Evangelio según San Juan 15,1-8. Quinto Domingo de Pascua
Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. El corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía. Ustedes ya están limpios por la palabra que yo les anuncié.
Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer. Pero el que no permanece en mí, es como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde.
Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán. La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos.
Comentario:
«Permaneced en mí, como yo en vosotros» - Beata Teresa de Calcuta
Amad la oración. A menudo, durante la jornada, tratad de sentir la necesidad de orar, y abandonad la tristeza en la oración. La oración agranda el corazón, hasta el punto que podrá contener el don que Dios nos hace de mismo. "Pedid, buscad " (Lc 11,9) y vuestro corazón se ensanchará lo suficiente para recibirlo.
La siguiente oración, extraída del libro de oraciones de nuestra comunidad, escogida entre aquellas que recitamos cada día. Puede ayudaros...
«Convirtámonos en ramas verdaderas y fructíferas de la viña de Jesús, recibiéndole en nuestra vida como Él quiera mostrarse:
Como la Verdad - para ser dicha;
Como la Vida - para ser vivida;
Como la Luz - para ser iluminada;
Como el Amor - para ser amado;
Como el Camino - para ser andado;
Como la Alegría - para ser dada;
Como la Paz - para ser extendida;
Como el sacrificio - para ser ofrecido, en nuestras familias y en nuestro barrio».
Beata Teresa de Calcuta (1910-1997), fundadora de la Hermanas Misioneras de la Caridad. Camino de sencillez
Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. El corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía. Ustedes ya están limpios por la palabra que yo les anuncié.
Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer. Pero el que no permanece en mí, es como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde.
Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán. La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos.
Comentario:
«Permaneced en mí, como yo en vosotros» - Beata Teresa de Calcuta
Amad la oración. A menudo, durante la jornada, tratad de sentir la necesidad de orar, y abandonad la tristeza en la oración. La oración agranda el corazón, hasta el punto que podrá contener el don que Dios nos hace de mismo. "Pedid, buscad " (Lc 11,9) y vuestro corazón se ensanchará lo suficiente para recibirlo.
La siguiente oración, extraída del libro de oraciones de nuestra comunidad, escogida entre aquellas que recitamos cada día. Puede ayudaros...
«Convirtámonos en ramas verdaderas y fructíferas de la viña de Jesús, recibiéndole en nuestra vida como Él quiera mostrarse:
Como la Verdad - para ser dicha;
Como la Vida - para ser vivida;
Como la Luz - para ser iluminada;
Como el Amor - para ser amado;
Como el Camino - para ser andado;
Como la Alegría - para ser dada;
Como la Paz - para ser extendida;
Como el sacrificio - para ser ofrecido, en nuestras familias y en nuestro barrio».
Beata Teresa de Calcuta (1910-1997), fundadora de la Hermanas Misioneras de la Caridad. Camino de sencillez
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