Con motivo de cumplirse hoy un nuevo aniversario de la muerte del ilustre franciscano Fray Mamerto Esquiú, la Hermandad Catamarqueña que le rinde honor, consideró oportuno reiterar el pedido para que se construya un monumento en su lugar de fallecimiento: El Suncho.
El presidente de la entidad, Luis Alberto Cárdenas, recordó que mañana se cumplen 129 años de la muerte del fraile, producida un 10 de enero de 1883, y creyó necesario que se construya un monumento que recuerde a Fray Mamerto Esquiú.
De esta forma, entendió que “se trata de un proyecto escultórico de Vida Eterna que debería ejecutarse sí o sí”; por ello, la Hermandad Catamarqueña “Devotos de Fray Mamerto Esquiú, constituida el 15 de agosto de 1986, y reconocida de manera oficial por el Gobierno de Catamarca, a través del decreto N 2.703 el 6 de noviembre de 1992, impulsa esta notable iniciativa, que debería cristalizarse en la localidad lapaceña de El Suncho.
Proyecto
En los lineamientos del proyecto, que pertenece al escultor Atilio Dalla Lasta, se establece que: “Representación artística es la búsqueda permanente hacia lo esencial del hombre y de su entorno. El lenguaje plástico es un paso más de esta incesante indagación, tal vez el más difícil, que procura plasmar mediante la forma y el color aquella esencialidad que da a la obra de arte su indispensable condición de universalidad”.
Frente al desafío que constituye la erección de un monumento de una figura humana, la exigencia de interioridad adquiere importancia y relevancia excluyentes. En las manos del escultor está la responsabilidad de otorgar a la forma de dirección de crecimiento desde su interior informe hacia un exterior pletórico de espacios. Esta dirección de crecimiento de la forma, que es ni más ni menos que la dirección natural de todo crecimiento vital, exige traducir y plasmar en la obra (en este caso Fray Mamerto Esquiú) la riqueza singular de su vida interior en un afán de síntesis de los valores espirituales y morales que lo caracterizaron. Son precisamente, estos valores espirituales y morales, los que van dando a Fray M.mertoEsquiú perfiles inconfundibles como religioso, político y ciudadano enraizado profunda y telúricamente en su tierra natal y en sus hombres, superando de tal modo los límites regionales y folclóricos para convertirlo en religioso, político y ciudadano del mundo”.
En este devenir de universalidad cada vez más acentuado, es donde el fraile adquiere proyección histórica, destino privilegiado al que sólo acceden quienes, como nuestro héroe religioso, perfilan de manera inconfundible sus rasgos predominantes: serenidad infinita, privativa del hombre que ha alcanzado la paz interior, bondad sin exclusiones de quien conoce profundamente la condición humana, humildad del sabio, sencillez de quien se ilumina con su propia luz interior, fe religiosa de quien se ha prosternado ante la grandeza inconmensurable de Dios, amor hacia su suelo y hacia sus hombres por enraizamiento con su tierra natal”.
Tales rasgos determinantes de Fray Mamerto Esquiú y tales los rasgos que deben emanar de la obra escultórica para alcanzar la autenticidad expresiva de su notable personalidad”.
Memoria técnica
Por otro lado, en la memoria técnica del proyecto se deja en claro que se representa al fraile con su atuendo de Obispo de Córdoba en actitud de bendecir al pueblo. Uno de los relieves, modelado en escala 1-3, corresponde a su consagración como obispo de Córdoba en 1880. También se aclara que la representación de la imagen escultórica como los relieves se inspiraron en el material bibliográfico que fue aportado por diferentes fuentes.
El presidente de la entidad, Luis Alberto Cárdenas, recordó que mañana se cumplen 129 años de la muerte del fraile, producida un 10 de enero de 1883, y creyó necesario que se construya un monumento que recuerde a Fray Mamerto Esquiú.
De esta forma, entendió que “se trata de un proyecto escultórico de Vida Eterna que debería ejecutarse sí o sí”; por ello, la Hermandad Catamarqueña “Devotos de Fray Mamerto Esquiú, constituida el 15 de agosto de 1986, y reconocida de manera oficial por el Gobierno de Catamarca, a través del decreto N 2.703 el 6 de noviembre de 1992, impulsa esta notable iniciativa, que debería cristalizarse en la localidad lapaceña de El Suncho.
Proyecto
En los lineamientos del proyecto, que pertenece al escultor Atilio Dalla Lasta, se establece que: “Representación artística es la búsqueda permanente hacia lo esencial del hombre y de su entorno. El lenguaje plástico es un paso más de esta incesante indagación, tal vez el más difícil, que procura plasmar mediante la forma y el color aquella esencialidad que da a la obra de arte su indispensable condición de universalidad”.
Frente al desafío que constituye la erección de un monumento de una figura humana, la exigencia de interioridad adquiere importancia y relevancia excluyentes. En las manos del escultor está la responsabilidad de otorgar a la forma de dirección de crecimiento desde su interior informe hacia un exterior pletórico de espacios. Esta dirección de crecimiento de la forma, que es ni más ni menos que la dirección natural de todo crecimiento vital, exige traducir y plasmar en la obra (en este caso Fray Mamerto Esquiú) la riqueza singular de su vida interior en un afán de síntesis de los valores espirituales y morales que lo caracterizaron. Son precisamente, estos valores espirituales y morales, los que van dando a Fray M.mertoEsquiú perfiles inconfundibles como religioso, político y ciudadano enraizado profunda y telúricamente en su tierra natal y en sus hombres, superando de tal modo los límites regionales y folclóricos para convertirlo en religioso, político y ciudadano del mundo”.
En este devenir de universalidad cada vez más acentuado, es donde el fraile adquiere proyección histórica, destino privilegiado al que sólo acceden quienes, como nuestro héroe religioso, perfilan de manera inconfundible sus rasgos predominantes: serenidad infinita, privativa del hombre que ha alcanzado la paz interior, bondad sin exclusiones de quien conoce profundamente la condición humana, humildad del sabio, sencillez de quien se ilumina con su propia luz interior, fe religiosa de quien se ha prosternado ante la grandeza inconmensurable de Dios, amor hacia su suelo y hacia sus hombres por enraizamiento con su tierra natal”.
Tales rasgos determinantes de Fray Mamerto Esquiú y tales los rasgos que deben emanar de la obra escultórica para alcanzar la autenticidad expresiva de su notable personalidad”.
Memoria técnica
Por otro lado, en la memoria técnica del proyecto se deja en claro que se representa al fraile con su atuendo de Obispo de Córdoba en actitud de bendecir al pueblo. Uno de los relieves, modelado en escala 1-3, corresponde a su consagración como obispo de Córdoba en 1880. También se aclara que la representación de la imagen escultórica como los relieves se inspiraron en el material bibliográfico que fue aportado por diferentes fuentes.
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