El papa Benedicto XVI dijo el domingo que la sociedad actual está contaminada por una "mentalidad que no es cristiana" por estar "dominada por intereses económicos" y advirtió que los jóvenes padecen una "mutación antropológica" por falta de silencio.
Tras celebrar una misa en Lamezia Terme (Calabria, sur), el sumo pontífice se trasladó en helicóptero hasta la cartuja de Serra San Bruno, donde rindió homenaje a la vida monástica de sus moradores, de quienes el Papa dice admirar el voto de silencio, porque según él ayuda a acercarse a Dios.
Benedicto XVI fue aclamado a bordo del papamóvil por varios miles de personas y se dirigió luego al monasterio para rendir homenaje a San Bruno (1030-1101), fundador de los cartujos y fallecido en el lugar.
Dirigiéndose a la población local antes de ingresar a la cartuja, el Papa destacó el papel de los monasterios en la vida contemporánea.
"A veces -dijo- el clima que respiramos en nuestras sociedades no es salubre: está contaminado por una mentalidad que no es cristiana, y que tampoco es humana, porque está dominada por intereses económicos, preocupada únicamente por las cosas terrenas y privada de una dimensión espiritual".
Según el santo padre "en ese clima se marginaliza no sólo a Dios, sino también al prójimo, y no se genera compromiso por el bien común". "El monasterio es por el contrario el modelo de una sociedad que pone a Dios y a la relación fraterna en el centro", estimó el Papa.
Al evocar el ruido de las ciudades "con su rumor de fondo, incluso de noche", el Papa destacó que el desarrollo de los medios trajo consigo "la virtualidad que corre el riesgo de dominar a la realidad".
"Cada vez más, sin darnos cuenta, las personas viven inmersas en una dimensión virtual, a causa de los mensajes audiovisuales que acompañan su vida de la mañana a la noche".
"Los más jóvenes -agregó- parecen querer llenar de música y de imágenes cada momento vacío. Es una tendencia que siempre existió, especialmente entre los jóvenes y en los medios urbanos más desarrollados, pero que parece haber alcanzado tal nivel que puede hablarse de mutación antropológica".
"Algunas personas ya no son capaces de permanecer mucho tiempo en silencio y en soledad", denunció el Papa. Explicó que estas consideraciones sobre el ruido y el mundo virtual se deben a su voluntad de querer demostrar la riqueza del silencio en los monasterios y del papel de la Iglesia en el redescubrimiento de la dimensión de Dios.
La orden de los cartujos profesa una regla que impone un silencio total entre los miembros de la comunidad.
Durante su visita a Calabria, Benedicto XVI invitó además a los habitantes de esta región del sur de Italia afectada por una profunda crisis económica y moral a alejarse de los intereses particulares y la criminalidad de la mafia.
"Esta es una tierra donde el desempleo es preocupante y donde una criminalidad a menudo atroz destruye el tejido social", observó el papa en Lamezia Terme.
Tras celebrar una misa en Lamezia Terme (Calabria, sur), el sumo pontífice se trasladó en helicóptero hasta la cartuja de Serra San Bruno, donde rindió homenaje a la vida monástica de sus moradores, de quienes el Papa dice admirar el voto de silencio, porque según él ayuda a acercarse a Dios.
Benedicto XVI fue aclamado a bordo del papamóvil por varios miles de personas y se dirigió luego al monasterio para rendir homenaje a San Bruno (1030-1101), fundador de los cartujos y fallecido en el lugar.
Dirigiéndose a la población local antes de ingresar a la cartuja, el Papa destacó el papel de los monasterios en la vida contemporánea.
"A veces -dijo- el clima que respiramos en nuestras sociedades no es salubre: está contaminado por una mentalidad que no es cristiana, y que tampoco es humana, porque está dominada por intereses económicos, preocupada únicamente por las cosas terrenas y privada de una dimensión espiritual".
Según el santo padre "en ese clima se marginaliza no sólo a Dios, sino también al prójimo, y no se genera compromiso por el bien común". "El monasterio es por el contrario el modelo de una sociedad que pone a Dios y a la relación fraterna en el centro", estimó el Papa.
Al evocar el ruido de las ciudades "con su rumor de fondo, incluso de noche", el Papa destacó que el desarrollo de los medios trajo consigo "la virtualidad que corre el riesgo de dominar a la realidad".
"Cada vez más, sin darnos cuenta, las personas viven inmersas en una dimensión virtual, a causa de los mensajes audiovisuales que acompañan su vida de la mañana a la noche".
"Los más jóvenes -agregó- parecen querer llenar de música y de imágenes cada momento vacío. Es una tendencia que siempre existió, especialmente entre los jóvenes y en los medios urbanos más desarrollados, pero que parece haber alcanzado tal nivel que puede hablarse de mutación antropológica".
"Algunas personas ya no son capaces de permanecer mucho tiempo en silencio y en soledad", denunció el Papa. Explicó que estas consideraciones sobre el ruido y el mundo virtual se deben a su voluntad de querer demostrar la riqueza del silencio en los monasterios y del papel de la Iglesia en el redescubrimiento de la dimensión de Dios.
La orden de los cartujos profesa una regla que impone un silencio total entre los miembros de la comunidad.
Durante su visita a Calabria, Benedicto XVI invitó además a los habitantes de esta región del sur de Italia afectada por una profunda crisis económica y moral a alejarse de los intereses particulares y la criminalidad de la mafia.
"Esta es una tierra donde el desempleo es preocupante y donde una criminalidad a menudo atroz destruye el tejido social", observó el papa en Lamezia Terme.
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