El Papa Benedicto XVI ratificó hoy el rechazo de la Iglesia Católica al aborto y a las uniones homosexuales y defendió como “orden natural” el matrimonio entre el hombre y la mujer, en su homilía pronunciada en el acto de consagración del templo de la Sagrada Familia en Barcelona. “La Iglesia se opone a todas las formas de negación de la vida humana y apoya cuanto promueva el orden natural en el ámbito de la institución familiar”, recalcó el Papa durante la misa celebrada en la obra cumbre del arquitecto catalán Antoni Gaudí.
También pidió apoyo del Estado para los matrimonios heterosexuales, así como medidas económicas y sociales para que la mujer encuentre en el hogar y el trabajo su plena realización.
El Pontífice hizo estas afirmaciones en la misa de consagración del templo de la Sagrada Familia, de Barcelona (noreste de España), a la que asistieron los reyes de España y en la que también dijo que la belleza “es la gran necesidad del hombre, ya que invita a la libertad y arranca el egoísmo”.
El Obispo de Roma destacó durante la homilía que el templo está dedicado a la Sagrada Familia y explicó que, aunque las condiciones de la vida han cambiado mucho y con ellas se ha avanzado enormemente en ámbitos técnicos, sociales y culturales, no podemos contentarnos con estos progresos.
“Junto a ellos deben estar siempre los progresos morales, como la atención, protección y ayuda a la familia, ya que el amor generoso e indisoluble de un hombre y una mujer es el marco eficaz y el fundamento de la vida humana en su gestación, en su alumbramiento, en su crecimiento y en su término natural”, afirmó.
El Papa agregó que sólo donde existen el amor y la fidelidad, nace y perdura la verdadera libertad.
Benedicto XVI agregó que la Iglesia aboga por adecuadas medidas económicas y sociales para que la mujer encuentre en el hogar y en el trabajo su plena realización, y para que el hombre y la mujer que contraen matrimonio y forman una familia sean decididamente apoyados por el Estado.
También dijo que la Iglesia pide que se defienda la vida de los hijos como sagrada e inviolable desde el momento de su concepción; para que la natalidad sea dignificada, valorada y apoyada jurídica, social y legislativamente.
“Por eso, la Iglesia se opone a todas las formas de negación de la vida humana y apoya cuanto promueva el orden natural en el ámbito de la institución familiar”, recalcó.
Del templo de la Sagrada Familia dijo que es un “signo visible del Dios invisible” y que en él, su creador, Antoni Gaudí, quiso unir la inspiración que le llegaba de los tres grandes libros en los que se alimentaba como hombre, como creyente y como arquitecto: el libro de la naturaleza, el libro de la Sagrada Escritura y el libro de la Liturgia.
En referencia a Gaudí, cuyo proceso de beatificación está en marcha, el Papa dijo que este artista y arquitecto, “inspirado por el ardor de su fe cristiana”, logró convertir el templo de la Sagrada Familia en una alabanza a Dios hecha en piedra.
Tras la misa, a la que asistieron unas 8.000 personas dentro y unas 50.000 fuera, el Papa rezó el ángelus desde el atrio de la fachada del Nacimiento.
El Papa, que llegó anoche a Barcelona procedente de Santiago de Compostela (primera etapa de este viaje apostólico de dos días a España), volverá a encontrarse hoy con los reyes Juan Carlos y Sofía en el aeropuerto barcelonés de El Prat, después de visitar el Instituto Niño Dios, que asiste a niños y jóvenes discapacitados.
También está previsto que se reúna con el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.
También pidió apoyo del Estado para los matrimonios heterosexuales, así como medidas económicas y sociales para que la mujer encuentre en el hogar y el trabajo su plena realización.
El Pontífice hizo estas afirmaciones en la misa de consagración del templo de la Sagrada Familia, de Barcelona (noreste de España), a la que asistieron los reyes de España y en la que también dijo que la belleza “es la gran necesidad del hombre, ya que invita a la libertad y arranca el egoísmo”.
El Obispo de Roma destacó durante la homilía que el templo está dedicado a la Sagrada Familia y explicó que, aunque las condiciones de la vida han cambiado mucho y con ellas se ha avanzado enormemente en ámbitos técnicos, sociales y culturales, no podemos contentarnos con estos progresos.
“Junto a ellos deben estar siempre los progresos morales, como la atención, protección y ayuda a la familia, ya que el amor generoso e indisoluble de un hombre y una mujer es el marco eficaz y el fundamento de la vida humana en su gestación, en su alumbramiento, en su crecimiento y en su término natural”, afirmó.
El Papa agregó que sólo donde existen el amor y la fidelidad, nace y perdura la verdadera libertad.
Benedicto XVI agregó que la Iglesia aboga por adecuadas medidas económicas y sociales para que la mujer encuentre en el hogar y en el trabajo su plena realización, y para que el hombre y la mujer que contraen matrimonio y forman una familia sean decididamente apoyados por el Estado.
También dijo que la Iglesia pide que se defienda la vida de los hijos como sagrada e inviolable desde el momento de su concepción; para que la natalidad sea dignificada, valorada y apoyada jurídica, social y legislativamente.
“Por eso, la Iglesia se opone a todas las formas de negación de la vida humana y apoya cuanto promueva el orden natural en el ámbito de la institución familiar”, recalcó.
Del templo de la Sagrada Familia dijo que es un “signo visible del Dios invisible” y que en él, su creador, Antoni Gaudí, quiso unir la inspiración que le llegaba de los tres grandes libros en los que se alimentaba como hombre, como creyente y como arquitecto: el libro de la naturaleza, el libro de la Sagrada Escritura y el libro de la Liturgia.
En referencia a Gaudí, cuyo proceso de beatificación está en marcha, el Papa dijo que este artista y arquitecto, “inspirado por el ardor de su fe cristiana”, logró convertir el templo de la Sagrada Familia en una alabanza a Dios hecha en piedra.
Tras la misa, a la que asistieron unas 8.000 personas dentro y unas 50.000 fuera, el Papa rezó el ángelus desde el atrio de la fachada del Nacimiento.
El Papa, que llegó anoche a Barcelona procedente de Santiago de Compostela (primera etapa de este viaje apostólico de dos días a España), volverá a encontrarse hoy con los reyes Juan Carlos y Sofía en el aeropuerto barcelonés de El Prat, después de visitar el Instituto Niño Dios, que asiste a niños y jóvenes discapacitados.
También está previsto que se reúna con el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.
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