Viernes de Dolor

La fe no elimina la perplejidad ni el dolor. Este día (Viernes Santo) no contemplamos el dolor de la cruz sino que somos invitados a contemplar el amor de Dios en la certeza de la resurrección, la cercanía de Dios al sufrimiento de cada uno de nosotros.

Hoy es Viernes de Dolor. Hoy da comienzo la Semana de la Pasión. Y es hoy, ahora, precisamente, cuando más dedicación, más concentración y más fervor debemos poner en la meditación de los santos misterios de nuestro Rosario.

De esta forma, en compañía siempre de Nuestra Madre Santa, podremos llegar a intuir, y en la perseverancia, a saber, cuanto amó Dios al mundo que nos dio a su Unigénito para que alcanzásemos la salvación.

Y lo que Jesús nos entregó entonces con su pasión y su dolor, su pasión y su muerte, lo tenemos para siempre, hoy, aquí y ahora, solo con decir, como Él dijo, "no se haga mi voluntad, sino la tuya".

Vaciémonos de nosotros para que en nosotros entre Él.

Oremos con fe y con amor, siempre a la sombra del Manto de María. Ella siempre nos tendrá su mano tendida.