jueves, 12 de marzo de 2009
Historias de Conversos al Catolicismo actuales
En el XII Congreso Internacional “Camino a Roma”, celebrado a finales del 2007 en México, al que asistió un grupo de conversos católicos como: Alessandra Borghese; Victor R. Claveau (antiguo evangelista); los esposos Kristine y Martin Franklin (antiguos misioneros protestantes en Centroamérica); Hanzel Carlos Cardoso Luna (converso de la Iglesia evangélica); así como Miguel Rivera y Constantino Raúl Vargas (anteriormente Testigos de Jehová).
En el relato de su conversión, Kristine Franklin explicó que, de pequeña, se había educado en una comunidad evangélica fundamentalista. Luego se trasladó, con su marido y sus dos hijos, a Centroamérica. Trabajaron como misioneros laicos en Guatemala. Kristine comenzó a cuestionarse muchas de las enseñanzas recibidas. Tenía el convencimiento de que la doctrina de Jesús no podía contradecirse, ni dependía de meras opiniones. Y le disgustaba la escasa atención que su denominación dedicaba a los aspectos doctrinales. El mensaje auténtico de salvación le parecía cada vez más “sospechosamente” católico. Finalmente se “atrevió” a comprar un Catecismo de la Iglesia católica “y allí encontré cada una de las respuestas a mis preguntas”. Todas quedaban aclaradas “de manera perfecta, pero sobre todo hermosa”.
Una conversión parecida fue la de Linda Anne Poindexter, una norteamericana episcopaliana. Inquieta porque su denominación se manifestaba habitualmente en contra de cualquier legislación restrictiva del aborto, y a favor de la ordenación de homosexuales, comenzó también a tener serias dudas sobre la ordenación de mujeres, sobre la validez de las órdenes anglicanas y a sentir cada vez más respeto por el Papa. Después notó que “no podía rezar en su templo”, mientras en una iglesia católica cercana “experimentaba una enorme paz”. Comenzó entonces a ir un poco a escondidas a la Misa de mediodía. “Me iba enamorando del catolicismo. También se me ocurrió la idea de rezar el rosario. Me hizo una gran bien. Además, me compré un catecismo católico y leí varios relatos de conversos. Un video sobre la conversión de Scott Hahn me impresionó mucho”. Finalmente, “llegó a mis manos una revista editada por el converso Richard John Neuhaus“. Allí Jennifer Mehl Ferrara, antigua pastor luterana, ahora católica, cuenta su conversión. Entre otras cosas, cita el fragmento de Lumen Gentium n.14 donde se dice que no podrá salvarse quien, sabiendo que la Iglesia católica fue instituida por Dios como medio de salvación, rehúse entrar o permanecer en ella. “Esto me hizo pensar y me dio el argumento práctico para convertirme, porque ya estaba convencida de que la Iglesia católica era la verdadera Iglesia”.
El libro Cristianos venidos del islam, de Giorgio Paolucci y Camille Eid (Libroslibres, 2007), documenta otros casos de musulmanes convertidos al cristianismo. Por ejemplo el caso de Antonio -el nombre que eligió un musulmán argelino al bautizarse- conoció el cristianismo a través de la Radio. Movido por su afición a los idiomas y para practicar el italiano, sintonizó una emisora que emitía en ese idioma. Resultó ser Radio María. Lo primero que escuchó fue el rosario. Siempre recordará aquel instante: “Eran las ocho en punto de la tarde. Oí en aquellas palabras algo muy familiar: el Señor es contigo”. Se convirtió entonces en oyente asiduo de la emisora. Antonio comenzó luego a hablar con un sacerdote francés. Tras algunos meses de entrevistas, decide bautizarse. Mientras, ha conectado epistolarmente con Giampaolo Barra, director del mensual católico italiano El Timón, quien le envía un libro de apologética cristiana. Viaja a Italia y pasa una semana de meditación en un convento benedictino de Lombardía. Al volver a Argelia, la familia descubre la Biblia que Antonio lee a escondidas. Su hermano mayor, Ahmed, amenaza con denunciarle. Antonio se da cuenta de la dificultad de recibir el bautismo en tierra argelina y se traslada finalmente a la Toscana italiana. E12 de junio de 2001 recibe el bautismo.
La imposibilidad de profesar un islam moderado, así como el atractivo de la racionalidad cristiana presente en el mensaje y en la figura de Benedicto XVI, es lo que llevó a Magdi Allam, periodista egipcio subdirector de Il Corriere della Sera, a convertirse al catolicismo. Allam, casado con una católica, recibió el bautismo, de manos del Papa, durante la última Vigilia Pascual. Vive en Italia desde hace 35 años. Por sus posicionamientos críticos hacia el islam radical ha recibido varias amenazas de muerte. Lleva siempre escolta policial.
Otros ejemplos de conversiones actuales son:
En la conversión de otro personaje que solía aparecer en las revistas de papel cuché, 1a princesa italiana Alessandra Borghese, influyó bastante el ejemplo de una buena amiga: Gloria von Thurn Und Taxis. Alessandra quedó impresionada por la coherencia y naturalidad con que Gloria encajaba, entre fiestas y compromisos sociales, sus prácticas católicas; en particular, la Santa Misa. La fe dormida de Alessandra despertó al descubrir en la Iglesia católica gente culta e inteligente con quien podía conversar con total apertura de mente.
Algo parecido ocurrió en la conversión de Bárbel Martens, periodista de origen luterano. Primero, por el respeto exquisito de su marido católico hacia la formación protestante de ella. Y luego, por el ejemplo y la amistad de una fiel del Opus Dei, que la animó a hacerse católica.
Un caso mucho más sencillo de vuelta a la práctica religiosa es el de Judith. Se debió al encuentro con la Adoración Nocturna Femenina Española (A.N.F.E.). “Una de las asociadas me invitó un día a asistir a un turno de vela. Al principio me costó. El cansancio y el sueño me vencían; sentía mi debilidad y pequeñez en la noche. Pero mi necesidad era más fuerte que mi flaqueza. Hoy sigo yendo cada mes a mi turno de vela, fiel a mi cita con el Santísimo. Sé que no puedo faltar, echaría de menos estar allí con Él. En la gran vida nocturna de Madrid, hay otra vida nocturna completamente distinta que transcurre tranquila, serena y plena de oración en el templo de San Martín”.
En el libro Aventuras del Alma se narran algunas conversiones repentinas. Por ejemplo, la de Ferdinand G. Mahfood, un jamaicano establecido en Miami que, aunque bautizado católico, nunca había practicado. Leyendo en un avión el libro Algo más, de Catherine Marshall, de pronto, inopinadamente, sintió muchas ganas de rezar. Comenzó a llorar a mares, porque en ese momento comprendió el don de poder vivir una relación personal con Dios. Oyó, además, una voz, en forma de dulce susurro, que le preguntaba si iba a ir a Misa a diario durante el resto de su vida.
Onalee McGraw, de origen baptista, tuvo un primer acercamiento a la Iglesia por su marido católico, que la animó a leer algunas obras de C.S. Lewis y G.K. Chesterton. Pero sobre todo fue una amiga quien la empujó a dar el paso definitivo. Onalee había comentado, en tono pesimista, que “la barca de Pedro se estaba hundiendo”. Pero su amiga no se desanimó. Antes al contrario, le respondió con seguridad que la Iglesia no estaba hundiéndose, sino sufriendo, y que no podía quedarse tranquila criticando desde fuera: “Tu sitio -le dijo- está al pie de la Cruz, con Nuestra Señora y San Juan”. Esa fortaleza la desarmó.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario