sábado, 14 de marzo de 2009
Santa Matilde, reina - 14 de marzo
Nuestra época carece de dos de los elementos que hacen a una sociedad elevarse a lo más alto, que la hacen resurgir del lodo en el que se encuentran para renacer con vida nueva. La educación buena y la práctica de las virtudes son las que hacen que un pueblo, hundido en la iniquidad de sus propias obras, y que ha producido a cambio, según palabras del papa Juan Pablo II, "una cultura de la muerte", se eleve hasta convertirse en faro para otros pueblos. Santa Matilde nos trae a la conciencia una idea por muchos olvidada pues prefieren no pensar en ella, y por otros ignorada pues nunca nadie se lo contó: me refiero a la dignidad a la que fue elevada la mujer con la llegada del cristianismo.
El célebre filósofo Platón, en su magna obra El Timeo, nos dice: "Todos los varones cobardes y que llevaron una vida injusta, según el discurso probable, cambiaron a mujeres en la segunda encarnación " El famoso Eurípides en Hipólito reza así: "¡Oh Zeus!, "por qué bajo los rayos del sol has hecho que existieran las mujeres, metal de falsa ley para los hombres?" Un ejemplo más de este hecho lo podemos ver en Aristóteles, el cual nos enseña así: "en la relación del macho con la hembra el uno es por naturaleza superior, la otra es mandada, y es necesario que entre todos los hombres sea precisamente de este modo " Tres ejemplos que nos permiten apreciar la poca dignidad que se le atribuía a la mujer en la antigüedad.
Recordemos los libros del Santo evangelio, y contemplemos el momento sublime de la Resurrección de Jesucristo, pues parece que antes de subir a los cielos el Señor quiere reafirmar la dignidad de la mujer, por eso convierte a unas mujeres en las primeras testigos de su Resurrección. Cosa inaudita ésta. Recordemos que San Pablo dice que si Jesucristo no ha resucitado nuestra fe es vana, no sirve para nada. Y de este acontecimiento tan central en la Revelación Cristiana Jesús coloca a la mujer como testimonio. Además, la venida de Cristo a la tierra fue también a través de una mujer, la Virgen María. Y así podemos decir que el Altísimo tenía preparado para la mujer un papel muy importante en el mayor de los acontecimientos de la historia, o más bien en el acontecimiento central de la historia, el nacimiento de Cristo. Y este hecho, en cierta manera, fue reconocido ya en el Concilio de Éfeso al establecer el término Theotócos, que significa "Madre de Dios"
Que la celebración de la festividad de Santa Matilde nos recuerde a todos una verdad por muchos olvidada y es que la mujer, presagio de fatalidad en la antigüedad, es elevada por Jesucristo hasta una dignidad angélica al convertirla en mensajera de la buena noticia: que Cristo ha vencido a la muerte, que Cristo ha Resucitado. Que así como a través de una mujer vino Cristo a la tierra, también a través de unas mujeres se anunció el hecho más revelador de la divinidad de Jesucristo
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