La liturgia debe ser epifanía del misterio de Cristo y se debe ayudar a los fieles a descubrir lo bello que es ser amados por Dios. Lo dijo el Papa a los obispos brasileños de la región Leste 2 al final de su visita ad limina. Los obispos, añadió Benedicto XVI, deben ser promotores y animadores de oración, creando ocasiones de silencio y lugares de recogimiento donde fieles y familias puedan reunirse para dejar espacio a Dios y buscar un sentido cristiano a las fatigas de la vida cotidiana. El obispo debe promover la participación de los fieles, debe guiar la Iglesia siguiendo a la Santa Sede, debe tener comportamientos cristianos, debe ser creíble para que los fieles lo tomen como ejemplo viviente.
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