
Todopoderoso y sempiterno Dios,
yo protesto delante de vuestra divina majestad
que nada soy y nada valgo,
y que, si algo tengo,
Jesucristo, mi Señor me lo ganó.
Bendito seáis, Señor, que me disteis tal Hijo;
y bendito sea tal Hijo,
que me reconcilió con tal Padre.
Al arcángel San Miguel pido me alcance gracia
para conocer el tesoro que Jesucristo,
mi Señor, me ganó.
Amén
 
 

 
 


 
 
 
 
 
 
 
 
 
.jpg) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
.jpg) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 Entradas
Entradas
 
 

No hay comentarios:
Publicar un comentario