Los restos fueron llevados por familiares del “Lirio de las Pampas”, quienes ayer hicieron un breve paso por Chimpay, Río Negro, pueblo natal y lugar donde se realizó la beatificación el 11 de noviembre de 2007.
“A pedido del obispo, realizamos una escala de 15 minutos para que los fieles puedan despedir los restos”, dijo a la prensa Luis Namuncurá, sobrino nieto del “santo indiecito”.
La bienvenida de los restos de Ceferino Namuncurá se hizo en un contexto donde se respetó bastante la intimidad de la comunidad, no obstante la presencia de algunos medios de comunicación.
El auto que trasladaba la urna ingresó al Paraje San Ignacio donde fue recibido por más de un centenar de jinetes de la comunidad Namuncurá, quienes exteriorizaron sus sentimientos espirituales y fraternos del momento con exclamaciones propias de las rogativas mapuches. Luego la caravana partió al galope escoltando al auto, rumbo al nuevo mausoleo.
Los restos fueron colocados en San Ignacio en una capilla de madera llamada “ruca” (casa). La construcción tiene forma de “kultrüm”, que es un pequeño tambor de madera y cuero utilizado por los mapuches principalmente en sus rogativas, por lo que tiene cierta representación sagrada.
El diseño de la construcción estuvo a cargo del arquitecto y artista sacro Alejandro Santana, autor del monumental Via Christi ubicado en el cerro de la Cruz de Junín de los Andes.
La estructura es de forma circular, con una base de ocho metros de diámetro y otros 12 en su parte superior, pensado para que las personas puedan circular por el interior en sintonía con la forma tradicional de acceso a las ceremonias mapuches.
El 23 de agosto se abrió por primera vez el espacio para recibir la visita de los fieles y devotos del beato, tres días antes de un nuevo aniversario de su nacimiento, el 26 de agosto de 1886.
Tomado de: http://www.dbp.org.ar/revistaceferino/
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