Cristo la Iglesia, su novia,
y prepara para el Señor un pueblo escogido,
purificándolo por el agua con vistas al Espíritu.
De Zacarías nace esta joven planta,
el más bello entre los hijos del desierto,
el heraldo del arrepentimiento,
el que purifica por el agua a los que se extraviaban,
el precursor del anuncio de la ressurección
de entre los muertos,
y que intercede por nuestras almas.
Desde el seno de tu madre, bienaventurado Juan,
fuiste el profeta y el precursor de Cristo:
te estremeciste de alegría
viendo a la Reina acercarse a la sierva
teniendo ante ti al que el Padre engendra sin madre desde toda eternidad,
tú que naciste de una mujer estéril y anciana,
según la promesa del Señor.
Ruégale que tenga misericordia de nuestras almas.
(Referencias bíblicas: Mt 11,11; Jn 5,35; Mt 3,3; Jn 3,29; Lc 1,17; 3,16; Mc 6,28; Lc 1,40; 1,13)
Liturgia bizantina. Lucernario de las vísperas de la fiesta de San Juan Bautista
sábado, 23 de junio de 2012
viernes, 22 de junio de 2012
jueves, 21 de junio de 2012
miércoles, 20 de junio de 2012
Evangelio del día 20 de junio de 2012
Evangelio según San Mateo 6,1-6.16-18. Miércoles de la undécima semana del tiempo ordinario
Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo.
Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se note que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Comentario:
«Cuando vayas a orar, entra en tu habitación» - San Juan de la Cruz
Pide aquí el alma Esposa cuando dice: ¿Adónde te escondiste?... Le respondamos mostrándole el lugar más cierto donde está escondido, para que allí lo halle a lo cierto con la perfección y sabor que puede en esta vida y así no comience a vaguear en vano tras las pisadas de las compañías. (cf Ct 3,2).
Para lo cual es de notar que el Verbo Hijo de Dios, juntamente con el Padre y el Espíritu Santo, esencial y presencialmente está escondido en el íntimo ser del alma; por tanto, el alma que le ha de hallar conviénele salir de todas las cosas según la afección y voluntad y entrarse en sumo recogimiento dentro de sí misma, siéndole todas las cosas como si no fuesen. Que, por eso, san Agustín, hablando en los Soliloquios con Dios, decía: No te hallaba, Señor, de fuera, porque mal te buscaba fuera, que estabas dentro. Está, pues, Dios en el alma escondido, y ahí le ha de buscar con amor el buen contemplativo, diciendo: ¿Adónde te escondiste?
¡Oh, pues, alma hermosísima entre todas las criaturas, que tanto deseas saber el lugar donde está tu Amado, para buscarle y unirte con él! Ya se te dice que tú misma eres el aposento donde él mora y el retrete y escondrijo donde está escondido; que es cosa de grande contentamiento y alegría para ti ver que todo tu bien y esperanza está tan cerca de ti, que esté en ti, o, por mejor decir, tú no puedas estar sin él. Catá, dice el Esposo (Lc. 17, 21), que el reino de Dios está dentro de vosotros. Y su siervo el apóstol san Pablo (2 Cor. 6, 16): Vosotros, dice, sois templo de Dios.
San Juan de la Cruz (1542-1591), carmelita descalzo, doctor de la Iglesia. Cántico Espiritual B, estrofa 1, 6-7 (trad. Obras completas editorial Sígueme 1992)
Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo.
Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se note que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Comentario:
«Cuando vayas a orar, entra en tu habitación» - San Juan de la Cruz
Pide aquí el alma Esposa cuando dice: ¿Adónde te escondiste?... Le respondamos mostrándole el lugar más cierto donde está escondido, para que allí lo halle a lo cierto con la perfección y sabor que puede en esta vida y así no comience a vaguear en vano tras las pisadas de las compañías. (cf Ct 3,2).
Para lo cual es de notar que el Verbo Hijo de Dios, juntamente con el Padre y el Espíritu Santo, esencial y presencialmente está escondido en el íntimo ser del alma; por tanto, el alma que le ha de hallar conviénele salir de todas las cosas según la afección y voluntad y entrarse en sumo recogimiento dentro de sí misma, siéndole todas las cosas como si no fuesen. Que, por eso, san Agustín, hablando en los Soliloquios con Dios, decía: No te hallaba, Señor, de fuera, porque mal te buscaba fuera, que estabas dentro. Está, pues, Dios en el alma escondido, y ahí le ha de buscar con amor el buen contemplativo, diciendo: ¿Adónde te escondiste?
¡Oh, pues, alma hermosísima entre todas las criaturas, que tanto deseas saber el lugar donde está tu Amado, para buscarle y unirte con él! Ya se te dice que tú misma eres el aposento donde él mora y el retrete y escondrijo donde está escondido; que es cosa de grande contentamiento y alegría para ti ver que todo tu bien y esperanza está tan cerca de ti, que esté en ti, o, por mejor decir, tú no puedas estar sin él. Catá, dice el Esposo (Lc. 17, 21), que el reino de Dios está dentro de vosotros. Y su siervo el apóstol san Pablo (2 Cor. 6, 16): Vosotros, dice, sois templo de Dios.
San Juan de la Cruz (1542-1591), carmelita descalzo, doctor de la Iglesia. Cántico Espiritual B, estrofa 1, 6-7 (trad. Obras completas editorial Sígueme 1992)
martes, 19 de junio de 2012
"La unión en la oración" - Beato Pier Giorgio Frassati
"Las amistades terrenas producen a nuestro corazón dolor por el alejamiento de aquellos que amamos, pero yo quisiera que nosotros jurásemos un pacto que no tenga ningún confín terreno ni límites temporales: la unión en la oración".
Beato Pier Giorgio Frassati
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Beato Pier Giorgio Frassati,
Oración,
Reflexión Católica
Evangelio del día 19 de junio de 2012
Evangelio según San Mateo 5,43-48. Martes de la undécima semana del tiempo ordinario
Ustedes han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos.
Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos? Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos? Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo.
Comentario:
«Sed santos, porque yo soy santo» (Lv 19,2)- Beata Teresa de Calcuta
Todos sabemos que existe un Dios que nos ama, que nos ha creado. Podemos acudir a él y pedirle: «Padre mío, ayúdame. Deseo ser santa, deseo ser buena, deseo amar. La santidad no es un lujo para unos pocos, ni está restringida sólo a algunas personas. Está hecha para ti, para mí y para todos. Es un sencillo deber, porque si aprendemos a amar, aprendemos a ser santos.
El primer paso para ser santo, es desearlo. Jesús quiere que seamos tan santos como su Padre. La santidad consiste en hacer la voluntad de Dios con alegría. Las palabras «deseo ser santo» significan: quiero despojarme de todo lo que no sea Dios; quiero despojarme y vaciar mi corazón de cosas materiales. Quiero renunciar a mi voluntad, a mis inclinaciones, a mis caprichos, a mi inconstancia y ser un esclavo generoso de la voluntad de Dios.
Con una total voluntad amaré a Dios, optaré por Él, correré hacia Él, llegaré a Él y lo poseeré. Pero todo depende de las palabras, «Quiero» o «No quiero». He puesto toda mi energía en la palabra «Quiero».
Beata Teresa de Calcuta (1910-1997), fundadora de las Hermanas Misioneras de la Caridad. El amor más grande «la santidad»
Ustedes han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos.
Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos? Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos? Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo.
Comentario:
«Sed santos, porque yo soy santo» (Lv 19,2)- Beata Teresa de Calcuta
Todos sabemos que existe un Dios que nos ama, que nos ha creado. Podemos acudir a él y pedirle: «Padre mío, ayúdame. Deseo ser santa, deseo ser buena, deseo amar. La santidad no es un lujo para unos pocos, ni está restringida sólo a algunas personas. Está hecha para ti, para mí y para todos. Es un sencillo deber, porque si aprendemos a amar, aprendemos a ser santos.
El primer paso para ser santo, es desearlo. Jesús quiere que seamos tan santos como su Padre. La santidad consiste en hacer la voluntad de Dios con alegría. Las palabras «deseo ser santo» significan: quiero despojarme de todo lo que no sea Dios; quiero despojarme y vaciar mi corazón de cosas materiales. Quiero renunciar a mi voluntad, a mis inclinaciones, a mis caprichos, a mi inconstancia y ser un esclavo generoso de la voluntad de Dios.
Con una total voluntad amaré a Dios, optaré por Él, correré hacia Él, llegaré a Él y lo poseeré. Pero todo depende de las palabras, «Quiero» o «No quiero». He puesto toda mi energía en la palabra «Quiero».
Beata Teresa de Calcuta (1910-1997), fundadora de las Hermanas Misioneras de la Caridad. El amor más grande «la santidad»
lunes, 18 de junio de 2012
domingo, 17 de junio de 2012
SS Benedicto XVI pidió respetar los derechos de los refugiados
El papa Benedicto XVI abogó hoy por que los derechos de los refugiados "sean siempre respetados y que pronto puedan reunirse con sus seres queridos", durante el tradicional rezo del Angelus dominical en la plaza de San Pedro del Vaticano.
El pontífice recordó que el 20 de junio se celebra la Jornada Mundial del Refugiado, promovida por las Naciones Unidas y con la que se quiere llamar la atención de la comunidad internacional sobre "las condiciones de muchas personas obligadas a huir de su propia tierra amenazadas por conflictos armados y graves formas de violencia".
Asimismo, señaló que hoy tendrá lugar la celebración de clausura del 50 Congreso Eucarístico Internacional, "que durante esta semana ha hecho de Dublín la ciudad de la Eucaristía, donde muchas personas se han recogido en oración ante la presencia de Cristo".
"En el misterio de la Eucaristía Jesús ha querido permanecer con nosotros para hacernos entrar en comunión con él y entre nosotros. Confiamos a María Santísima los frutos madurados en estos días de reflexión y oración", agregó.
Benedicto XVI subrayó además que en el Evangelio de este domingo "el Señor nos ha mostrado que el Reino de Dios es como una semilla que, aunque al principio puede parecer pequeña, está llamada a crecer y desarrollarse hasta convertirse en un árbol frondoso".
Destacó que es el milagro del amor de Dios "el que hace germinar y crecer todas las semillas del bien esparcido por la tierra" y que "es la experiencia de este milagro de amor el que nos hace ser optimistas a pesar de las dificultades, los sufrimientos y el mal que encontramos". (EFE)
El pontífice recordó que el 20 de junio se celebra la Jornada Mundial del Refugiado, promovida por las Naciones Unidas y con la que se quiere llamar la atención de la comunidad internacional sobre "las condiciones de muchas personas obligadas a huir de su propia tierra amenazadas por conflictos armados y graves formas de violencia".
Asimismo, señaló que hoy tendrá lugar la celebración de clausura del 50 Congreso Eucarístico Internacional, "que durante esta semana ha hecho de Dublín la ciudad de la Eucaristía, donde muchas personas se han recogido en oración ante la presencia de Cristo".
"En el misterio de la Eucaristía Jesús ha querido permanecer con nosotros para hacernos entrar en comunión con él y entre nosotros. Confiamos a María Santísima los frutos madurados en estos días de reflexión y oración", agregó.
Benedicto XVI subrayó además que en el Evangelio de este domingo "el Señor nos ha mostrado que el Reino de Dios es como una semilla que, aunque al principio puede parecer pequeña, está llamada a crecer y desarrollarse hasta convertirse en un árbol frondoso".
Destacó que es el milagro del amor de Dios "el que hace germinar y crecer todas las semillas del bien esparcido por la tierra" y que "es la experiencia de este milagro de amor el que nos hace ser optimistas a pesar de las dificultades, los sufrimientos y el mal que encontramos". (EFE)
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SS Benedicto XVI
“Nada puede pasarme que Dios no quiera" - Santo Tomás Moro
Evangelio del día 17 de junio de 2012
Evangelio según San Marcos 4,26-34. Undécimo Domingo del tiempo ordinario
Y decía: "El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra: sea que duerma o se levante, de noche y de día, la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra por sí misma produce primero un tallo, luego una espiga, y al fin grano abundante en la espiga. Cuando el fruto está a punto, él aplica en seguida la hoz, porque ha llegado el tiempo de la cosecha".
También decía: "¿Con qué podríamos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola nos servirá para representarlo? Se parece a un grano de mostaza. Cuando se la siembra, es la más pequeña de todas las semillas de la tierra, pero, una vez sembrada, crece y llega a ser la más grande de todas las hortalizas, y extiende tanto sus ramas que los pájaros del cielo se cobijan a su sombra".
Y con muchas parábolas como estas les anunciaba la Palabra, en la medida en que ellos podían comprender. No les hablaba sino en parábolas, pero a sus propios discípulos, en privado, les explicaba todo.
Comentario:
"Más cuando se la siembra, crece y sobrepasa a las demás hortalizas" - San Pedro Crisólogo
Hermanos, habéis aprendido cómo el Reino de los cielos, con toda su grandeza, se compara a un grano de mostaza... ¿Es esto lo que los creyentes esperan? ¿Lo que los fieles entienden ?... «¿Es lo que el ojo no vio, ni el oído oyó, ni el corazón del hombre puede entender ?... ¿Es lo que promete el apóstol Pablo y que ha estado reservado en el misterio inexplicable de salvación, para aquellos que le aman?» (1Co 2,9). No nos dejemos desconcertar por las palabras del Señor. Si, en efecto, "la debilidad de Dios es más fuerte que el hombre, y si la locura de Dios es más sabia que el hombre" (1Co 1,25), esta pequeña cosa, que es propiedad de Dios, es más espléndida que toda la inmensidad del mundo. Nosotros solamente podemos sembrar en nuestro corazón esta semilla de mostaza, de modo que llegue a ser un gran árbol del conocimiento (Gn 2,9), sobrepasando su altura para elevar nuestro pensamiento hasta el cielo, y desplegando todas las ramas de la inteligencia...
Cristo es el Reino. A manera de una semilla de mostaza, ha sido sembrado en un jardín, el cuerpo de la Virgen. Creció y llegó a ser el árbol de la cruz que cubre la tierra entera. Después de que hubiera sido triturado por la Pasión, su fruto produjo bastante sabor para dar su buen gusto y su aroma a todos los seres vivos que lo tocan. Porque, mientras la semilla de mostaza permanezca intacta, sus virtudes quedan escondidas, pero despliegan toda su potencia cuando la semilla es molida. De igual modo, Cristo quiso que su cuerpo fuera molido para que su fuerza no quede escondida... Cristo es rey, porque es el principio de toda autoridad. Cristo es el Reino, porque en él reside toda la gloria de su reino.
San Pedro Crisólogo (v. 406-450), obispo de Rávena, doctor de la Iglesia. Sermón 98, 1-2; CCL 24A, 602
Y decía: "El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra: sea que duerma o se levante, de noche y de día, la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra por sí misma produce primero un tallo, luego una espiga, y al fin grano abundante en la espiga. Cuando el fruto está a punto, él aplica en seguida la hoz, porque ha llegado el tiempo de la cosecha".
También decía: "¿Con qué podríamos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola nos servirá para representarlo? Se parece a un grano de mostaza. Cuando se la siembra, es la más pequeña de todas las semillas de la tierra, pero, una vez sembrada, crece y llega a ser la más grande de todas las hortalizas, y extiende tanto sus ramas que los pájaros del cielo se cobijan a su sombra".
Y con muchas parábolas como estas les anunciaba la Palabra, en la medida en que ellos podían comprender. No les hablaba sino en parábolas, pero a sus propios discípulos, en privado, les explicaba todo.
Comentario:
"Más cuando se la siembra, crece y sobrepasa a las demás hortalizas" - San Pedro Crisólogo
Hermanos, habéis aprendido cómo el Reino de los cielos, con toda su grandeza, se compara a un grano de mostaza... ¿Es esto lo que los creyentes esperan? ¿Lo que los fieles entienden ?... «¿Es lo que el ojo no vio, ni el oído oyó, ni el corazón del hombre puede entender ?... ¿Es lo que promete el apóstol Pablo y que ha estado reservado en el misterio inexplicable de salvación, para aquellos que le aman?» (1Co 2,9). No nos dejemos desconcertar por las palabras del Señor. Si, en efecto, "la debilidad de Dios es más fuerte que el hombre, y si la locura de Dios es más sabia que el hombre" (1Co 1,25), esta pequeña cosa, que es propiedad de Dios, es más espléndida que toda la inmensidad del mundo. Nosotros solamente podemos sembrar en nuestro corazón esta semilla de mostaza, de modo que llegue a ser un gran árbol del conocimiento (Gn 2,9), sobrepasando su altura para elevar nuestro pensamiento hasta el cielo, y desplegando todas las ramas de la inteligencia...
Cristo es el Reino. A manera de una semilla de mostaza, ha sido sembrado en un jardín, el cuerpo de la Virgen. Creció y llegó a ser el árbol de la cruz que cubre la tierra entera. Después de que hubiera sido triturado por la Pasión, su fruto produjo bastante sabor para dar su buen gusto y su aroma a todos los seres vivos que lo tocan. Porque, mientras la semilla de mostaza permanezca intacta, sus virtudes quedan escondidas, pero despliegan toda su potencia cuando la semilla es molida. De igual modo, Cristo quiso que su cuerpo fuera molido para que su fuerza no quede escondida... Cristo es rey, porque es el principio de toda autoridad. Cristo es el Reino, porque en él reside toda la gloria de su reino.
San Pedro Crisólogo (v. 406-450), obispo de Rávena, doctor de la Iglesia. Sermón 98, 1-2; CCL 24A, 602
sábado, 16 de junio de 2012
Evangelio del día 16 de junio de 2012
Evangelio según San Lucas 2,41-51. Fiesta de la Iglesia : Inmaculado Corazón
Sus padres iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre, y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta.
Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de él.
Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas. Al verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: "Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados". Jesús les respondió: "¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?".
Ellos no entendieron lo que les decía. El regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón.
Comentario:
«Su madre lo guardaba todo en su corazón» - San Juan Eudes
Entre las fiestas de la Virgen María, la de su corazón es como el corazón y la reina de otras, porque el corazón es la sede del amor y de la caridad. ¿Cuál es el sujeto de esta solemnidad? Es el corazón de la Hija única y bien amada del Padre eterno; es el corazón de la Madre de Dios; es el corazón de la Esposa del Santo Espíritu; es el corazón de la buenísima Madre de todos los fieles. Es un corazón totalmente abrasado por amor hacia Dios, totalmente inflamado de caridad hacia nosotros.
Es todo amor a Dios, porque jamás amó nada más que a Dios, y lo que Dios quiso que amara en él y por él. Es todo amor, porque la bienaventurada Virgen siempre amó a Dios con todo su corazón, con toda el alma y con todas sus fuerzas (Mc 12,30). Es todo amor porque no sólo siempre quiso todo lo que Dios quería y jamás quiso nada de lo que no quería, sino que siempre puso toda su alegría en la voluntad de Dios.
Es todo amor para con nosotros. Ella nos ama con el mismo amor con que ama a Dios, porque es a Dios a quien mira y ama en nosotros. Y nos ama con el mismo amor con el que ama al Hombre Dios, que es su hijo Jesús. Porque sabe que es nuestro maestro, nuestra cabeza, y que nosotros somos sus miembros (Col 2,19) y por consiguiente que somos sólo uno con él.
San Juan Eudes (1601-1680), sacerdote, predicador, fundador de institutos religiosos. Corazón admirable libro 9, cap. 4
Sus padres iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre, y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta.
Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de él.
Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas. Al verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: "Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados". Jesús les respondió: "¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?".
Ellos no entendieron lo que les decía. El regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón.
Comentario:
«Su madre lo guardaba todo en su corazón» - San Juan Eudes
Entre las fiestas de la Virgen María, la de su corazón es como el corazón y la reina de otras, porque el corazón es la sede del amor y de la caridad. ¿Cuál es el sujeto de esta solemnidad? Es el corazón de la Hija única y bien amada del Padre eterno; es el corazón de la Madre de Dios; es el corazón de la Esposa del Santo Espíritu; es el corazón de la buenísima Madre de todos los fieles. Es un corazón totalmente abrasado por amor hacia Dios, totalmente inflamado de caridad hacia nosotros.
Es todo amor a Dios, porque jamás amó nada más que a Dios, y lo que Dios quiso que amara en él y por él. Es todo amor, porque la bienaventurada Virgen siempre amó a Dios con todo su corazón, con toda el alma y con todas sus fuerzas (Mc 12,30). Es todo amor porque no sólo siempre quiso todo lo que Dios quería y jamás quiso nada de lo que no quería, sino que siempre puso toda su alegría en la voluntad de Dios.
Es todo amor para con nosotros. Ella nos ama con el mismo amor con que ama a Dios, porque es a Dios a quien mira y ama en nosotros. Y nos ama con el mismo amor con el que ama al Hombre Dios, que es su hijo Jesús. Porque sabe que es nuestro maestro, nuestra cabeza, y que nosotros somos sus miembros (Col 2,19) y por consiguiente que somos sólo uno con él.
San Juan Eudes (1601-1680), sacerdote, predicador, fundador de institutos religiosos. Corazón admirable libro 9, cap. 4
viernes, 15 de junio de 2012
"Dios os salve, María, Madre de Dios" - San Francisco de Asís
"Dios os salve, María, Madre de Dios. En Vos está y estuvo todo la plenitud de la gracia y todo bien."
San Francisco de Asís
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Evangelio del día 15 de junio
Evangelio según San Juan 19,31-37. Fiesta de la Iglesia : Sagrado Corazón de Jesús
Era el día de la Preparación de la Pascua. Los judíos pidieron a Pilato que hiciera quebrar las piernas de los crucificados y mandara retirar sus cuerpos, para que no quedaran en la cruz durante el sábado, porque ese sábado era muy solemne.
Los soldados fueron y quebraron las piernas a los dos que habían sido crucificados con Jesús. Cuando llegaron a él, al ver que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con la lanza, y en seguida brotó sangre y agua.
El que vio esto lo atestigua: su testimonio es verdadero y él sabe que dice la verdad, para que también ustedes crean.
Esto sucedió para que se cumpliera la Escritura que dice: No le quebrarán ninguno de sus huesos.
Y otro pasaje de la Escritura, dice: Verán al que ellos mismos traspasaron.
Comentario:
«Uno de los soldados, le atravesó el costado y al instante brotó sangre y agua» - San Columbano
Hermanos, seamos fieles a nuestra vocación. A través de ella nos llama a la fuente de la vida aquel que es la vida misma, que es fuente de agua viva(Jn 4,10), y fuente de vida eterna, fuente de luz y fuente de resplandor, ya que de él procede todo esto: sabiduría y vida, luz eterna... Señor, tú mismo eres esa fuente que hemos de anhelar cada vez más, aunque no cesemos de beber de ella. Cristo Señor, danos siempre esa agua, para que haya también en nosotros un surtidor de agua viva que salta hasta la vida eterna (Jn 4,15.14)...
Es verdad que pido grandes cosas, ¿quién lo puede ignorar? Pero tú eres el rey de la gloria y sabes dar cosas excelentes, y tus promesas son magníficas. No hay ser que te aventaje. Y te diste a nosotros. Y te diste por nosotros.
Por eso, te pedimos que vayamos ahondando en el conocimiento de lo que tiene que constituir nuestro amor. No pedimos que nos des cosa distinta de ti. Porque tú eres todo lo nuestro: nuestra vida, nuestra luz, nuestra salvación, nuestro alimento, nuestra bebida, nuestro Dios.
Infunde en nuestro corazones, Jesús querido, el soplo de tu espíritu e inflama nuestras almas en tu amor, de modo que cada uno de nosotros pueda decir con verdad: " Muestrame al amado de mi alma" (Ct 3,3), porque estoy herido de amor.
Que no falte en mí esas heridas,Señor. Dichosa el alma que está así herida de amor.
Ésa va en busca de la fuente. Ésa va a beber. Y, por más que bebe, siempre tiene sed. Siempre sorbe con ansia, porque siempre bebe con sed. Y, así, siempre va buscando con amor, porque halla la salud en las mismas heridas.
San Columbano (563-615), monje, fundador de monasterios. Instrucción 13, sobre Cristo, fuente de vida, 2-3 (trad. Breviario, jueves XXI semana)
Era el día de la Preparación de la Pascua. Los judíos pidieron a Pilato que hiciera quebrar las piernas de los crucificados y mandara retirar sus cuerpos, para que no quedaran en la cruz durante el sábado, porque ese sábado era muy solemne.
Los soldados fueron y quebraron las piernas a los dos que habían sido crucificados con Jesús. Cuando llegaron a él, al ver que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con la lanza, y en seguida brotó sangre y agua.
El que vio esto lo atestigua: su testimonio es verdadero y él sabe que dice la verdad, para que también ustedes crean.
Esto sucedió para que se cumpliera la Escritura que dice: No le quebrarán ninguno de sus huesos.
Y otro pasaje de la Escritura, dice: Verán al que ellos mismos traspasaron.
Comentario:
«Uno de los soldados, le atravesó el costado y al instante brotó sangre y agua» - San Columbano
Hermanos, seamos fieles a nuestra vocación. A través de ella nos llama a la fuente de la vida aquel que es la vida misma, que es fuente de agua viva(Jn 4,10), y fuente de vida eterna, fuente de luz y fuente de resplandor, ya que de él procede todo esto: sabiduría y vida, luz eterna... Señor, tú mismo eres esa fuente que hemos de anhelar cada vez más, aunque no cesemos de beber de ella. Cristo Señor, danos siempre esa agua, para que haya también en nosotros un surtidor de agua viva que salta hasta la vida eterna (Jn 4,15.14)...
Es verdad que pido grandes cosas, ¿quién lo puede ignorar? Pero tú eres el rey de la gloria y sabes dar cosas excelentes, y tus promesas son magníficas. No hay ser que te aventaje. Y te diste a nosotros. Y te diste por nosotros.
Por eso, te pedimos que vayamos ahondando en el conocimiento de lo que tiene que constituir nuestro amor. No pedimos que nos des cosa distinta de ti. Porque tú eres todo lo nuestro: nuestra vida, nuestra luz, nuestra salvación, nuestro alimento, nuestra bebida, nuestro Dios.
Infunde en nuestro corazones, Jesús querido, el soplo de tu espíritu e inflama nuestras almas en tu amor, de modo que cada uno de nosotros pueda decir con verdad: " Muestrame al amado de mi alma" (Ct 3,3), porque estoy herido de amor.
Que no falte en mí esas heridas,Señor. Dichosa el alma que está así herida de amor.
Ésa va en busca de la fuente. Ésa va a beber. Y, por más que bebe, siempre tiene sed. Siempre sorbe con ansia, porque siempre bebe con sed. Y, así, siempre va buscando con amor, porque halla la salud en las mismas heridas.
San Columbano (563-615), monje, fundador de monasterios. Instrucción 13, sobre Cristo, fuente de vida, 2-3 (trad. Breviario, jueves XXI semana)
jueves, 14 de junio de 2012
miércoles, 13 de junio de 2012
Santa Mártir Aquilina de Biblos - 13 de Junio
La Santa Mártir Aquilina, nacida en la ciudad fenicia de Biblos, padeció bajo el emperador Diocleciano (284-305). Sus padres la criaron en la piedad cristiana. Cuando la niña tenía sólo doce años de edad, convenció a un amigo pagano a convertirse a Cristo. Uno de los siervos del gobernador imperial Volusiano la acusó de enseñar a otros no seguir la religión de sus padres. La muchacha confesó con firmeza su fe en Cristo ante el gobernador y dijo que no lo iba a renunciar. Volusiano trató de influir la joven confesora por la persuasión y adulación, pero al ver su confianza, ordenó que fuera torturada.
Ellos le pegaron en la cara, luego la desnudaron y la golpearon con látigos. El torturador le preguntó: "¿Dónde está tu Dios? Que venga y que te lleve de mis manos".
La santa respondió: "El Señor está aquí conmigo invisible, y cuanto más sufro, más fuerza y resistencia me da."
Ellos perforaron los oídos de la mártir con barras de metal caliente. La santa virgen se cayó como muerta. El torturador pensó que la niña había muerto en realidad, y mandó a tirar su cuerpo fuera de la ciudad para que los perros se la coman.
Por la noche un ángel de Dios apareció a Santa Aquilina, la despertó y le dijo: "Levántate y sea sanada. Vete y denuncia a Volusiano, para que él y sus propósitos se desvanezcan."
La mártir se fue a la corte del gobernador y se presento ante Volusiano. Viendo la Santa Aquilina, llamó a sus siervos y les ordenó que la velaran hasta la mañana.
Por la mañana, condeno a Santa Aquilina a la muerte, diciendo que ella era una bruja que no obedecía a los decretos imperiales. Cuando llevaron la santa a la ejecución, ella oraba y daba gracias a Dios por permitirle a sufrir por Su Santo Nombre.
Una voz se oyó en respuesta a su oración, invitándola al Reino celestial. Antes de que el verdugo pudiera llevar a cabo la sentencia, la mártir entregó su espíritu a Dios (+ 293). El verdugo por miedo de desobedecer las órdenes del gobernador, le cortó la cabeza a pesar de que ya estaba muerta.
Los cristianos piadosos enterraron el cuerpo de la mártir. Después, sus reliquias fueron llevadas a Constantinopla y se colocaron en una iglesia dedicada a ella.
Ellos le pegaron en la cara, luego la desnudaron y la golpearon con látigos. El torturador le preguntó: "¿Dónde está tu Dios? Que venga y que te lleve de mis manos".
La santa respondió: "El Señor está aquí conmigo invisible, y cuanto más sufro, más fuerza y resistencia me da."
Ellos perforaron los oídos de la mártir con barras de metal caliente. La santa virgen se cayó como muerta. El torturador pensó que la niña había muerto en realidad, y mandó a tirar su cuerpo fuera de la ciudad para que los perros se la coman.
Por la noche un ángel de Dios apareció a Santa Aquilina, la despertó y le dijo: "Levántate y sea sanada. Vete y denuncia a Volusiano, para que él y sus propósitos se desvanezcan."
La mártir se fue a la corte del gobernador y se presento ante Volusiano. Viendo la Santa Aquilina, llamó a sus siervos y les ordenó que la velaran hasta la mañana.
Por la mañana, condeno a Santa Aquilina a la muerte, diciendo que ella era una bruja que no obedecía a los decretos imperiales. Cuando llevaron la santa a la ejecución, ella oraba y daba gracias a Dios por permitirle a sufrir por Su Santo Nombre.
Una voz se oyó en respuesta a su oración, invitándola al Reino celestial. Antes de que el verdugo pudiera llevar a cabo la sentencia, la mártir entregó su espíritu a Dios (+ 293). El verdugo por miedo de desobedecer las órdenes del gobernador, le cortó la cabeza a pesar de que ya estaba muerta.
Los cristianos piadosos enterraron el cuerpo de la mártir. Después, sus reliquias fueron llevadas a Constantinopla y se colocaron en una iglesia dedicada a ella.
martes, 12 de junio de 2012
"Como católicos tenemos un amor que supera a cualquier otro" - Beato Pier Giorgio Frassati
"[…] como católicos tenemos un amor que supera a cualquier otro y que después del debido a Dios es inmensamente bello, como bella es nuestra religión.
Amor que tuvo por abogado al Apóstol, que lo predico diariamente en todas sus cartas a los fieles. La Caridad, sin la cual, dice el Apóstol San Pablo, cualquier otra virtud pierde valor. Ella puede ser la guía y la dirección de toda una vida, todo un programa.
Ella con la gracia de Dios puede ser la meta a la que tienda mi voluntad. Nosotros podemos estar afligidos en un primer momento, porque es un programa bello pero duro, lleno de espinas y de pocas rosas. Pero confiados en la divina providencia y en su misericordia.¨
Amor que tuvo por abogado al Apóstol, que lo predico diariamente en todas sus cartas a los fieles. La Caridad, sin la cual, dice el Apóstol San Pablo, cualquier otra virtud pierde valor. Ella puede ser la guía y la dirección de toda una vida, todo un programa.
Ella con la gracia de Dios puede ser la meta a la que tienda mi voluntad. Nosotros podemos estar afligidos en un primer momento, porque es un programa bello pero duro, lleno de espinas y de pocas rosas. Pero confiados en la divina providencia y en su misericordia.¨
Beato Pier Giorgio Frassati
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Evangelio del día 12 de junio
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Evangelio según San Mateo 5,13-16. Martes de la décima semana del tiempo ordinario
Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se la volverá a salar? Ya no sirve para nada, sino para ser tirada y pisada por los hombres.
Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de una montaña.
Y no se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón, sino que se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los que están en la casa.
Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo.
Comentario:
Vosotros sois la sal de la tierra y la luz del mundo - Sermón atribuido a San Máximo de Turín
El Señor dijo a sus apóstoles: "Vosotros sois la luz del mundo". ¡Qué justas son las comparaciones que el Señor emplea para describir a nuestros padres en la fe! Los llama "sal", a ellos que nos enseñan la sabiduría de Dios, y "luz", a ellos que liberan nuestros corazones de la ceguera y las tinieblas de nuestra incredulidad.
Con razón los apóstoles reciben el nombre de luz: anuncian en la oscuridad del mundo la claridad del cielo y el esplendor de la eternidad. ¿Acaso Pedro no se convirtió en luz para el mundo entero y para todos los fieles, cuando le dijo al Señor: " Tu eres Cristo, el Hijo de Dios vivo "? (Mt 16,16) y ¿Qué mayor claridad habría podido recibir el género humano, que saber por Pedro, que el Hijo de Dios vivo era el creador de esta luz?
Y San Pablo no es una luz menor para que el mundo: mientras el mundo entero estaba cegado por las tinieblas del mal, ascendió al cielo (2 Corintios 12:2) y, a su regreso, reveló los misterios del esplendor eterno. Por eso no pudo ocultarse, la ciudad fundada sobre una montaña, ni se ocultarse debajo de la cama, porque Cristo, por la luz de su majestad, lo había encendido como una lámpara de elección, repleta del aceite del Espíritu Santo. Por lo tanto, amados míos, al renunciar a las ilusiones de este mundo, estamos comprometidos a buscar el sabor de la sabiduría de Dios, degustar la sal de los apóstoles.
Sermón atribuido a San Máximo de Turín (?-v. 420), obispo.
Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se la volverá a salar? Ya no sirve para nada, sino para ser tirada y pisada por los hombres.
Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de una montaña.
Y no se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón, sino que se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los que están en la casa.
Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo.
Comentario:
Vosotros sois la sal de la tierra y la luz del mundo - Sermón atribuido a San Máximo de Turín
El Señor dijo a sus apóstoles: "Vosotros sois la luz del mundo". ¡Qué justas son las comparaciones que el Señor emplea para describir a nuestros padres en la fe! Los llama "sal", a ellos que nos enseñan la sabiduría de Dios, y "luz", a ellos que liberan nuestros corazones de la ceguera y las tinieblas de nuestra incredulidad.
Con razón los apóstoles reciben el nombre de luz: anuncian en la oscuridad del mundo la claridad del cielo y el esplendor de la eternidad. ¿Acaso Pedro no se convirtió en luz para el mundo entero y para todos los fieles, cuando le dijo al Señor: " Tu eres Cristo, el Hijo de Dios vivo "? (Mt 16,16) y ¿Qué mayor claridad habría podido recibir el género humano, que saber por Pedro, que el Hijo de Dios vivo era el creador de esta luz?
Y San Pablo no es una luz menor para que el mundo: mientras el mundo entero estaba cegado por las tinieblas del mal, ascendió al cielo (2 Corintios 12:2) y, a su regreso, reveló los misterios del esplendor eterno. Por eso no pudo ocultarse, la ciudad fundada sobre una montaña, ni se ocultarse debajo de la cama, porque Cristo, por la luz de su majestad, lo había encendido como una lámpara de elección, repleta del aceite del Espíritu Santo. Por lo tanto, amados míos, al renunciar a las ilusiones de este mundo, estamos comprometidos a buscar el sabor de la sabiduría de Dios, degustar la sal de los apóstoles.
Sermón atribuido a San Máximo de Turín (?-v. 420), obispo.
lunes, 11 de junio de 2012
Evangelio del día 11 de junio
Evangelio según San Mateo 10,7-13. Memoria de San Bernabé, Apóstol
Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente.
No lleven encima oro ni plata, ni monedas, ni provisiones para el camino, ni dos túnicas, ni calzado, ni bastón; porque el que trabaja merece su sustento.
Cuando entren en una ciudad o en un pueblo, busquen a alguna persona respetable y permanezcan en su casa hasta el momento de partir. Al entrar en la casa, salúdenla invocando la paz sobre ella. Si esa casa lo merece, que la paz descienda sobre ella; pero si es indigna, que esa paz vuelva a ustedes.
Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente.
No lleven encima oro ni plata, ni monedas, ni provisiones para el camino, ni dos túnicas, ni calzado, ni bastón; porque el que trabaja merece su sustento.
Cuando entren en una ciudad o en un pueblo, busquen a alguna persona respetable y permanezcan en su casa hasta el momento de partir. Al entrar en la casa, salúdenla invocando la paz sobre ella. Si esa casa lo merece, que la paz descienda sobre ella; pero si es indigna, que esa paz vuelva a ustedes.
domingo, 10 de junio de 2012
Evangelio del día 10 de junio de 2012
Evangelio según San Marcos 14,12-16.22-26. Solemnidad del Santísimo Sacramendo del Cuerpo y la Sangre de Cristo
El primer día de la fiesta de los panes Acimos, cuando se inmolaba la víctima pascual, los discípulos dijeron a Jesús: "¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la comida pascual?".
El envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: "Vayan a la ciudad; allí se encontrarán con un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo, y díganle al dueño de la casa donde entre: El Maestro dice: '¿Dónde está mi sala, en la que voy a comer el cordero pascual con mis discípulos?'.
El les mostrará en el piso alto una pieza grande, arreglada con almohadones y ya dispuesta; prepárennos allí lo necesario".
Los discípulos partieron y, al llegar a la ciudad, encontraron todo como Jesús les había dicho y prepararon la Pascua.
Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: "Tomen, esto es mi Cuerpo".
Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó, y todos bebieron de ella.
Y les dijo: "Esta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos.
Les aseguro que no beberé más del fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo en el Reino de Dios".
Después del canto de los Salmos, salieron hacia el monte de los Olivos.
Comentario:
«Esta es mi sangre, derramada por vosotros» - San Juan Crisóstomo
Los amantes de este mundo demuestran su generosidad dando dinero, vestidos, regalos diversos; nadie da su sangre. Cristo, la da; demuestra así la ternura que nos tiene y el ardor de su amor. Bajo la antigua Ley... Dios aceptaba recibir la sangre de los sacrificios, pero era para impedir que su pueblo la ofreciera a los ídolos, y ya era prueba de un amor muy grande. Pero Cristo cambió este rito; la víctima no es la misma: es él mismo el que se ofrece en sacrificio.
"¿El pan que partimos, no es la comunión con el cuerpo del Cristo?" (1Co 10,16)... ¿Qué es este pan? El cuerpo de Cristo. ¿En qué se convierten los que comulgan? En el cuerpo de Cristo: no una multitud de cuerpos sino un cuerpo único. Lo mismo que el pan, compuesto de tantos granos de trigo, es un solo pan donde los granos desaparecen y lo mismo que los granos subsisten allí pero es imposible distinguirlos en la masa tan bien unida, así nosotros todos, unidos con Cristo, no somos más que uno... ¿Ahora, si todos nosotros participamos del mismo pan, y si todos estamos unidos entre nosotros con Cristo, por qué no mostramos el mismo amor? ¿Por qué no nos hacemos uno en esto también?
Así era al principio: "la multitud de los creyentes tenían un sólo corazón y una sola alma" (Hch. 4, 32)... Cristo vino a buscarte, tú que estabas lejos de él, para unirse a ti; ¿y tú, no quieres ser uno con tu hermano?... ¡Te separas violentamente de él, después de haber conseguido del Señor una gran prueba de amor - y la vida! En efecto, no sólo dio su cuerpo, sino que como nuestra carne, arrastrada por tierra, había perdido la vida y había muerto por el pecado, introdujo en ella, por así decirlo, otra sustancia, como un fermento: su propia carne, su carne de la misma naturaleza que la nuestra pero exenta de pecado y llena de vida. Y nos la dio a todos, con el fin de que, alimentados en este banquete con esta nueva carne... pudiéramos entrar en la vida inmortal.
San Juan Crisóstomo (v. 345-407), sacerdote en Antioquía, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia. Homilía 24 sobre la 1ª carta a los Corintios, 2; PG 61, 199
El primer día de la fiesta de los panes Acimos, cuando se inmolaba la víctima pascual, los discípulos dijeron a Jesús: "¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la comida pascual?".
El envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: "Vayan a la ciudad; allí se encontrarán con un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo, y díganle al dueño de la casa donde entre: El Maestro dice: '¿Dónde está mi sala, en la que voy a comer el cordero pascual con mis discípulos?'.
El les mostrará en el piso alto una pieza grande, arreglada con almohadones y ya dispuesta; prepárennos allí lo necesario".
Los discípulos partieron y, al llegar a la ciudad, encontraron todo como Jesús les había dicho y prepararon la Pascua.
Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: "Tomen, esto es mi Cuerpo".
Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó, y todos bebieron de ella.
Y les dijo: "Esta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos.
Les aseguro que no beberé más del fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo en el Reino de Dios".
Después del canto de los Salmos, salieron hacia el monte de los Olivos.
Comentario:
«Esta es mi sangre, derramada por vosotros» - San Juan Crisóstomo
Los amantes de este mundo demuestran su generosidad dando dinero, vestidos, regalos diversos; nadie da su sangre. Cristo, la da; demuestra así la ternura que nos tiene y el ardor de su amor. Bajo la antigua Ley... Dios aceptaba recibir la sangre de los sacrificios, pero era para impedir que su pueblo la ofreciera a los ídolos, y ya era prueba de un amor muy grande. Pero Cristo cambió este rito; la víctima no es la misma: es él mismo el que se ofrece en sacrificio.
"¿El pan que partimos, no es la comunión con el cuerpo del Cristo?" (1Co 10,16)... ¿Qué es este pan? El cuerpo de Cristo. ¿En qué se convierten los que comulgan? En el cuerpo de Cristo: no una multitud de cuerpos sino un cuerpo único. Lo mismo que el pan, compuesto de tantos granos de trigo, es un solo pan donde los granos desaparecen y lo mismo que los granos subsisten allí pero es imposible distinguirlos en la masa tan bien unida, así nosotros todos, unidos con Cristo, no somos más que uno... ¿Ahora, si todos nosotros participamos del mismo pan, y si todos estamos unidos entre nosotros con Cristo, por qué no mostramos el mismo amor? ¿Por qué no nos hacemos uno en esto también?
Así era al principio: "la multitud de los creyentes tenían un sólo corazón y una sola alma" (Hch. 4, 32)... Cristo vino a buscarte, tú que estabas lejos de él, para unirse a ti; ¿y tú, no quieres ser uno con tu hermano?... ¡Te separas violentamente de él, después de haber conseguido del Señor una gran prueba de amor - y la vida! En efecto, no sólo dio su cuerpo, sino que como nuestra carne, arrastrada por tierra, había perdido la vida y había muerto por el pecado, introdujo en ella, por así decirlo, otra sustancia, como un fermento: su propia carne, su carne de la misma naturaleza que la nuestra pero exenta de pecado y llena de vida. Y nos la dio a todos, con el fin de que, alimentados en este banquete con esta nueva carne... pudiéramos entrar en la vida inmortal.
San Juan Crisóstomo (v. 345-407), sacerdote en Antioquía, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia. Homilía 24 sobre la 1ª carta a los Corintios, 2; PG 61, 199
sábado, 9 de junio de 2012
SS Benedicto XVI: Misión de la Iglesia es llevar el Evangelio a todas las naciones
VATICANO, 09 Jun. 12 / 10:47 am (ACI/EWTN Noticias).- El Papa Benedicto XVI afirmó que la misión de la Iglesia es predicar el Evangelio a todas las naciones “más allá de las fronteras establecidas por los hombres”.
Al recibir esta mañana a los obispos de Papúa-Nueva Guinea, el Santo Padre subrayó la importancia de llevar “a todas las naciones, razas e idiomas, a Jesucristo el Salvador, en el que se revela la plenitud de la humanidad y la verdad”.
Benedicto XVI indicó a los obispos que deben “seguir aplicando las verdades eternas del Evangelio a las costumbres de las personas, al servicio de las cuales está la Iglesia, con el objetivo de reforzar y consolidar los elementos positivos que hay en ellas y purificando otros, si es necesario”.
El Papa destacó que la familia tiene un papel fundamental en la evangelización, pues “es la unidad básica de la sociedad humana y el primer lugar donde se desarrolla la fe y la cultura”.
“Es una prioridad pastoral evangelizar el matrimonio y la familia en consonancia con la doctrina moral católica”.
Benedicto XVI recordó que “para los cristianos, el matrimonio es una alianza elevada por Cristo a nivel sobrenatural como sacramento, en el que el marido y la esposa participan del amor de Dios, llegando a ser una sola carne, tratando de amar y respetarse a sí mismos y entre sí y permanecer abiertos al don de Dios que son los niños”.
Al recibir esta mañana a los obispos de Papúa-Nueva Guinea, el Santo Padre subrayó la importancia de llevar “a todas las naciones, razas e idiomas, a Jesucristo el Salvador, en el que se revela la plenitud de la humanidad y la verdad”.
Benedicto XVI indicó a los obispos que deben “seguir aplicando las verdades eternas del Evangelio a las costumbres de las personas, al servicio de las cuales está la Iglesia, con el objetivo de reforzar y consolidar los elementos positivos que hay en ellas y purificando otros, si es necesario”.
El Papa destacó que la familia tiene un papel fundamental en la evangelización, pues “es la unidad básica de la sociedad humana y el primer lugar donde se desarrolla la fe y la cultura”.
“Es una prioridad pastoral evangelizar el matrimonio y la familia en consonancia con la doctrina moral católica”.
Benedicto XVI recordó que “para los cristianos, el matrimonio es una alianza elevada por Cristo a nivel sobrenatural como sacramento, en el que el marido y la esposa participan del amor de Dios, llegando a ser una sola carne, tratando de amar y respetarse a sí mismos y entre sí y permanecer abiertos al don de Dios que son los niños”.
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