Eluana Englaro, la mujer sumida en coma desde hace 17 años y que se ha convertido en el símbolo de la lucha por la eutanasia en Italia, ha sido trasladada a un hospital de Udine donde puede ser desconectada en las próximas horas. La ambulancia llegó poco después de las 01.30 horas a la clínica Lecco, cera de Milán, donde la mujer, de 37 años, ha permanecido en estado vegetativo desde el accidente que le sumió en un coma en 1992. Como era previsible, el Vaticano ha expresado su más rotundo rechazo a la decisión. El cardenal y presidente del Consejo Pontificio para los agentes sanitarios, el mexicano Javier Lozano Barragan, ha pedido frenar "esa mano asesina" que suspenderá la alimentación artificial a Eluana Englaro. El cardenal, que ya se ha pronunciado sobre el caso Englaro en numerosas ocasiones, ha reiterado que "interrumpir la alimentación y la hidratación equivaldría a un abominable asesinato y así lo proclamará siempre la Iglesia en voz alta". Un grupo de manifestantes contra la eutanasia han tratado de impedir que la ambulancia se llevara a Eulana a gritos de "Eluana está viva" y "No matarás". El padre y tutor legal de Eluana, Giuseppe Englaro, había solicitado el traslado. Pero la señal de alerta la dio el neurólogo, Carlo Alberto Defanti, quien indicó que era inminente el traslado de la joven a la que el Tribunal Supremo autorizó el pasado mes de noviembre a desconectar de la sonda naso-gástrica que la mantiene con vida, pero que aún no ha encontrado un lugar en el que morir. "Creo que ya ha llegado la confirmación de la casa de curas de Udine, aunque no me han dicho nada seguro aún. Siento sólo no poder acompañar a Eluana porque tengo compromisos a los que no puedo renunciar", apuntó Defanti en declaraciones que recogen hoy los medios de comunicación italianos. "La sonda no será desconectada y durante los primeros tres días se seguirá alimentándola artificialmente, con el fin de permitir al personal que pueda comprobar la situación. Después de estos tres días, sin desconectar la sonda, será suspendida la alimentación", explicó. El de Eluana es un caso sin precedentes en Italia, país que vive dividido entre apoyar la decisión del Supremo de desconectar la sonda de la joven o la de la Sanidad italiana, que prohibió a los centros públicos y privados acoger su muerte. Este veto hizo que los responsables de la clínica "Ciudad de Udine", en la misma localidad que "La Quiete" y de donde procede la familia de Eluana, dieran marcha atrás en su decisión de desconectar a la joven, por cuya muerte ha luchado su padre en los tribunales durante más de una década. El Gobierno italiano cree que Eluana, quien hasta el momento ha estado cuidada por unas monjas en la ciudad de Lecco (norte), podrá ser desconectada de la sonda en la clínica "La Quiete" de Udine porque su estatus legal como casa de curas permite eludir la prohibición establecida por el Ministerio de Sanidad.
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