"Limpiemos nuestro corazón, alejando de él toda prudencia terrena. Esforcémonos por conservar la mente siempre pura en pensamientos, recta en ideas, santa en intenciones.
Conservemos siempre una voluntad que no busque otra cosa que Dios y su gloria.
Si nos esforzamos por adelantar en la práctica de esta hermosa virtud, Jesús, que nos enseñó, nos enriquecerá con nuevas luces y con mayores favores celestiales".
Conservemos siempre una voluntad que no busque otra cosa que Dios y su gloria.
Si nos esforzamos por adelantar en la práctica de esta hermosa virtud, Jesús, que nos enseñó, nos enriquecerá con nuevas luces y con mayores favores celestiales".
San Pío de Pietrelcina
No hay comentarios:
Publicar un comentario