La populosa ciudad de Córdoba, en Argentina, fue testigo privilegiado de la santidad de vida de la beata madre María del Tránsito de Jesús Sacramentado Cabanillas. Su vida es un canto a las maravillas que Dios realiza en los acontecimientos comunes de la vida cotidiana. Sin espectaculares manifestaciones, esta nueva beata recorrió el camino de la santidad captando en cada momento la cercanía de Jesús y su invitación a seguirle hasta las últimas consecuencias.
Interrogándose seriamente sobre lo que Dios quería de ella, descubrió su vocación franciscana y la inspiración de un proyecto de vida religiosa que se ocupara de ayudar a la mujer a desempeñarse en la experiencia de fe. Supo ser firme y, a la vez, paciente y comprensiva, abrazar la cruz en las dificultades y permanecer en humilde silencio aun cuando sobre ella pesaban graves humillaciones y desprecios. Que su testimonio sirva de ejemplo a tantos compatriotas suyos que en la hora presente han de seguir con entusiasmo su vida de cristianos y ciudadanos, sin caer en la tentación del desánimo o, lo que sería peor, con espíritu de rivalidad o de revancha.
Del discurso de Juan Pablo II a los peregrinos que fueron a Roma para la beatificación (15-IV-2002) [L'Osservatore Romano, edición semanal en lengua española, del 19-IV-02]
Interrogándose seriamente sobre lo que Dios quería de ella, descubrió su vocación franciscana y la inspiración de un proyecto de vida religiosa que se ocupara de ayudar a la mujer a desempeñarse en la experiencia de fe. Supo ser firme y, a la vez, paciente y comprensiva, abrazar la cruz en las dificultades y permanecer en humilde silencio aun cuando sobre ella pesaban graves humillaciones y desprecios. Que su testimonio sirva de ejemplo a tantos compatriotas suyos que en la hora presente han de seguir con entusiasmo su vida de cristianos y ciudadanos, sin caer en la tentación del desánimo o, lo que sería peor, con espíritu de rivalidad o de revancha.
Del discurso de Juan Pablo II a los peregrinos que fueron a Roma para la beatificación (15-IV-2002) [L'Osservatore Romano, edición semanal en lengua española, del 19-IV-02]
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