sábado, 1 de octubre de 2011

Evangelio del día 1 de octubre de 2011


Evangelio según San Lucas 10,17-24. Sábado de la XXVI Semana del Tiempo Ordinario


Los setenta y dos volvieron y le dijeron llenos de gozo: "Señor, hasta los demonios se nos someten en tu Nombre".
El les dijo: "Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.
Les he dado poder para caminar sobre serpientes y escorpiones y para vencer todas las fuerzas del enemigo; y nada podrá dañarlos.
No se alegren, sin embargo, de que los espíritus se les sometan; alégrense más bien de que sus nombres estén escritos en el cielo".
En aquel momento Jesús se estremeció de gozo, movido por el Espíritu Santo, y dijo: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido.
Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, como nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar".
Después, volviéndose hacia sus discípulos, Jesús les dijo a ellos solos: "¡Felices los ojos que ven lo que ustedes ven!
¡Les aseguro que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron!".



Comentario:


"Jesús exulta de gozo, bajo la acción del Espíritu Santo" - San Juan Crisóstomo




«Vosotros habéis llegado a ser los imitadores del divino Maestro» dice Pablo. ¿Cómo es esto? «Recibiendo la palabra junto con las pruebas, en la alegría de el Espíritu Santo» (1T 1,6)... La prueba afecta a la parte material de nuestro ser; la alegría brilla en la parte espiritual. Me explico: los acontecimientos de la vida son tristes y dolorosos, pero los resultados son gozosos, el Espíritu lo quiere así. Es pues posible, que no se acoja con gozo cuando se sufre, si se sufre por los propios pecados, pero se dejará flagelar con regocijo si es por Cristo (cf. Hch 5,41).
Esto es lo que el apóstol llama el «gozo del Espíritu»; se respira en lo que la naturaleza rechaza con horror. Donde habéis suscitado mil penas, dice, habéis sufrido la persecución, pero el Espíritu no os ha abandonado en estas pruebas.
Como los tres jóvenes fueron rodeados de un suave rocío en el horno (Dn 3), vosotros lo estáis también en la prueba. Sin duda esto no dependía de la naturaleza del fuego y no podía tener otra causa, que el soplo del Espíritu. No entra en la naturaleza de la prueba, dar alegría, y esta alegría no puede venir más que de un sufrimiento pasado anteriormente por Cristo y del divino rocío del Espíritu, que transforma en lugar de descanso, el horno de las pruebas. «Con alegría» dice, y no con una alegría cualquiera, sino con una alegría inagotable; es esto lo que es necesario entender, en cuanto que el Espíritu Santo es el autor.


San Juan Crisóstomo (v. 345-407), sacerdote en Antioquía, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia Homilía I sobre la 1ª carta a los Tesalonicenses

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...