jueves, 30 de abril de 2009

Akáthistos


Salve, por ti resplandece la dicha;
Salve, por ti se eclipsa la pena.
Salve, levantas a Adán, el caído;
Salve, rescatas el llanto de Eva.

Salve, oh cima encumbrada a la mente del hombre;
Salve, abismo insondable a los ojos del ángel.
Salve, tú eres de veras el trono del Rey;
Salve, tú llevas en ti al que todo sostiene.

Salve, lucero que el Sol nos anuncia;
Salve, regazo del Dios que se encarna.
Salve, por ti la creación se renueva;
Salve, por ti el Creador nace niño.

Salve, ¡Virgen y Esposa!
Salve, ¡Virgen y Esposa!



Salve, tú guía al eterno consejo;
Salve, tú prenda de arcano misterio.
Salve, milagro primero de Cristo;
Salve, compendio de todos los dogmas.

Salve, celeste escalera que Dios ha bajado;
Salve, oh puente que llevas los hombres al cielo.
Salve, de angélicos coros solemne portento;
Salve, de turba infernal lastimero flagelo.

Salve, inefable, la Luz alumbraste;
Salve, a ninguno dijiste el secreto.
Salve, del docto rebasas la ciencia;
Salve, del fiel iluminas la mente.

Salve, ¡Virgen y Esposa!
Salve, ¡Virgen y Esposa!



Salve, oh tallo del verde Retoño;

Salve, oh rama del Fruto incorrupto.
Salve, al pío Arador tú cultivas;
Salve, tú plantas quien planta la vida.
Salve, oh campo fecundo - de gracias copiosas;

Salve, oh mesa repleta - de dones divinos.

Salve, un Prado germinas - de toda delicia;

Salve, al alma preparas - Asilo seguro.

Salve, incienso de grata plegaria;
Salve, ofrenda que el mundo concilia.
Salve, clemencia de Dios para el hombre;
Salve, del hombre con Dios confianza.
Salve, ¡Virgen y Esposa!




Salve, Nutriz del Pastor y Cordero;
Salve, aprisco de fieles rebaños.
Salve, barrera a las fieras hostiles;
Salve, ingreso que da al Paraíso.
Salve, por ti con la tierra - exultan los cielos;

Salve, por ti con los cielos - se alegra la tierra.

Salve, de Apóstoles boca - que nunca enmudece;

Salve, de Mártires fuerza - que nadie somete.

Salve, de fe inconcuso cimiento;
Salve, fulgente estandarte de gracia.
Salve, por ti es despojado el averno;
Salve, por ti revestimos la gloria.
Salve, ¡Virgen y Esposa!




Salve, oh Madre del Sol sin ocaso;
Salve, aurora del místico Día.
Salve, tú apagas hogueras de errores;
Salve, Dios Trino al creyente revelas.
Salve, derribas del trono - al tirano enemigo;

Salve, nos muestras a Cristo - el Señor y el Amigo.

Salve, nos has liberado - de bárbaros ritos;

Salve, nos has redimido - de acciones de barro.

Salve, destruyes el culto del fuego;
Salve, extingues las llamas del vicio.
Salve, camino a la santa templanza;
Salve, alegría de todas las gentes.
Salve, ¡Virgen y Esposa!




Salve, levantas al género humano;
Salve, humillas a todo el infierno.
Salve, conculcas engaños y errores;
Salve, impugnas del ídolo el fraude.
Salve, oh mar que sumerge - al cruel enemigo;

Salve, oh roca que das de beber - a sedientos de Vida.

Salve, columna de fuego - que guía en tinieblas;

Salve, amplísima nube - que cubres el mundo.

Salve, nos diste el Maná verdadero;
Salve, nos sirves Manjar de delicias.
Salve, oh tierra por Dios prometida;
Salve, en ti fluyen la miel y la leche.
Salve, ¡Virgen y Esposa!




Salve, azucena de intacta belleza;
Salve, corona de noble firmeza.
Salve, la suerte futura revelas;
Salve, la angélica vida desvelas.
Salve, frutal exquisito - que nutre a los fieles;

Salve, ramaje frondoso - que a todos cobija.

Salve, llevaste en el seno - quien guía al errante;

Salve, al mundo entregaste - quien libra al esclavo.

Salve, plegaria ante el Juez verdadero;
Salve, perdón del que tuerce el sendero.
Salve, atavío que cubre al desnudo;
Salve, del hombre supremo deseo.
Salve, ¡Virgen y Esposa!




Salve, mansión que contiene el Inmenso;
Salve, dintel del augusto Misterio.
Salve, de incrédulo equívoco anuncio;
Salve, del fiel inequívoco orgullo.
Salve, carroza del Santo - que portan querubes;

Salve, sitial del que adoran - sin fin serafines.

Salve, tú sólo has unido - dos cosas opuestas:

Salve, tú sola a la vez - eres Virgen y Madre.

Salve, por ti fue borrada la culpa;
Salve, por ti Dios abrió el Paraíso.
Salve, tú llave del Reino de Cristo;
Salve, esperanza de bienes eternos.
Salve, ¡Virgen y Esposa!




Salve, sagrario de arcana Sapiencia;
Salve, despensa de la Providencia.
Salve, por ti se confunden los sabios;
Salve, por ti el orador enmudece.
Salve, por ti se aturden - sutiles doctores;

Salve, por ti desfallecen - autores de mitos;

Salve, disuelves enredos - de agudos sofistas;

Salve, rellenas las redes - de los Pescadores.

Salve, levantas de honda ignorancia;
Salve, nos llenas de ciencia superna.
Salve, navío del que ama salvarse;
Salve, oh puerto en el mar de la vida.
Salve, ¡Virgen y Esposa!




Salve, columna de sacra pureza;
Salve, umbral de la vida perfecta.
Salve, tú inicias la nueva progenie;
Salve, dispensas bondades divinas.
Salve, de nuevo engendraste - al nacido en deshonra;

Salve, talento infundiste - al hombre insensato.

Salve, anulaste a Satán - seductor de las almas;

Salve, nos diste al Señor - sembrador de los castos.

Salve, regazo de nupcias divinas;
Salve, unión de los fieles con Cristo.
Salve, de vírgenes Madre y Maestra;
Salve, al Esposo conduces las almas.
Salve, ¡Virgen y Esposa!




Salve, oh rayo del Sol verdadero;
Salve, destello de Luz sin ocaso.
Salve, fulgor que iluminas las mentes;
Salve, cual trueno enemigos aterras.
Salve, surgieron de ti - luminosos misterios;

Salve, brotaron en ti - caudalosos arroyos.

Salve, figura eres tú - de salubre piscina;

Salve, tú limpias las manchas - de nuestros pecados.

Salve, oh fuente que lavas las almas;
Salve, oh copa que vierte alegría.
Salve, fragancia de ungüento de Cristo;
Salve, oh Vida del sacro Banquete.
Salve, ¡Virgen y Esposa!



Salve, oh tienda del Verbo divino;
Salve, más grande que el gran Santuario.
Salve, oh Arca que Espíritu dora;
Salve, tesoro inexhausto de vida.
Salve, diadema preciosa - de reyes devotos;

Salve, orgullo glorioso - de sacros ministros.

Salve, firmísimo alcázar - de toda la Iglesia;

Salve, muralla invencible - de todo el Imperio.

Salve, por ti enarbolamos trofeos;
Salve, por ti sucumbió el adversario.
Salve, remedio eficaz de mi carne;
Salve, inmortal salvación de mi alma.
Salve, ¡Virgen y Esposa!

San Pío V - 30 de abril


Miguel Ghislieri nació en 1504 en Bosco, en la diócesis de Tortona y tomó el hábito de Santo a los 14 años en el convento de Voghera. En 1556, fue elegido obispo de Nepi y Sutri y al año siguiente, fue nombrado, Inquisidor General y Cardenal.
El santo tomó el nombre de Pío V desde el primer momento de su Pontificado (1565) y puso de manifiesto que estaba decidido aplicar no solo la letra sino también el espíritu del Concilio de Trento. En 1568 se publicó en nuevo Breviario, en el cual se omitía las fiestas y extravagantes leyendas de algunos santos y se daba a las lecciones de la Sagrada Escritura su verdadero lugar. Además, se terminó el catecismo que el Concilio de Trento había mandado a redactar y el Pontífice mandó a traducirlo en diferentes lenguas.

El éxito del Papa se debió en gran parte, a la veneración que el pueblo le profesaba por su santidad; su oración era fervorosa y frecuentemente visitaba a los hospitales y asistía personalmente a los enfermos. Sin embargo, durante su pontificado, el Papa tuvo que enfrentar dos grandes amenazas: la difusión del protestantismo y las invasiones de los turcos, frente a lo cual trabajó incansablemente. En 1572, el Papa sufrió el violento ataque de una dolorosa enfermedad que le produjo la muerte el 1 de mayo del mismo año, a los 68 años de edad.

Semblanza espiritual

Ejemplo de pobreza, humildad e inagotable actividad, es elegido dos veces prior por los hermanos de su Orden. Todo lo edifica sobre la oración. Siendo Papa visita a pie las iglesias de Roma. Su vida testifica la palabra del apóstol Pablo: "¿No sabéis que sois santuario de Dios y que el Espíritu de Dios habita en Vosotros?"

En cuanto conductor del Pueblo de Dios, vibra con las vicisitudes de los pobres, siente cariño por los cristianos de Roma, que si en un principio fueron muy entusiastas con él, después lo apreciarán como a un padre. En Roma reformó las costumbres del clero y del laicado.

Desde el momento en que es elegido Papa, conservará el espíritu y el hábito dominicano dedicándose con total decisión a poner en práctica, con el ejemplo de su vida, todas las consignas del Concilio de Trento para la reforma de la Iglesia y el bien de las almas. Estimuló la formación teológica de los clérigos en los seminarios a los que, entre otras medidas, propone la introducción de la enseñanza de la Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino.

miércoles, 29 de abril de 2009

¿Cómo sabemos que Pedro fue el primer Papa?


1. El Primado de Pedro

a) El dogma

Cristo constituyó al apóstol San Pedro cómo primero entre los apóstoles y como cabeza, visible de toda la Iglesia, confiriéndole inmediata y personalmente el primado de jurisdicción. Para los católicos esto es una verdad de fe.

El concilio Vaticano I definió (cf. Dz 1823) y lo repitió con fuerza el Concilio Vaticano II (Lumen gentium, n.18).

La cabeza invisible de la Iglesia es Cristo glorioso. Pedro hace las veces de Cristo en el gobierno exterior de la Iglesia militante, y es, por tanto, vicario de Cristo en la tierra.

Se oponen a este dogma la Iglesia ortodoxa griega y las sectas orientales, algunos adversarios medievales del papado (Marsilio de Padua y Juan de Jandun, Wicleff y Hus), todos los protestantes, los galicanos y febronianos, los Viejos Católicos (Altkatholiken) y los modernistas. Según la doctrina de los galicanos (E. Richer) y de los febronianos (N. Hontheim), la plenitud del poder espiritual fue concedida por Cristo inmediatamente a toda la Iglesia, y por medio de ésta pasó a San Pedro, de suerte que éste fue el primer ministro de la Iglesia, designado por la Iglesia ('caput ministeriale'). Según el modernismo, el primado no fue establecido por Cristo, sino que se ha ido formando por las circunstancias externas en la época postapostólica (Dz 2055 s).

b) Fundamento bíblico

Cristo distinguió desde un principio al apóstol San Pedro entre todos los demás apóstoles. Cuando le encontró por primera vez, le anunció que cambiaría su nombre de Simón por el de Cefas = roca: 'Tú eres Simón, el hijo de Juan [según la Vulgata: de Jonás]; tú serás llamado Cefas (Jn 1,42; cf. Mc 3,16). El nombre de Cefas indica claramente el oficio para el cual le ha destinado el Señor (cf. Mt 16, 18). En todas las menciones de los apóstoles, siempre se cita en primer lugar a Pedro. En Mt se le llama expresamente 'el primero' (Mt 10,2). Como, según el tiempo de la elección, Andrés precedía a Pedro, el hecho de aparecer Pedro en primer lugar indica su oficio de primado. Pedro, juntamente con Santiago y Juan, pudo ser testigo de la resurrección de la hija de Jairo (Mc 5, 37), de la transfiguración (Mt 17, 1) y de la agonía del Huerto (Mt 26, 37). El Señor predica a la multitud desde la barquilla de Pedro (Lc 5, 3), paga por sí mismo y por él el tributo del templo (Mt 17, 27), le exhorta a que, después de su propia conversión, corrobore en la fe a sus hermanos (Lc 22, 32); después de la resurrección se le aparece a él solo antes que a los demás apóstoles (Lc 24, 34; 1 Cor 15, 5).

A San Pedro se le prometió el primado después que hubo confesado solemnemente, en Cesarea de Filipo, la mesianidad de Cristo. Díjole el Señor (Mt 16, 17-19): 'Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás, porque no es la carne ni la sangre quien eso te ha revelado. sino mi Padre que está en las cielos. Y yo te digo a ti que tú eres Pedro [= Cefas], y sobre esta roca edificaré yo mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Yo te daré las llaves del reino de los cielos, y cuanto atares en la tierra será atado en los cielos, y cuanto desatares en la tierra será desatado en los cielos'.

Estas palabras se dirigen inmediata y exclusivamente a San Pedro. Ponen ante su vista en tres imágenes la idea del poder supremo en la nueva sociedad que Cristo va a fundar. Pedro dará a esta sociedad la unidad y firmeza inquebrantable que da a una casa el estar asentada sobre roca viva; cf. St 7,24 y siguientes. Pedro ha de ser también el poseedor de las llaves, es decir, el administrador del reino de Dios en la tierra; cf. Is 22,22; Apoc 1,18; 3,7: las llaves son el símbolo del poder y la soberanía. A él le incumbe finalmente atar y desatar, es decir (según la terminología rabínica): lanzar la excomunión o levantarla, o también interpretar la ley en el sentido de que una cosa está permitida (desatada) o no (atada). De acuerdo con Mt 18,18, donde se concede a todos los apóstoles el poder de atar y desatar en el sentido de excomulgar o recibir en la comunidad a los fieles, y teniendo en cuenta la expresión universal ('cuanto atares... cuanto desatares), no es lícito entender que el pleno poder concedido a San Pedro se limita al poder de enseñar, sino que resulta necesario extenderlo a todo el ámbito del poder de jurisdicción. Dios confirmará en los cielos todas las obligaciones que imponga o suprima San Pedro en la tierra.

Contra todos los intentos por declarar este pasaje (que aparece únicamente en San Mateo) como total o parcialmente interpolado en época posterior resalta su autenticidad de manera que no deja lugar a duda. Asta se halla garantizada, no sólo por la tradición unánime con que aparece en todos los códices y versiones antiguas, sino también por el colorido semítico del texto, que salta bien a la vista. No es posible negar con razones convincentes que estas palabras fueron pronunciadas por el Señor mismo. No es posible mostrar tampoco que se hallen en contradicción con otras enseñanzas y hechos referidos en el Evangelio.

El primado se lo concedió el Señor a Pedro cuando, después de la resurrección, le preguntó tres veces si le amaba y le hizo el siguiente encargo: 'Apacienta mis corderos, apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas' (Jn 21,15-17). Estas palabras, lo mismo que las de Mt 16,18s, se refieren inmediata y exclusivamente a San Pedro. Los 'corderos' y las 'ovejas' representan todo el rebaño de Cristo, es decir, toda la Iglesia; cf. Jn 10. 'Apacentar', referido a hombres, significa lo mismo que gobernar (cf. Act 20,28), según la terminología de la antigüedad profana y bíblica. Pedro, por este triple encargo de Cristo, no quedó restaurado en su oficio apostólico (pues no lo había perdido por su negación), sino que recibió el supremo poder gubernativo sobre toda la Iglesia.

Después de la ascensión a los cielos, Pedro ejerció su primado. Desde el primer momento ocupa en la comunidad primitiva un puesto preeminente: Dispone la elección de Matías (Act 1,15ss); es el primero en anunciar, el día de Pentecostés, el mensaje de Cristo, que es el Mesías muerto en la cruz y resucitado (2,14 ss); da testimonio del mensaje de Cristo delante del sanedrín (4,8 ss); recibe en la Iglesia al primer gentil: el centurión Cornelio (10,1 ss); es el primero en hablar en el concilio de los apóstoles (15,17 ss); San Pablo marcha a Jerusalén 'para conocer a Cefas' (Gal 1,18).

c) El testimonio de los padres de la Iglesia.

Los padres, de acuerdo con la promesa bíblica del primado, dan testimonio de que la Iglesia está edificada sobre Pedro y reconocen la primacía de éste sobre todos los demás apóstoles. TERTULIANO dice de la Iglesia: 'Fue edificada sobre él' (De monog. 8). SAN CIPRIANO dice, refiriéndose a Mt 16,18s: 'Sobre uno edifica la Iglesia' (De unit. eccl. 4). CLEMENTE DE ALEJANDRÍA llama a San Pedro 'el elegido, el escogido, el primero entre los discípulos, el único por el cual, además de por sí mismo, pagó tributo el Señor' (Quis dives salvetur 21,4). SAN CIRILO DE JERUSALÉN le llama 'el sumo y príncipe de los apóstoles' (Cat. 2, 19). Según SAN LEÓN MAGNO, 'Pedro fue el único escogido entre todo el mundo para ser la cabeza de todos los pueblos llamados, de todos los apóstoles y de todos los padres de la Iglesia' (Sermo 4,2).

En su lucha contra el arrianismo, muchos padres interpretan la roca sobre la cual el Señor edificó su Iglesia como la fe en la divinidad de Cristo, que San Pedro confesara, pero sin excluir por eso la relación de esa fe con la persona de Pedro, relación que se indica claramente en el texto sagrado. La fe de Pedro fue la razón de que Cristo le destinara para ser fundamento sobre el cual habría de edificar su Iglesia.

2. Pedro y Obispo de Roma y Primer Papa

Una antigua tradición basada en los anales de la Iglesia y de la Arqueología romana nos indica que Pedro muere en Roma, donde fue Obispo. Este es el origen de la Preeminencia del Obispo de Roma sobre los demás Obispos sucesores de los Apóstoles.

Tiene fundamento escriturístico en el texto de 1Pe 5,13: 'La Iglesia que está en la Babilonia, elegida juntamente con vosotros, y Marcos mi hijo, os saludan'.

La expresión 'Babilonia' se refiere a Roma, como notan todos los exégetas: 'casi todos los autores antiguos y la mayor parte de los modernos ven designada en esta expresión a la Iglesia de Roma... El nombre de Babilonia era de uso corriente entre los judíos cristianos para designar la Roma pagana. Así es llamada también en el Apocalipsis (14,8; 16,19; 17,15; 18,2.10), en los libros apócrifos y en la literatura rabínica. La Babilonia del Eufrates, que en tiempo de San Pedro era un montón de ruinas, y la Babilonia de Egipto, pequeña estación militar, han de ser excluidas' (José Salguero, O.P., Biblia Comentada, tomo VII, BAC, Madrid 1965, p. 145).

Esto lo reconocen incluso los autores protestantes serios. Por ejemplo, Keneth Scott Laturet, prestigioso historiador, escribe en su libro 'Historia de la Iglesia' (Tomo I, p. 112, Ed. Casa Bautista de Publicaciones) dice: 'Pedro viajaba, porque sabemos estuvo en Antioquía, y lo que parece una tradición digna de confianza, sabemos que estuvo en Roma y allí murió'.

La Enciclopedia Británica, tomo IX, p. 123 da la referencia de todos los Obispos de Roma comenzando por San Pedro y terminando por Juan Pablo II, 264 Obispos en sucesión ininterrumpida.

La 'New American Encyclopedia' dice en su sección sobre los Papas 'Cuando San Pedro dejó Jerusalén vivió por un tiempo en Antioquia antes de viajar a Roma donde ejerció como Primado'.

Muy fuerte es también el testimonio de la tradición que manifiesta la enorme importancia que tuvieron los primeros Obispos de Roma sobre la naciente Cristiandad, justamente por ser sucesores de Pedro. Así, por ejemplo, en el año 96, o sea 63 años después de la muerte de Cristo, ante un grave conflicto en la comunidad de Corintios, quien tomó cartas par poner orden fue el Obispo de Roma, el Papa Clemente, y esto a pesar de que en ese tiempo todavía vivía el Apóstol Juan en la cercana ciudad griega de Efeso. Sin embargo fue una carta de Clemente la que solucionó el problema y aun doscientos años después de este hecho se leía esta carta en esa Iglesia. Esto solo es explicable por la autoridad del sucesor de Pedro en la primitiva Iglesia.

Ireneo, Obispo de Lyon, y Padre de la Iglesia de la segunda generación después de los Apóstoles escribía pocos años despues: 'Pudiera darles si hubiera habido espacio las listas de Obispos de todas las Iglesias, mas escojo solo la línea de la sucesión de los Obispos de Roma fundada sobre Pedro y Pablo hasta el duodécimo sucesor hoy'.

Según el primer historiador de la Iglesia, Eusebio de Cesarea (año 312), esta sucesión es una señal y una seguridad de que el Evangelio ha sido conservado y transmitido por la Iglesia Católica.

Tomado de: http://www.churchforum.org.mx/

Benedicto XVI rehabilita al Papa Celestino V


Ha pasado inadvertido por el natural protagonismo del terremoto, pero la visita de Benedicto XVI a L'Aquila del próximo martes contiene un momento sorprendente. El Papa rendirá homenaje a los restos de su predecesor Celestino V, pontífice en 1294, salvados del derrumbe de la basílica de Collemaggio. ¿Qué tiene de especial este papa? En la historia de la Iglesia tiene una controvertida carga simbólica: es el único pontífice que ha renunciado al cargo, angustiado por la responsabilidad y espantado de las confabulaciones curiales y políticas. Es el gran precedente de un papa que dimite.
No es que se vuelva a hablar de ello, ni mucho menos, y puede ser una mera coincidencia porque el Papa visita la zona del terremoto, pero sin duda es un gesto inédito. Sobre todo porque Ratzinger donará el palio, la banda que se coloca sobre los hombros, con el que empezó su pontificado. «Es un gesto histórico, señal de estima y veneración, y ningún papa había hecho un regalo a Celestino V», ha explicado, impresionado, el obispo local, Giuseppe Molinari. Ese momento confrontará a dos papas que quizá tengan en común más de lo que parece y tal vez arroje luz sobre esta relación y la opinión de Benedicto XVI acerca de una hipotética renuncia.
Aceptó a regañadientes
Celestino V, Pietro di Morrone, era un simple fraile benedictino -la orden cuyo fundador inspira el nombre elegido por Ratzinger- que vivía como un ermitaño en una cueva. Aceptó con 79 años -uno más que Benedicto XVI- a regañadientes, por sentido del deber, para sacar a la Iglesia del bloqueo en que se hallaba tras 27 meses de cónclave. Sin embargo, pronto sintió la soledad del cargo. Duró cuatro meses. Su consejero y sucesor, una vez nombrado papa como Bonifacio VIII, lo hizo arrestar y murió en prisión. Una hipótesis sostiene que fue asesinado. De hecho, en 1988 su cadáver desapareció misteriosamente tres días y cuando fue hallado alguien había practicado una TAC en su cráneo, al parecer para comprobarlo.
Asuntos novelescos aparte, la figura de Celestino V es ambigua. Es un santo, pero también el pontífice 'culpable' de haber abandonado, una leyenda de maldito que nace de los famosos versos de Dante que se interpretan como su descripción: «Aquel que por vileza cometió el gran rechazo». No obstante, Petrarca le defendió como alguien «libre que no aceptaba imposiciones» y desde luego ejerce una fuerte empatía en los papas abrumados por su tarea. Este ascendiente emergió con fuerza en la visita que realizó Pablo VI al lugar de su muerte, el castillo de Fumone, en 1966. Fue una suerte de rehabilitación. Montini fue un papa atormentado por el peso del cargo y que escribió una carta de dimisión para ser abierta en caso de que perdiera sus facultades. De su caso y de Celestino V se volvió a hablar en los últimos años de Juan Pablo II, a la vista de sus problemas de salud, y el propio Wojtyla pensó en la dimisión.
Pablo VI, que rindió homenaje a Celestino V a los tres años de su elección, le reivindicó así: «Después de pocos meses, comprende que es engañado por quienes le rodean, que se aprovechan de su inexperiencia para sacar beneficios. Y aquí brilla la santidad sobre las carencias humanas: el Papa había aceptado como deber el pontificado supremo, y así por deber renuncia». Según el historiador del papado Franz Xaver Seppelt, profesor de Ratzinger, el caso de Celestino V demostró «que el jefe de la Iglesia, además de llevar una vida santa, no debe carecer de la cultura y las capacidades adecuadas». Benedicto XVI, estudioso y apasionado de la Iglesia primitiva, admirador del ideal monástico benedictino, cuyos planes eran retirarse a escribir a su tierra natal, que se ha quejado de una Iglesia en la que «se muerde y se devora», y al que se describe como un hombre aislado en las tramas de la Curia, es totalmente consciente del simbolismo de Celestino V. Lo que diga ese día puede ser interesante

Santa Catalina de Siena, Virgen - 29 de abril


Donde está vuestro tesoro,
allí también estará vuestro corazón.
(Lucas, 12, 34).

Santa Catalina de Siena tomó el hábito de Santo Domingo a la edad de 18 años. Sus austeridades, ya extraordinarias cuando vivía en la casa paterna, fue ron desde entonces ilimitadas. Acaecióle, una vez, ayunar desde el Miércoles de Cenizas hasta la fiesta de la Ascensión, sin tomar alimento alguno fuera del espiritual de la Santa Eucaristía. Para recompensarla, Jesucristo imprimió en su cuerpo virginal los sagrados estigmas de su Pasión, le comunicó una inteligencia maravillosa de las Sagradas Escrituras, y se sirvió de ella para volver de Aviñón a Roma al Papa Gregorio XI, con lo que puso término a los males que desolaban a la Iglesia. Murió en 1380.

MEDITACIÓN
SOBRE LA VIDA DE
SANTA CATALINA

l. El corazón de Santa Catalina ardía del fuego del amor de Jesucristo. Abrasaban las llamas de este amor en su celo por la salvación de las almas, en su compasión por los pecadores, los pobres y los enfermos y tu corazón ¿a quién pertenece? ¿A las riquezas y a los placeres? Entonces es insensible al lamento de los pobres y a las inspiraciones del amor divino. ¡Señor! haced que os ame a Vos solo, y si amo algo más que lo haga por Vos. Dadme un corazón que Os ame. (San Agustín).

II. Presentóle el Señor dos coronas, una de oro y otra de espinas, y la Santa eligió la de espinas, diciéndole que quería reproducir en ella la Pasión de su divino Maestro y gozarse en las penas y sufrimientos. Tú, en cambio, quieres en esta vida rosas y placeres; pronto se marchitarán las rosas y te quedarán espinas para toda la eternidad; porque es difícil gozar los bienes de este mundo y los del cielo. (San Jerónimo).

III. El pensamiento continuo de la presencia de Dios la hizo salir victoriosa de todas sus tentaciones. Recogíase interiormente pensando en la Pasión de Jesucristo, en los castigos de los condenados y en su propia nada; estas consideraciones tornábanla insensible a las persecuciones de los hombres y hacíanla invencible a los asaltos del demonio. Piensa en Dios y en las verdades eternas, y nada temas ni desees en este mundo. Ahora no piensas sino en la tierra, por que tu tesoro y todas tus esperanzas están en la tierra y no en el cielo. Tu corazón y tu espíritu estarían en el cielo si allí estuviese tu tesoro. (San Euquerio).

Meditar sobre la Pasión
Orad por vuestro obispo.

ORACIÓN

Escuchadnos, oh Dios Salvador nuestro, y haced que la fiesta de la bienaventurada Catalina, vuestra virgen, al mismo tiempo que regocija nuestra alma, la enriquezca con sentimientos de una tierna devoción. Por J. C. N. S.

martes, 28 de abril de 2009

Súplica de San Luis María Grignion de Montfort


Me dirijo a ti, por un momento, mi amabilísimo Jesús, para quejarme amorosamente ante tu divina Majestad, de que la mayor parte de los cristianos, aún los más instruidos, ignoran la estrechísima unión que te liga a tu Madre Santísima. Tú, Señor, estás siempre con María y María está siempre contigo: de lo contrario dejaría de ser lo que es. María está de tal manera transformada en tí por la gracia, que Ella ya no vive ni es nada: Tú, Jesús mío, vives y reinas en Ella más perfectamente que en todos los ángeles y santos. ¡Ah! Si se conociera la gloria y amor que recibes en esta criatura admirable, ¡se tendrían hacia ti y hacia Ella sentimientos muy diferentes de los que ahora se tienen! Ella se haya tan íntimamente unida a ti que sería más fácil separar la luz del sol, el calor del fuego, más aún, sería más fácil separar de tí a todos los ángeles y santos que a la excelsa María: porque Ella te ama más ardientemente y te glorifica con mayor perfección que todas las demás criaturas juntas. ¿No será, pues, extraño y lamentable, amable Maestro mío, el ver la ignorancia y oscuridad de todos los hombres respecto de tu Santíma Madre? No hablo de tantos idólatras y paganos que, no conociéndote a ti, tampoco a Ella conocen. Tampoco hablo de los herejes y cismáticos que, separados de ti y de tu Iglesia, no se preocupan de ser devotos de tu Madre. Hablo sí, de los católicos y aún de los doctores entre los católicos: ellos hacen profesión de enseñar a otros la verdad, pero no te conocen ni a ti ni a tu Madre sino de manera especulativa, árida, estéril e indiferente. Estos caballeros hablan sólo rara vez de su Santísima Madre y del culto que se debe. Tienen miedo según dicen, a que se deslice algún abuso y se te haga injuria al honrarla a Ella demasiado. Si ven u oyen a algún devoto de María hablar con frecuencia de la devoción hacia esta Madre amantísima con acento filial, eficaz y persuasivo como de un medio sólido y sin ilusiones, de un camino corto y sin peligros, de una senda inmaculada y sin imperfección y de un secreto maravilloso para encontrarte y amarte debidamente, gritan en seguida contra él, esgrimiendo mil argumentos falsos, para probarle que no hay que hablar tanto de la Virgen, que hay grandes abusos en esta devoción y que es preciso dedicarse a destruirlos, que es mejor hablar de tí en vez de llevar a las gentes a la devoción a la Santísima Virgen a quien ya aman lo suficiente. Si alguna vez se les oye hablar de la devoción a tu Santísima Madre, no es, sin embargo, para defenderla o inculcarla, sino para destruir sus posibles abusos. Mientras carecen de piedad y devoción tierna para contigo, porque no la tienen para con María. Consideran el Rosario, el escapulario como devociones propias de mujercillas e ignorantes, que poco importan para la salvación. De suerte, que si encuentran a algún devoto de Santa María que reza el Rosario o practica alguna devoción en su honor, procuran cambiarle el espíritu y el corazón y le aconsejan que, en lugar del Rosario, rece los siete salmos penitenciales y, en vez de la devoción a la Santísima Virgen, le exhortan a la devoción a Jesucristo. ¡Jesús mío amabilísimo! ¿Tienen éstos tu espíritu? ¿Te agrada su conducta? ¿Te agrada, quien, por temor a desagradarte, no se esfuerza por honrar a tu Madre? ¿Es la devoción a tu Santísima Madre obstáculo a la tuya? ¿Se arroga Ella para sí el honor que se le tributa? ¿Es por ventura, una extraña, que nada tiene que ver contigo? ¿Quién la agrada a Ella, te desagrada a tí? Consagrarse a Ella y amarla ¿será separarse o alejarse de ti? ¡Maestro amabilísimo! Sin embargo, si cuanto acabo de decir fuera verdad, la mayoría de los sabios, justo castigo de su soberbia, no se alejarían más que ahora de la devoción a tu Santísima Madre ni mostrarían para con Ella mayor indiferencia de la que ostentan. ¡Guárdame Señor! ¡Guárdame de sus sentimientos y de su conducta! Dame participar en los sentimientos de gratitud, estima, respeto y amor que tienes para con tu Santísima Madre, a fin de que pueda amarte y glorificarte tanto más perfectamente, cuanto más te imite y siga de cerca. Y como si no hubiera dicho nada acerca de tu Santísima Madre, concédeme la gracia de alabarla dignamente, a pesar de todos sus enemigos, que lo son tuyos, y gritarles a voz en cuello con todos los santos: ¡No espere alcanzar misericordia de Dios quien ofenda a su Madre bendita!

San Luis María Grignion de Montfort - 28 de abril


San Luis María Grignion de Montfort es el fundador de los padres Monfortianos y de las Hermanas de la Sabiduría. Nació en Monfort, Francia, en 1673. Era el mayor de una familia de ocho hijos. Desde muy joven fue un gran devoto de la Santísima Virgen. A los 12 años ya la gente lo veía pasar largos ratos arrodillado ante la estatua de la Madre de Dios. Antes de ir al colegio por la mañana y al salir de clase por la tarde, iba a arrodillarse ante la imagen de Nuestra Señora y allí se quedaba como extasiado. Cuando salía del templo después de haber estado rezando a la Reina Celestial, sus ojos le brillaban con un fulgor especial.

Luis no se contentaba con rezar. Su caridad era muy práctica. Un día al ver que uno de sus compañeros asistía a clase con unos harapos muy humillantes, hizo una colecta entre sus compañeros para conseguirle un vestido y se fue donde el sastre y le dijo: "Mire, señor: los alumnos hemos reunido un dinero para comprarle un vestido de paño a nuestro compañero, pero no nos alcanza para el costo total. ¿Quiere usted completar lo que falta?". El sastre aceptó y le hizo un hermoso traje al joven pobre.

El papá de Luis María era sumamente colérico, un hombre violentísimo. Los psicólogos dicen que si Monfort no hubiera sido tan extraordinariamente devoto de la Virgen María, habría sido un hombre colérico, déspota y arrogante porque era el temperamento que había heredado de su propio padre. Pero nada suaviza tanto la aspereza masculina como la bondad y la amabilidad de una mujer santa. Y esto fue lo que salvó el temperamento de Luis. Cuando su padre estallaba en arrebatos de mal humor, el joven se refugiaba en sitios solitarios y allí rezaba a la Virgen amable, a la Madre del Señor. Y esto lo hará durante toda su vida. En sus 43 años de vida, cuando sea incomprendido, perseguido, insultado con el mayor desprecio, encontrará siempre la paz orando a la Reina Celestial, confiando en su auxilio poderoso y desahogando en su corazón de Madre, las penas que invaden su corazón de hijo.

Con grandes sacrificios logró conseguir con qué ir a estudiar al más famoso seminario de Francia, el seminario de San Suplicio en París. Allí sobresalió como un seminarista totalmente mariano. Sentía enorme gozo en mantener siempre adornado de flores el altar de la Santísima Virgen.

Luis Grignon de Monfort será un gran peregrino durante su vida de sacerdote. Pero cuando él era seminarista concedían un viaje especial a un Santuario de la Virgen a los que sobresalieran en piedad y estudio. Y Luis se ganó ese premio. Se fue en peregrinación al Santuario de la Virgen en Chartres. Y al llegar allí permaneció ocho horas seguidas rezando de rodillas, sin moverse. ¿Cómo podía pasar tanto tiempo rezando así de inmóvil? Es que él no iba como algunos de nosotros a rezar como un mendigo que pide que se le atienda rapidito para poder alejarse. El iba a charlas con sus dos grandes amigos, Jesús y María. Y con ellos las horas parecen minutos.

Su primera Misa quiso celebrarla en un altar de la Virgen, y durante muchos años la Catedral de Nuestra Señora de París fue su templo preferido y su refugio.

Monfort dedicó todas sus grandes cualidades de predicador y de conductor de multitudes a predicar misiones para convertir pecadores. Grandes multitudes lo seguían de un pueblo a otro, después de cada misión, rezando y cantando. Se daba cuenta de que el canto echa fuera muchos malos humores y enciende el fervor. Decía que una misión sin canto era como un cuerpo sin alma. El mismo componía la letra de muchas canciones a Nuestro Señor y a la Virgen María y hacía cantar a las multitudes.

Llegaba a los sitios más impensados y preguntaba a las gentes: "¿Aman a Nuestro Señor? ¿Y por qué no lo aman más? ¿Ofenden al buen Dios? ¿Y porqué ofenderlo si es tan santo?".

Era todo fuego para predicar. Donde Montfort llegaba, el pecado tenía que salir corriendo. Pero no era él quien conseguía las conversiones. Era la Virgen María a quien invocaba constantemente. Ella rogaba a Jesús y Jesús cambiaba los corazones. Después de unos Retiros dejó escrito: "Ha nacido en mí una confianza sin límites en Nuestro Señor y en su Madre Santísima". No tenía miedo ni a las cantinas, ni a los sitios de juego, ni a los lugares de perdición. Allí se iba resuelto a tratar de quitarse almas al diablo. Y viajaba confiado porque no iba nunca solo. Consigo llevaba el crucifijo y la imagen de la Virgen, y Jesús y María se comportaban con él como formidables defensores.

A pie y de limosna se fue hasta Roma, pidiendo a Dios la eficacia de la palabra, y la obtuvo de tal manera que al oír sus sermones se convertían hasta los más endurecidos pecadores. El Papa Clemente XI lo recibió muy amablemente y le concedió el título de "Misionero Apostólico", con permiso de predicar por todas partes.

En cada pueblo o vereda donde predicaba procuraba dejar una cruz, construida en sitio que fuera visible para los caminantes y dejaba en todos un gran amor por los sacramentos y por el rezo del Santo Rosario. Esto no se lo perdonaban los herejes jansenistas que decían que no había que recibir casi nunca los sacramentos porque no somos dignos de recibirlos. Y con esta teoría tan dañosa enfriaban mucho la fe y la devoción. Y como Luis Monfort decía todo lo contrario y se esforzaba por propagar la frecuente confesión y comunión y una gran devoción a Nuestra Señora, lo perseguían por todas partes. Pero él recordaba muy bien aquellas frases de Jesús: "El discípulo no es más que su maestro. Si a Mí me han perseguido y me han inventado tantas cosas, así os tratarán a vosotros". Y nuestro santo se alegraba porque con las persecuciones se hacía más semejante al Divino Maestro.

Antes de ir a regiones peligrosas o a sitios donde mucho se pecaba, rezaba con fervor a la Sma. Virgen, y adelante que "donde la Madre de Dios llega, no hay diablo que se resista". Las personas que habían sido víctimas de la perdición se quedaban admiradas de la manera tan franca como les hablaba este hombre de Dios. Y la Virgen María se encargaba de conseguir la eficacia para sus predicaciones.

San Luis de Monfort fundó unas Comunidades religiosas que han hecho inmenso bien en las almas. Los Padres Monfortianos (a cuya comunidad le puso por nombre "Compañía de María") y las Hermanas de la Sabiduría.

Escribió Grignon de Monfort uno de los libros que junto con "Las Glorias de María" de San Alfonso, ha llegado a ser uno de los libros más famosos que se han escrito acerca de la devoción a la Virgen María. Su título es: "Tratado de la verdadera devoción a la Virgen María". Este libro se ha propagado por todo el mundo con enorme provecho para sus lectores. El Papa Juan Pablo II tomó como lema una frase que repetía mucho nuestro gran santo: "Soy todo tuyo oh María, y todo cuanto tengo, tuyo es".

Murió San Luis el 28 de abril de 1716, a la edad de 43 años, agotado de tanto trabajar y predicar.

San Luis Grignon de Monfort, ruega a la Virgen Santísima que nos envíe muchos apóstoles que, como tú, se dediquen a hacer amar más y más a Jesús y María.

A quien Dios quiere hacer muy santo, lo hace muy devoto de la Virgen María (S. Luis Monfort).

lunes, 27 de abril de 2009

Jesús es dulzura y amor - San Agustín


¡Oh Salvador mío, fuente inagotable de dulzura y de bondad! No piense yo más que en Vos. Cuando al mismo tiempo que a Vos se ama cualquiera otra cosa, ya no se os ama, ¡oh Dios mío!, con verdadero amor. ¡ Oh amor lleno de dulzura, dulzura llena de amor, amor exento de penas y seguido de infinidad de placeres; amor tan puro y tan sincero que subsiste en todos los siglos; amor cuyo ardor no hay cosa que pueda apagar ni entibiar! ¡ Jesús, mi adorable Salvador, cuyas bondades, cuyas dulzuras son incomparables, caridad tan perfecta como que sois nada menos que mi Dios! Véame yo abrasado en vuestras divinas llamas, de suerte que no sienta ya más que aquellos torrentes de dulzuras, de placeres, de delicias y de alegría, pero de una alegría enteramente justa, enteramente casta, pura, santa y seguida de aquella perfecta paz que solamente en Vos se encuentra. Sea yo abrasado en las llamas de aquel amor, ¡oh Dios mío!, con todo el afecto de mi corazón y de mi alma. No quiero, bien mío, no quiero en lo sucesivo más amor que el vuestro. Amén.

México: Iglesia católica pide protección al gobierno ante amenazas de narcos


23 de Abril de 2009, 02:42pm ET
MEXICO, 23 Abr 2009 (AFP) -
La influyente Iglesia católica de México reclamó al gobierno "protección" para sus sacerdotes luego de que un prelado difundió el nombre de una localidad donde supuestamente vive el prófugo Joaquín 'el Chapo' Guzmán, el narcotraficante más buscado del país.

"En varias partes del país (los sacerdotes) han sido intimidados o amenazados, en relación a la creciente ola de violencia que, desde hace varios años viene cobrando innumerables vidas", indicó un documento de la Arquidiócesis de México, difundido este jueves.

La cúpula católica de México, el segundo país con más fieles de esa religión en el mundo detrás de Brasil, sostuvo que el arzobispo de Durango, Héctor González, identificó el sitio donde viviría 'el Chapo' Guzmán "pensando en la seguridad de los sacerdotes".

González dijo el viernes pasado que "más adelante de Guanacevi (Durango), por ahí vive 'El Chapo', todos lo sabemos, menos la autoridad".

Guzmán, líder del poderoso cártel de Sinaloa y fugado de una cárcel de máxima seguridad en 2001, es considerado uno de los multimillonarios del mundo por la revista Forbes, que estimó su fortuna en mil millones de dólares.

Además integra una lista junto a cabecillas de otras organizaciones criminales por los que el gobierno mexicano ofrece una recompensa de unos dos millones de dólares por datos sobre su paradero.

De su lado, la Procuraduría General de la República, a través de su delegado en Durango, Francisco Cabrera Oliver, dijo no tener "ningún indicio" de la presencia del narcotraficante en ese estado.

Tras la denuncia del obispo, dos militares aparecieron asesinados el miércoles en Durango y junto a sus cadáveres se encontraron mensajes con la leyenda "con 'el Chapo' no van a poder gobiernos ni curas", según la prensa, aunque no se ha confirmado oficialmente.

"Nos preocupa la seguridad de nuestros obispos, sacerdotes y fieles, pero es obligación de la Iglesia alzar la voz contra de aquellos criminales que dañan la sociedad, aunque sacerdotes y militares pongan en riesgo su vida en medio de la impunidad", dice el documento "Narcotraficantes, en la puerta del infierno".

Unos 36.000 militares participan de una ofensiva contra los cárteles de la droga, cuyas disputas por el control del mercado local y el trasiego hacia Estados Unidos han dejado más de 7.300 muertos desde 2008.

La declaración asegura luego que "si es preciso que los ministros de la Iglesia derramen su sangre para proteger a los fieles que Dios le ha encomendado, no dudarán en hacerlo".

En México tres sacerdotes han sido asesinados en 2007, según datos del portal católico El Observador.

En tanto, unos 300 curas han abandonado sus iglesias a raíz de amenazas, de acuerdo con el senador Fernando Castro Trenti, del opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI).

En cambio, un alto dignatario, el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Carlos Aguilar Retes, admitió hace un año que los narcotraficantes son "muy generosos" con los pueblos en los que actúan y que incluso algunas veces "construyen" hasta alguna capilla.

"El dinero que obtiene el narcotráfico es dinero sucio que de ningún modo se 'purifica' con actos piadosos", respondió, de su lado, el arzobispado mexicano, la máxima instancia de la Iglesia Católica.

Las declaraciones de Aguilar Retes renovaron dudas sobre una presunta relación de representantes de la iglesia mexicana con capos de la droga, que surgieron en 1993, cuando el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo murió en medio de un confuso enfrentamiento armado en el norte del país entre el cártel de Tijuana y el de 'Chapo' Guzmán.

ol/sem/dk

domingo, 26 de abril de 2009

San Nuño Alvarez Pereira - Esta mañana SS Benedicto XVI canoniza a un nuevo santo portugués



¿Quién fue el santo Nuno Álvares Pereira?


Vivió entre 1360 y 1431. Y fue el mentor de la batalla de Aljubarrota, en la que los portugueses derrotaron a los castellanos. Y máxima autoridad militar del reinado de Juan I de Portugal.


Aunque si algo caracterizó desde joven a San Nuno Álvares Pereira fue su gran fe y humanidad, que le llevó, al final de su vida, a donar su fortuna a los más necesitados. Y dedicarse a la vida religiosa, en la orden del Carmen, en el convento de Lisboa. Donde fundó la primera cofradía del Carmen, origen del laicado carmelita.

El padre carmelita, Francisco Rodrígues, vicepostulador de la causa de Canonización, del Santo Condestavel, ha explicado a la COPE las razones de su santidad:


“Don Nuno era rico y se hizo pobre, por los pobres. Y será eso por lo que podemos comprender que ahora, el 26 de abril, el Papa lo va a canonizar. Porque es un momento de crisis. Y el tiene solución para esta crisis”.


Y para celebrar la canonización más de 2.000 portugueses están hoy en Roma. Donde ayer tuvo lugar una vigilia en la Iglesia de los portugueses. Y hoy por la tarde el Cardenal Patriarca de Lisboa, D. José Policarpo, presidirá, una misa en su memoria en la iglesia de San Pablo Extramuros.

Santa María, Madre de Dios


Santa María, Madre de Dios,

tú has dado al mundo la verdadera luz,

Jesús, tu Hijo, el Hijo de Dios.

Te has entregado por completo

a la llamada de Dios

y te has convertido así en fuente

de la bondad que mana de Él.

Muéstranos a Jesús. Guíanos hacia Él.

Enséñanos a conocerlo y amarlo,

para que también nosotros

podamos llegar a ser capaces

de un verdadero amor

y ser fuentes de agua viva

en medio de un mundo sediento.

Oración final de la encíclica de Benedicto XVI "Dios es Amor"

San Cleto y San Marcelino, Papas y Mártires - 26 de abril


P. Juan Croisset, S.J.

San Cleto fue romano; y, habiéndole convertido á la fe el apóstol San Pedro, se hizo discípulo suyo, y en la escuela de tal maestro aprovechó tanto en poco tiempo, que fue ejemplo y modelo de todo el clero de Roma, así por su celo como por su fervor y admirable devoción.

Con su afabilidad conquistaba los corazones de todos, hasta de los mismos paganos; y el grande amor que profesaba á Jesucristo daba á entender que había heredado de su maestro aquella singular ter¬nura con que éste había mirado siempre al Salvador. Hacía San Pedro tanto aprecio de San Cleto, que se cree, y con razón, haberle escogido, juntamente con San Lino, no sólo para trabajar á su vista en Roma y sus contornos, como los demás operarios evangélicos que empleaba en la viña del Señor, sino también para que en su ausen¬cia gobernasen aquella primera Iglesia del mundo.

Habiendo terminado San Pedro el año 67 del Señor su gloriosa ca¬rrera por medio del martirio, le sucedió inmediatamente San Lino, y á San Lino sucedió San Cleto. Bien era menester un Pontífice tan grande en aquellos dificultosos tiempos de una Iglesia recién nacida y de una persecución tan universal, en que los fieles estaban necesi¬tados de quien los socorriese y los alentase. Todo lo hallaron en la inmensa caridad de nuestro Santo. No hubo provincia tan remota en toda la extensión del imperio romano; no hubo rincón tan escondido que no sintiese los efectos de su caridad y de su celo en las necesida¬des de los cristianos. A unos socorría con limosnas, á otros alentaba con sus cartas, y á todos dirigía y consolaba con sus paternales ins¬trucciones. Aunque el rebaño era muy numeroso, á todo proveía el vigilante pastor. Ordenó en Roma á veinticinco presbíteros, y no omitió medio alguno de cuantos podían contribuir al bien, aumento y propagación de la Iglesia.

Hacia doce años que la gobernaba, con toda aquella vigilancia, pruden¬cia y acierto que po¬día esperarse de uno de los más amados discípulos del Príncipe de los Apósto¬les, cuando Domiciano, el tirano más cruel y el más ene¬migo de los cristia¬nos que hasta aho¬ra se ha conocido, excitó contra ellos una de las más ho¬rribles persecucio¬nes que padecieron jamás. No se pue¬den decir las cruel¬dades que ejercitó contra los siervos de Cristo, cuyo nom¬bre estaba resuelto á exterminar. A un mismo tiempo rom¬pió la tempestad en todas partes; en un solo día se contaron muchos millares de mártires, y en todos los rin¬cones del mundo corrían arroyos de sangre de aquellos héroes cris¬tianos.

Pero hacía poco caso el tirano de la exterminación del rebaño, mientras quedase con vida el Pastor, y así convirtió contra él toda su rabia. Mandó que fuese buscado el Pontífice romano, el cual no cesaba de correr día y noche por la ciudad y por la campaña arras¬trado, digámoslo así, por grutas y por cavernas para asistir y con¬solar á los fieles. Fue preso San Cleto y metido en una cárcel, car¬gado de cadenas. La alegría que mostró, con admiración de todos, acreditaba el deseo que tenía de derramar su sangre por Cristo; pero la impaciencia con que estaba el tirano por verle acabar la vida, le ahorró muchos tormentos. Fue, pues, martirizado en Roma el día 26 de Abril del año de 96. Consérvase su cuerpo en la iglesia de San Pedro en el Vaticano, y se muestran algunas de sus santas reliquias en la de San Pablo de Plaza Colona.

Hónrale como á su patrono y titular la ciudad de Ruvo en la an¬tigua Calabria, creyéndose en ella, por antigua tradición, que ha¬biendo venido á ella San Cleto, viviendo todavía San Pedro, ó poco después de su muerte, siguiendo sus carreras apostólicas, convirtió á la fe á la mayor parte de sus vecinos y fue su primer obispo, ó á lo menos su apóstol, antes de ascender al sumo pontificado. Celebra en este mismo día la Iglesia la fiesta de San Marcelino, cuya vida y santa muerte ha sido siempre á los fieles del no menos enseñanza que motivo de confianza en la misericordia del Señor.

Inquisición, Leyenda Negra


El profesor Agostino Borromeo, editor de la obra y docente de historia en varias universidades de Roma, explica en esta entrevista el significado del trabajo a la luz de la petición de perdón llevada a cabo por el Papa durante el Jubileo del año 2000.

— En su momento, sorprendió que la Santa Sede tomara la iniciativa de celebrar un congreso sobre la Inquisición, con la presencia de expertos de diferentes orígenes culturales. ¿Qué les pidió concretamente el Papa?

— En la preparación del Jubileo del año 2000, Juan Pablo II dijo que la Iglesia pediría perdón por las veces en las que sus hijos, a lo largo de la historia, ofrecieron un testimonio contrario a la fe. Ese deseo se concretó en la famosa jornada de la “purificación de la memoria”, celebrada en la basílica de San Pedro el 12 de marzo de 2000, que fue uno de los momentos centrales del Jubileo.
Pero antes, el Papa pidió a los historiadores un estudio serio sobre lo que era la Inquisición, porque no hay motivo para pedir perdón por mitos y leyendas que no tienen fundamento. Es preciso saber, en primer lugar, por qué hechos se pide perdón. Nuestro trabajo consistió en proporcionar a los teólogos los datos históricos.

— Algunos se podrían preguntar: ¿no es un poco tarde?

— Nunca es tarde para reconocer las propias culpas. Y además, nadie lo había pedido: hubiera sido tarde si la petición de perdón llegara años después de que se hubiera solicitado. Fue el Papa, con esa visión profética tan característica suya, quien anticipó lo que después resultó ser un punto sensible.

No solo nadie lo había pedido sino que al principio hubo incluso cierto malestar, con razonamientos fundados. Recuerdo a un importante eclesiástico que, movido por una preocupación pastoral, nos preguntó por qué se hacía esto, ya que podría turbar los espíritus más sencillos, crear confusión, poner sobre el tapete cuestiones complejas que la gente o ha olvidado o no sabe. La respuesta fue que el servicio a la verdad hay que hacerlo siempre.


Uso ideológico de la historia

— Pedir perdón por los hechos, no por mitos o fantasías. Es evidente, en efecto, que la Inquisición ha sido un terreno fértil en el uso ideológico de la historia.

— Ese uso instrumental está relacionado con lo que se llama “leyenda negra”, que nace en los Países Bajos en el siglo XVI y es retomada por los escritores anticlericales en el siglo XIX. Esto produjo la reacción inversa de escritores católicos que quisieron defender a la Inquisición y llegaron a hacer una apología con argumentos débiles, como subrayar que fue beneficiosa porque garantizó la unidad de la fe.
Otros sostuvieron que, en realidad, la Inquisición era una institución del Estado, lo que no es verdad. Es cierto que el rey tenía cierto poder de control sobre la Inquisición española, como lo tenía sobre el episcopado, pues nombraba al inquisidor general. Pero la jurisdicción del inquisidor procedía de la investidura pontificia: aunque hubiera sido nombrado por el rey, no podía ejercer el cargo hasta que no le llegaba el documento en el que el Papa le atribuía las facultades.

Hoy, afortunadamente, no se usa ya la Inquisición como instrumento para la polémica o la apología. Se estudia sobre bases científicas, como cualquier otro fenómeno –malo o bueno– de la historia.

— Sin embargo, los estereotipos sobre la Inquisición en el “imaginario colectivo” parece que tardan más tiempo en difuminarse.

— Me parece que se debe a que, a diferencia de otros hechos históricos, se asocia con algo más llamativo: la hoguera y la tortura. Por ejemplo, a nadie se le ocurre pensar en que la Declaración de Independencia de Estados Unidos, que es un texto fundamental para nuestro pensamiento del siglo XXI, fue escrita por gente que tenía esclavos en sus casas, como Thomas Jefferson. Un texto en el que se dice que “todos los hombres son iguales, dotados por el Creador de derechos inalienables entre los que figuran la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”. La esclavitud duró un siglo más.
Pero no asociamos la esclavitud a la tortura ni a la muerte, como ocurre con la Inquisición. Esa visión pasó de los panfletos polémicos a una cierta literatura y, en algunos casos, incluso a los libros de historia del siglo XIX. De este modo, para el hombre de la calle “Inquisición” significa “hoguera y tortura”. De ahí la sorpresa ante algunos datos que presentan una realidad un tanto diversa. Lo cual no cambia, desde luego, la naturaleza del problema: antitestimonio cristiano y escándalo, porque es el uso de la fuerza, de la violencia y de la coacción en materia religiosa.


Los tribunales civiles quemaron más brujas que la Inquisición

— En la línea de la desmitificación, ha llamado la atención los casos relacionados con la quema de brujas.

— Las tres inquisiciones condenaron, durante los tres siglos sobre los que hay documentación fidedigna, un total de 4 brujas en Portugal, 59 en España y 36 en Italia. En ese mismo periodo de tiempo, los tribunales civiles condenaron a 100.000 brujas en toda Europa, de las que 50.000 fueron a la hoguera. En Alemania, por ejemplo, donde no había Inquisición y contaba con mayoría protestante, fueron condenadas por los tribunales civiles 25.000 brujas sobre una población estimada en dieciséis millones de habitantes. En el actual Liechtenstein se condenaron a 300 brujas, sobre una población de tres mil habitantes.

— ¿Y por lo que se refiere a datos más generales de procesos y condenas?

— El recurso a la tortura y a la pena de muerte fue menos frecuente de lo que se piensa. Muchas veces las penas eran de carácter espiritual: penitencias, peregrinaciones, etc. Por ejemplo, por la parte que se conoce, de los 125.000 procesos de la Inquisición española –que se suprimió en 1834– acabaron en condenas entre el 1,5% y el 2%.
De la Inquisición de Venecia están documentados 3.600 procesos, que concluyeron en 26 ejecuciones, de las cuales 23 se llevaron a cabo entre 1547 y 1588. Desde ese año hasta 1705 no hubo ninguna ejecución. Las tres restantes ejecuciones se produjeron en más de siglo y medio, hasta la supresión del tribunal a finales del XVIII.

Jesucristo León de la Tribu de Judá



" Irán siguiendo al Señor; Él rugirá como un león, rugirá y sus hijos vendrán temblando desde occidente "
Oseas 11, 10

El León de la tribu de Judá es aplicativo a Jesús tal como lo muestra la comparación que se hace entre el libro de Revelación y el Génesis: A Juan se le dijo: "No llores más porque el León de la de la tribu de Judá el retoño de David a vencido"
AP. 5,5. Cuando Juan dejó de llorar, ¿qué vio? Dice: “Vi de pie en medio del trono . . . un cordero como si hubiese sido degollado.”—Apoc. 5,6.
¿quién es este Cordero a quien la Santa Biblia identifica llamándolo el “León de la tribu de Judá” y una “raíz” dadora de vida para el primer rey de Jerusalén de la tribu de Judá, llamado David? Es Jesucristo, el descendiente carnal del patriarca Abrahán y del rey David de la tribu de Judá. (Gén. 49,9-10; Mat. 1,1-6) El que se le llame “el León de la tribu de Judá” significa que él era el “Silo” que había de venir y a quien “pertenecerá la obediencia de los pueblos.” Esto significaba que él sería el Rey (como lo había sido su antepasado David) de un verdadero gobierno al cual todos los pueblos de la Tierra tendrían que someterse para su propio bien. Tal como David había sido ungido para ser rey y por lo tanto fue un ungido, así su Descendiente real sería un ungido, al cual los hebreos llamaban “Mesías” pero al cual los judíos de habla griega llamaban “Cristo.” Por eso tenemos la expresión “Jesucristo” (Jesús El Ungido) o “Cristo Jesús” (Ungido Jesús).
Aunque Dios Hijo vino la primera vez de forma humilde y en secreto, un día regresará de manera pública y gloriosa. Si, Él es el Cordero de Dios, pero también es el León de Judá. Él quitará el pecado de todos aquellos que se lo permitan, pero también sacará a la luz todas aquellas cosas escondidas en la oscuridad e hará que todos tomen responsabilidad de las consecuencias de sus actos. Eso es lo que hace cualquier juez. Y como dice el credo, Él vendrá en gloria para juzgar a vivos y muertos.

sábado, 25 de abril de 2009

San Marcos - 25 de Abril


San Marcos es el autor del segundo evangelio.

Parece que su familia era la dueña de la casa donde Jesús celebró la Ultima Cena, donde estaban los apóstoles reunidos el día de Pentecostés cuando recibieron al Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego. Era un niño cuando Jesús predicaba y probablemente fue uno de los primeros bautizados por San Pedro el día de Pentecostés.

Era primo de San Bernabé y acompañó a este y a San Pablo en el primer viaje misionero que hicieron estos dos apóstoles. Pero al llegar a regiones donde había muchos guerrilleros y atracadores, donde según palabras de San Pablo: "había peligro de ladrones, peligro de asaltos en los caminos, peligro de asaltos en la soledad" (2 Cor.), Marcos se atemorizó y se apartó de los dos misioneros y se volvió otra vez a su patria.

En el segundo viaje Bernabé quiso llevar consigo otra vez a su primo Marcos, pero San Pablo se opuso, diciendo que no ofrecía garantías de perseverancia para resistir los peligros y las dificultades del viaje. Y esto hizo que los dos apóstoles se separaran y se fueran cada uno por su lado a misionar. Después volverá a ser otra vez muy amigo de San Pablo.

San Marcos llegó a ser el secretario y hombre de confianza de San Pedro. Como le escuchaba siempre sus sermones que no eran sino el recordar los hechos y las palabras de Jesús, Marcos fue aprendiéndolos muy bien. Y dicen que a pedido de los cristianos de Roma escribió lo que acerca de Jesucristo había oído predicar al apóstol. Esto es lo que se llama "Evangelio según San Marcos".

El evangelio de San Marcos es como una repetición de lo que el Apóstol Pedro predicaba. Es el más corto de los 4 evangelios. El de San Lucas tiene 1,140 frases. El de San Mateo 1,068. El de San Juan 879 y el de San Marcos solamente tiene 746 frases. Son 16 capítulos llenos de narraciones muy vivas, gráficas, salpicadas de detalles interesantes. Se propone no dejar de narrar lo que contribuya a hacer más llamativa la narración. Allí parece estar hablando un testigo ocular que se ha fijado en todo y lo repite con agrado. Es el reflejo de lo que San Pedro presenció y que se le ha quedado grabado en su memoria. Se fija más en los hechos de Jesús que en sus discursos. Sus narraciones son agradables por lo frescas y espontáneas. Parece un reportero gráfico narrando lo que sus ojos vieron y sus oídos escucharon. Presenta atractivos cuadros: gestos, miradas, sentimientos de Jesús. Dicen los especialistas que el evangelio de San Marcos mientras más se le estudia, más se convence uno de que el que lo escribió era un verdadero artista de la narración y que con este escrito contribuyó a que muchos millones de lectores se entusiasmen por la persona de nuestro amable Salvador. Un sabio afirmó que "el evangelio de San Marcos es el libro más importante que se ha escrito", pues parece que fue el primer evangelio que se escribió y que de él sacaron mucho material los otros tres evangelistas.

San Marcos tiene 105 paisajes y de ellos aparecen 93 en Mateo y 85 en Lucas. De las 746 frases de Marcos, San Mateo reproduce 606 y copia el 51% de las palabras que emplea Marcos. San Lucas reproduce en su evangelio 320 de las 746 frases de San Marcos. Solamente hay 24 frases de San Marcos que no se encuentran ni en Mateo ni en Lucas. Por eso es que el Evangelio de San Marcos es un libro verdaderamente importante.

San Pedro llama a Marcos en sus cartas: "Hijo mío". Y San Pablo cuando escribe a Timoteo desde su prisión en Roma le dice: "Tráigame a Lucas. Por eso es que el Evangelio de San Marcos es un libro verdaderamente importante.

San Pedro llama a Marcos en sus cartas: "Hijo mío". Y San Pablo cuando escribe a Timoteo desde su prisión en Roma le dice: "Tráigame a Marcos, porque necesito de su colaboración". Dicen los antiguos historiadores que fue un compañero muy apreciado por los dos apóstoles.

A San Marcos lo pintan con un león, porque él era secretario de San Pedro, el cual dejó escrita esta frase: "Vuestro enemigo el diablo, como león rugiente, da vueltas alrededor de vosotros buscando a quién atacar". (1 P. 5,8) y porque su evangelio empieza hablando del desierto, y el león era considerado el rey del desierto.

Dicen que San Marcos fue nombrado obispo de Alejandría en Egipto, y que allá en esa ciudad fue martirizado por los enemigos de la religión un 25 de abril.

La ciudad de Venecia (Italia) lo eligió como patrono y construyó en su honor la bellísima Catedral de San Marcos.

En honor de este gran santo leamos de vez en cuando alguna página de su hermoso y tan agradable evangelio. Así aumentaremos nuestro amor a Jesucristo.

viernes, 24 de abril de 2009

Oración Por las órdenes religiosas y las vocaciones



Oh Señor Jesucristo,
por nosotros te hiciste pobre para enriquecernos con tu pobreza:
Guía y santifica, te suplicamos,
a aquéllos que has llamado a seguirte
bajo los votos de pobreza, castidad y obediencia;
a fin de que por su oración y servicio
enriquezcan tu Iglesia y, por su vida y adoración,
glorifiquen tu Nombre;
tú que reinas con el Padre y el Espíritu Santo,
un solo Dios, ahora y por siempre.

Amén

La Iglesia, más preocupada por el autoritarismo chavista


El Episcopado venezolano expresó hoy su "preocupación" porque en el país se ha abierto un proceso de "desconocimiento de la voluntad popular" y de "creciente arbitrariedad en la administración de justicia", por lo que "exhortó" a "restaurar el Estado de Derecho".

Los obispos, reunidos en la XXXIX Asamblea Extraordinaria Plenaria de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), también resaltaron que el gobierno de Hugo Chávez aplica medidas que buscan "limitar la autonomía de los medios de comunicación".

Los obispos señalaron que les "preocupa que diversos actores de la sociedad desconozcan la voluntad popular expresada en las elecciones regionales de noviembre de 2008 e impidan o coarten la acción de autoridades elegidas legítima y democráticamente por el pueblo".

Dicha situación "entorpece la existencia de una sociedad plural y genera dudas sobre la validez y la eficacia del voto en los comicios electorales", agregaron los jerarcas católicos.

La oposición denuncia que el gobierno aplica medidas que restan competencias a gobiernos regionales y municipales, que ganaron en los comicios de noviembre pasado y que suman cerca del 20% del total de 23 estados y 330 alcaldías.

La semana pasada, amparado en una nueva ley aprobada por la mayoría oficialista del Parlamento, Chávez designó a Jaqueline Faría como la primera "jefe de gobierno de Caracas", quien en la práctica ejercerá muchas de las competencias correspondientes al líder opositor Antonio Ledezma, titular de la Alcaldía Metropolitana.

Los opositores también ha denunciado que el gobierno "revolucionario" de Chávez ha arreciado su cerco a la disidencia, y presentan como ejemplo la condena a 30 años de presión de tres jefes policiales señalados como responsables de varias de las 19 muertes registradas el 11 de abril de 2002.

Esos hechos de sangre degeneraron en el golpe de Estado que ese mismo 11 de abril separó brevemente a Chávez del poder.

En ese sentido, los obispos afirmaron que en el país "aumentan las críticas a la creciente arbitrariedad en la administración de justicia, en la que no se trata a las personas desde su condición de ciudadanos, iguales ante la ley, sino por su adhesión ideológica o militancia política".

Calificaron como "inaceptable jurídica y éticamente" que en un sistema judicial "no se siga el debido proceso, se apliquen medidas diferentes según el grupo al que se pertenezca, se difame y condene a las personas antes de ser juzgadas (...) y se apliquen penas desproporcionadas que manifiestan retaliación política".

La CEV además señaló que en Venezuela "ha mermado el derecho que tiene la ciudadanía a información veraz", mediante "una progresiva escalada de intervenciones oficiales" que pretende "limitar la autonomía de los medios".

Para ello, añadieron los prelados, "se aplican criterios diversos: unos para los medios oficiales o afectos al proceso, y otros para los demás", añadieron los prelados.

A su juicio, ese "conjunto de situaciones que ponen de relieve una progresiva identificación de partido-gobierno-Estado (...) propicia la exclusión y refuerza polarización y división del país, y produce una crisis en el sistema democrático".

"La democracia supone separación de poderes, pluralidad de pensamiento e igualdad de condiciones más allá de los discursos", agregaron los obispos venezolanos.

Desde que Chávez asumió el poder, en 1999, la Iglesia católica ha alertado de manera insistente acerca de las presuntas amenazas que se ciernen sobre la democracia venezolana, lo que le ha valido duras críticas del presidente, que acusa a los obispos de actuar como factores de oposición política.



Fuente: EFE

jueves, 23 de abril de 2009

San Jorge - 23 de abril


Combate valerosamente por la fe,
conquista la vida eterna
para la cual fuiste llamado.
(1 Timoteo, 6, 12)



HIMNO

Tú eres el libertador de los cautivos,

porque liberaste a todos los cristianos.
El amparo de los pobres
pues les diste todo lo que poseías.
El médico de los enfermos
pues eres el príncipe de los grandes milagros.
El defensor de los gobiernos
por que eres el patrono de los reyes,
de los ejércitos, de la juventud Scout.



Es un Santo oriental, cuya devoción se extendió del oriente hacia el occidente como los rayos del sol, debido a su noble origen, su atractiva juventud, su brillante inteligencia, su firme devoción, y el gran entusiasmo que irradiaba de sus ojos mientras montaba su caballo presidiendo la guardia real. Finalmente, muchos fueron los suplicios que soportó, con gran valentía, en defensa de su fe cristiana.

Nació en Capadocia, en el año 280, en una familia noble y cristiana. Su padre, Caratos, murió mártir por su fe cristiana -después de esto su madre lo llevó a su pueblo natal: Ledd, en Palestina. Acudía San Jorge a las reuniones de los primeros cristianos; allí recibió las enseñanzas de los Evangelios y una sólida educación, formándose su carácter- Dotado de una gran bizarría, notables condiciones físicas y de excepcional gallardía, sintió inclinación por la carrera de las armas; se incorporó al ejército del Emperador, llegando en poco tiempo, a ser nombrado capitán de una división.

¡Qué hermosa victoria la que este generoso soldado de Jesucristo obtuvo contra los tiranos! Diocleciano, que le había conferido el cargo de tribuno en re compensa de su valor, se lo quitó para castigar su fidelidad a Dios. Fue desgarrado con una rueda erizada de espadas, se le hizo rodar sobre el cuerpo una enorme piedra, se le sumergió en cal viva: salió vencedor en todos estos combates. Pidió entrar en el templo de los ídolos; fue allí conducido y, con una sola palabra, derribó todas las estatuas. Fue, finalmente, degollado, hacia el año 303.

MEDITACIÓN SOBRE
EL PERFECTO SOLDADO
DE JESUCRISTO

I. San Jorge fue fiel a Jesucristo. El emperador no escatimó promesas, ni amenazas, ni tormentos para relajar su fidelidad; con todo, nada fue capaz de hacerla vacilar. ¿Cómo soportas tú los sufrimientos? ¿Si se pusiese a prueba tu fidelidad, preferirías antes perder bienes, honores y vida, que la fe? ¡Ay! una palabra te espanta, la prosperidad de un día te hace olvidar a Dios. ¿C6mo resistirías la cólera de los tiranos, tú que no puedes resistir las burlas de un amigo? (San Jerónimo) .

II. El santo fue tan valiente como fiel, pues no retrocedió ante los más crueles suplicios cuando se trató de defender la causa de Jesucristo. A ti la menor dificultad te espanta, quieres ser santo, pero a condición de sustraerte a las dificultades que se encuentran en el camino de la santidad. Mucho ardor pones en hacer triunfar tus proyectos y empresas; ¿acaso hay un proyecto, una empresa más importante que la de tu salvación?

III. La perseverancia es la virtud que debe asegurar tu salvación. Olvídate, pues, de las obras pasadas; considera lo que te falta para hacer; piensa en la corona que te espera, en Dios que es testigo de tus trabajos, en la eternidad que es la recompensa de és tos, y no te costará tanto sufrir. ¿Cuál es el santo que ha sido coronado sin pasar por la tribulación? Indaga, y verás que todos han sufrido adversidad. (San Ambrosio).

La fidelidad a Dios
Orad por los que son tentados.

ORACIÓN

Oh Dios, que para regocijar nuestras almas nos ofrecéis los méritos y la intercesión del bienaventurado mártir Jorge, concedednos, por vuestra gracia, las mercedes que os pedimos por su intermedio. Por J. C. N. S. Amén

Tomado de: http://ar.geocities.com/misa_tridentina/index.html

miércoles, 22 de abril de 2009

Los católicos debemos sentirnos una sola familia


S.S. Benedicto XVI
Abril 19, 2009

Queridos hermanos y hermanas

A vosotros, aquí presentes, y a cuantos están unidos a nosotros mediante la radio y la televisión, renuevo de corazón fervientes augurios pascuales, en este domingo que cierra la Octava de Pascua. En el clima de alegría, que proviene de la fe en Cristo resucitado, deseo también expresar un “gracias” cordialísimo a todos aquellos -y son verdaderamente muchos- que han querido hacerme llegar un signo de afecto y de cercanía espiritual en estos días, tanto por las fiestas pascuales, sea por mi cumpleaños -el 16 de abril-, como también por el cuarto aniversario de mi elección a la Cátedra de Pedro, que se cumple precisamente hoy. Agradezco al Señor por la coralidad de tanto afecto. Como he tenido modo de afirmar recientemente, nunca me siento solo. Aún más en esta semana singular, que para la liturgia constituye un sólo día, he experimentado la comunión que me rodea y me apoya: una solidaridad espiritual, nutrida esencialmente de oración, que se manifiesta en mil modos. A partir de mis colaboradores de la Curia Romana, hasta las parroquias geográficamente más alejadas, nosotros católicos formamos y debemos sentirnos una sola familia, animada por los mismos sentimientos que la primera comunidad cristiana, de la cual el texto de los Hechos de los Apóstoles que se lee en este domingo afirma: “La multitud de los creyentes tenía un sólo corazón y una sola alma” (Hch 4,32).

La comunión de los primeros cristianos tenía como verdadero centro y fundamento a Cristo resucitado. El Evangelio narra de hecho que, en el momento de la pasión, cuando el divino Maestro fue arrestado y condenado a muerte, los discípulos se dispersaron. Sólo María y las mujeres, con el apóstol Juan, permanecieron juntos y le siguieron hasta el Calvario. Resucitado, Jesús dio a los suyos un nueva unidad, más fuerte que antes, invencible, porque está fundada no en los recursos humanos, sino en su misericordia divina, que les hizo sentir a todos amados y perdonados por Él. Es por tanto el amor misericordioso de Dios el que une firmemente, hoy como ayer, a la Iglesia y el que hace de la humanidad una sola familia; el amor divino, que mediante Jesús crucificado y resucitado nos perdona los pecados y nos renueva interiormente. Animado de esta íntima convicción, mi amado predecesor Juan Pablo II quiso dedicar este domingo, el segundo de Pascua, a la Divina Misericordia, y señaló para todos a Cristo resucitado como fuente de confianza y de esperanza, acogiendo el mensaje espiritual transmitido por el Señor a santa Faustina Kowalska, sintetizado en la invocación “¡Jesús, confío en tí!”.

Como para la primera comunidad, María nos acompaña en la vida de cada día. Nosotros la invocamos como “Reina del Cielo”, sabiendo que su realeza es como la de su Hijo: toda amor, y amor misericordioso. Os pido que le confiéis a Ella nuevamente mi servicio a la Iglesia, mientras con confianza le decimos: Mater misericordiae, ora pro nobis.

[Tras el Regina Coeli, dijo]

Dirijo ante todo un cordial saludo y fervientes augurios a los hermanos y a las hermanas de las Iglesias Orientales que, siguiendo el Calendario Juliano, celebran hoy la santa Pascua. Que el Señor resucitado renueve en todos la luz de la fe y dé abundancia de alegría y de paz.

Mañana comenzará en Ginebra, organizada por Naciones Unidas, la Conferencia de examen de la Declaración de Durban de 2001 contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y la relativa intolerancia. Se trata de una iniciativa importante porque aún hoy, a pesar de las enseñanzas de la historia, se registran estos fenómenos deplorables. La Declaración de Durban reconoce que “todos los pueblos y las personas forman una familia humana, rica en diversidad. Ellos han contribuido al progreso de la civilización y de las culturas que constituyen el patrimonio común de la humanidad... la promoción de la tolerancia, del pluralismo y del respeto puede conducir a una sociedad más inclusiva”. A partir de estas afirmaciones se requiere una acción firme y concreta, a nivel nacional e internacional, para prevenir y eliminar toda forma de discriminación y de intolerancia. Es necesaria, sobre todo, una vasta obra de educación, que exalte la dignidad de la persona y tutele sus derechos fundamentales. La Iglesia, por su parte, reafirma que sólo el reconocimiento de la dignidad del hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, puede constituir una referencia segura para este empeño. Desde este origen común, de hecho, brota un destino común de la humanidad, que debería suscitar en cada uno y en todos un fuerte sentido de solidaridad y de responsabilidad. Formulo mis votos sinceros para que los Delegados presentes en la Conferencia de Ginebra trabajen juntos, con espíritu de diálogo y de acogida recíproca, para poner fin a toda forma de racismo, discriminación e intolerancia, marcando así un paso fundamental hacia la afirmación del valor universal de la dignidad del hombre y de sus derechos, en un horizonte de respeto y de justicia para toda persona y pueblo.

[En español dijo]

Saludo con afecto a los fieles de lengua española, en particular a los peregrinos de la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen, de Murcia. En este segundo domingo de Pascua, dedicado a la Divina Misericordia, invoquemos a la Santísima Virgen María para que nos alcance la gracia de reconocer a Cristo Resucitado como la fuente de toda esperanza, que sigue actuando su misericordia en los sacramentos, especialmente en el de la Reconciliación, y en la acción caritativa de la Iglesia. ¡Feliz Pascua y Feliz Domingo!

[En polaco dijo]

Hoy, en el Domingo de la Divina Misericordia, saludo de forma particularmente cordial a los connacionales del Siervo de Dios Juan Pablo II. Fue él quien nos recordó a todos el mensaje de Cristo Misericordioso, revelado a Santa Faustina. Nos exhortó a llevarlo al mundo entero. Frente al mal que en los corazones humanos disemina tanta desolación es una tarea más que nunca actual. Intentemos ser testigos del amor misericordioso de Dios. Permaneciendo en la alegría pascual, en el día del aniversario de mi elección a la Sede de Pedro, agradezco a todos las oraciones por mí.

[Traducción del original italiano por Inma Álvarez]

martes, 21 de abril de 2009

María es Madre de Dios


Una de las bendiciones que tenemos como católicos en nuestra relación con la Virgen es que la tenemos y llamamos: Madre de Dios y Madre de la Iglesia.



Esto seguramente que muchos hermanos separados no lo aceptarán, pero veamos lo que la Biblia, la razón y la Historia nos dice sobre este regalo y seguramente que usted estará de acuerdo en que como católicos tenemos esta bendición especial. Acompáñame en este estudio para fortalecernos en la fe.



A.- Razón principal:

*Si Jesús es Dios y María es madre de Jesús, entonces María es Madre de Dios.

La encarnación significa que en un instante dado se unió la segunda Persona de la Trinidad, el Verbo, en el hijo engendrado milagrosamente por María.

Como fue instantánea y esencial, María en ese momento empezó a ser madre de Jesús: hombre-Dios.

Nosotros, cuando le damos ese título desde hace siglos no estamos pensando que sea Madre de Dios Padre. No. Lo que hemos creído siempre es que María está totalmente unida a su Hijo y si él es Dios hecho hombre, entonces María es Madre de Dios.



MUCHOS PROTESTANTE NO DISTINGUEN ESO Y POR ESTO RECHAZAN ALGO TAN SENCILLO DE COMPRENDER. SI MARIA ES MADRE DE JESUS Y JESUS ES DIOS, EN ESE SENTIDO MARIA ES MADRE DE DIOS.

Por el hecho de la unión estrechísima entre las tres divinas personas, la maternidad de María no es ajena a Dios uno y trino. Por tanto merece el título de "Madre de Dios".



Algunas citas que nos hablan claramente que Jesús es Dios son: Jn 20,28; Jn 1,1; Jn 5,23; Rom 9,5



Por otro lado, el papel de María con relación a la Iglesia es inseparable. En el nacimiento de Cristo; en su crecimiento; en su ministerio; en el primer milagro que realiza; en su muerte y resurrección; en Pentecostés etc. Con toda razón es llamada: Madre de la Iglesia.





B.- Razones Bíblicas.

1.- Isabel la reconoce como Madre de Dios

Veamos lo que sucedió cuando Isabel, prima de María, le dice:

"...de donde a mí que la madre de mi Señor

venga a mí..."

Lc 1,43

El término "Señor" en la Biblia es un título que se le da solamente a "Dios". Por lo tanto Isabel llena del Espíritu Santo la reconoció así: como la madre de Dios.





2.- *Como el Discípulo se llevó a María a su casa como Madre, así nosotros también. María será Madre de la Iglesia.

Esto es algo que perfectamente nos enseña la Sagrada Escritura. Ojalá que quienes no creen en esto se tomarán unos segundos para leer ese hermoso pasaje de la Biblia donde Nuestro Señor Jesucristo nos dejó este regalo:

"Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: "Mujer, ahí tienes a tu hijo."

Luego dice al discípulo: "Ahí tienes a tu madre." Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa".

Jn 19,26-27



Es tan clara la Biblia... Jesucristo le dice a su discípulo: "ahí tienes a tu madre". No le dijo te encargo a mi madre, cuida a mi madre ó ahí tienes a mi madre. No. Jesucristo fue muy claro.



Y la Biblia hermosamente continúa diciéndonos que: "El Discípulo se la llevó a su casa". Y eso fue precisamente lo que Él hizo.

Se trataba de Juan el Apóstol. El Discípulo se la había llevado a su casa.



Los auténticos discípulos de Jesús hacen lo mismo que Juan, se llevan a María a su casa como su Madre. María Madre de la Iglesia.



C.- Razón histórica.

La Iglesia siempre ha enseñado la Maternidad divina de María y el ser Madre de la Iglesia. No es algo que ayer se inventó, sino algo que forma parte de nuestra fe desde el principio. Veamos algunos ejemplos:



a) Un escrito antiguo dice:

"...cuando la santísima y gloriosa

Madre de Dios..."

(Libro de Juan El Teólogo, cap I).





b) El Concilio de Efeso (año 431) definió así:

"...habiendo unido consigo el Verbo, de ambas resulta un solo Cristo e Hijo... desde el seno materno se sometió al nacimiento carnal...De esta manera (los Santos Padres) no dudaron en llamar Madre de Dios a la Santa Virgen"

(Dezinger 111ª).



c) Un poco más adelante, en el año 450, otro gran santo lo dirá de esta manera:



"Se le reconoce y se le venera como verdadera Madre de Dios... más aún, es verdaderamente Madre de los miembros(de la Iglesia) porque colaboró con su amor a que nacieran en la Iglesia los creyentes..."

San Agustín



d) El "Ave María" (oración rezada desde hace más de 500 años) en su segunda parte dice:

"Santa María, Madre de Dios..."



e) El Concilio Vaticano II dice:

"...La Virgen María, que al anuncio del ángel recibió al Verbo de Dios en su alma y en su cuerpo y dio la vida al mundo, es reconocida y venerada como verdadera Madre de Dios y del Redentor"

(Lumen Gentium Nº 53).



Por todo lo anterior basados en la Palabra de Dios y en la historia de la Iglesia podemos decir con certeza y alegría:



«Bendita seas María, Madre de Dios y

Madre de la Iglesia».

Si hoy en dia hay sectas o grupitos nuevos que rechazan esto es por falta de conocimiento de la Sagrada Escritura y de la fe de la Iglesia que no se invento ayer sino que tiene mas de 2000 años de proclamarla y vivirla.


Este tema esta tomado del libro RESPUESTAS CATOLICAS INMEDIATAS. Te lo recomiendo, tiene muchos temas mas sobre como Defender la fe.(250 paginas).

lunes, 20 de abril de 2009

La noción de real concomitancia en Santo Tomás


A partir de unas palabras del Concilio de Trento podríamos entender mejor (dentro de los límites del misterio, pero sacudiendo la pereza) la íntima conexión que se da entre “los misterios totales de la Eucaristía”, entre la celebración de la eucaristía, la reserva eucarística fuera de la misa, la adoración a la Hostia Santa, la comunión de los enfermos, la renovación de las formas consagradas reservadas en el tabernáculo, las bendiciones con el Santísimo, las procesiones eucarísticas y otras manifestaciones de culto a un único misterio.

Trento propone la doctrina de la fe con estas palabras: inmediatamente después de la consagración está el verdadero cuerpo de Nuestro Señor y su verdadera sangre juntamente con su alma y divinidad bajo la apariencia del pan y del vino; ciertamente el cuerpo, bajo la apariencia del pan, y la sangre, bajo la apariencia del vino en virtud de las palabras; pero el cuerpo mismo bajo la apariencia del vino y la sangre bajo la apariencia del pan y el alma bajo ambas, en virtud de aquella natural conexión y concomitancia por la que se unen entre sí las partes de Cristo Señor que resucitó de entre los muertos para no morir más [Rom. 6, 5]; la divinidad, en fin, a causa de aquella su maravillosa unión hipostática con el alma y con el cuerpo [Can. 1 y 3]. Por lo cual es de toda verdad que lo mismo se contiene bajo una de las dos especies que bajo ambas especies. Porque Cristo, todo e íntegro, está bajo la especie del pan y bajo cualquier parte de la misma especie, y todo igualmente está bajo la especie de vino y bajo las partes de ella [Can. 3]. (Denz.1545-1563, 876 ).


Se da una razón explicativa para colegir que desde una presencia de “cuerpo de Cristo” y de otra presencia de “sangre de Cristo” se llega a la presencia de Cristo entero bajo ambas especies: en virtud de aquella natural conexión y concomitancia por la que se unen entre sí las partes de Cristo Señor que resucitó de entre los muertos para no morir más (ut supra). Esta razón la empleó ya en el siglo XIII Tomás de Aquino, llamándola “real concomitancia”[1], que consiste en lo siguiente: “si dos cosas están realmente unidas entre sí, donde esté una de ellas está la otra”[2]. Esta argumentación (ratio theologica) la empleó el Aquinate también para cuestiones trinitarias: por real concomitancia, por ejemplo, donde está una divina Persona también lo están las otras Dos.[3] Santo Tomás establece una distinción entre la fuerza de las palabras de la consagración eucarística (que haría presente solamente el Cuerpo o la Sangre de Cristo como términos de la conversión) y la fuerza de la real concomitancia que haría presente a Cristo entero (cuerpo, sangre, alma y divinidad ) bajo los accidentes de pan y vino porque donde está el Cuerpo de Cristo Resucitado está su Sangre, su Alma y su Divinidad y donde está su Sangre está su Cuerpo, su Alma y su Divinidad. El Concilio de Trento recoge esta doctrina empleando la palabra “especies” en vez de “accidentes”. Sin embargo, es importante distinguir entre el contenido firme y permanente de la fe (en este caso, la presencia de Cristo entero bajo las dos especies eucarísticas) y lo que es una razón argumentativa para facilitar una cierta comprensión del misterio creído (en este caso, el argumento de la real concomitancia). Hay que señalar que una buena parte de la teología católica más reciente evita usar el argumento de la “real concomitancia” al dar cuenta de lo que es indiscutible para la fe católica; suelen alegar razones de tipo bíblico y patrístico. También hay que señalar que el Catecismo de la Iglesia Católica no menciona la “real concomitancia” al exponer la doctrina de la fe de siempre: El modo de presencia de Cristo bajo las especies eucarísticas es singular. Eleva la Eucaristía por encima de todos los sacramentos y hace de ella "como la perfección de la vida espiritual y el fin al que tienden todos los sacramentos" En el santísimo sacramento de la Eucaristía están "contenidos verdadera, real y substancialmente el Cuerpo y la Sangre junto con el alma y la divinidad de nuestro Señor Jesucristo, y, por consiguiente, Cristo entero". "Esta presencia se denomina «real», no a título exclusivo, como si las otras presencias no fuesen «reales», sino por excelencia, porque es substancial, y por ella Cristo, Dios y hombre, se hace totalmente presente"[4].

Me parece que la noción misma de “real concomitancia” responde a un sentido de la realidad muy fuerte; se trata de una noción más que de un concepto, puede entenderse en diversos sentidos análogos y es útil para ilustrar muchos aspectos de la fe y de la vida espiritual. El nervio conductor de este trabajo va a ser precisamente la noción de real concomitancia aplicada a la Presencia de Cristo en la Hostia Santa (o en el Cáliz consagrado). No ha sido muy frecuente el recurso a esta argumentación para enriquecer reflexivamente el contenido de nuestra fe ante el Santísimo Sacramento pero puede intentarse, yendo siempre de la mano del Magisterio, de los textos litúrgicos, de la vida eucarística de los santos.
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