"Si el mundo los odia, sepan que antes me ha odiado a mí. Si ustedes fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya. Pero como no son del mundo, sino que yo los elegí y los saqué de él, el mundo los odia. Acuérdense de lo que les dije: el servidor no es más grande que su señor. Si me persiguieron a mí, también los perseguirán a ustedes; si fueron fieles a mi palabra, también serán fieles a la de ustedes. Pero los tratarán así a causa de mi Nombre, porque no conocen al que me envió". Evangelio según San Juan 15,18-21.
La delegación platense calificó como “nefasto personaje, caracterizado por su antisemitismo” al escritor cuyo nombre era Gustavo Martínez Zuviría. Los organizadores de la exposición reivindicaron su figura y dicen que harán caso omiso a la solicitud.
Después de casi una década, el escritor Gustavo Martínez Zuviría vuelve a generar tensiones entre la comunidad judía platense y los organizadores de la Exposición del Libro Católico.
La delegación platense de la Asociación Mutual Israelita Argentina pidió ayer que el nombre del autor cordobés que vivió entre 1883 y 1962 -conocido por su seudónimo Hugo Wast- sea retirado de la sala de lectura y video de la muestra, por considerarlo “un nefasto personaje de la historia argentina, caracterizado por su antisemitismo”.
En este contexto, los organizadores de la Exposición cuya decimotercera edición se desarrolla en el Pasaje Dardo Rocha reivindicaron a Martínez Zuviría, y subrayaron que harán caso omiso de la solicitud.
Manuel Outeda Blanco, titular del Comité Ejecutivo de la Exposición del Libro Católico, dijo a la agencia AICA que “de ninguna manera” accederá a la exigencia de la AMIA y que estaría dispuesto a clausurar esta Exposición e incluso no volver a realizarla en la capital bonaerense.
En 2002, una polémica similar desembocó en un repudio unánime del Concejo Deliberante a una de las obras de Martínez Zuviría (El Kahal/Oro), y un fuerte cruce de argumentos del que participaron ediles, funcionarios y el arzobispo Héctor Aguer.
El documento elaborado por la AMIA, que suscriben su presidente Ricardo Salomé y su secretario Diego Elías Lacki, manifiesta una “profunda preocupación” vinculada con “la iniciativa de bautizar una de las salas de la exposición con el nombre de Gustavo Martínez Zuviría”, hecho calificado como “indignante”.
Los dirigentes judíos creen que se está ante “una afrenta a todos aquellos que sostenemos ideales democráticos, practicamos el diálogo y luchamos contra los prejuicios”.
El comunicado de la mutual judía platense recuerda que “Gustavo Adolfo Martínez Zuviría alcanzó notoriedad por sus novelas, acción pública y militancia religiosa, teñida de un fuerte carácter nacionalista y antisemita”. Y apunta a “El Kahal”, publicado en 1935, como un “híbrido de novela y ensayo” de especial virulencia.
Además, advierte que Martínez Zuviría/Wast colaboró con “Clarinada”, revista autoproclamada “anticomunista y antijudía” que “mereció elogios de los órganos de prensa del nazismo en Alemania”, y que “en 1944 fue descubierto colaborando en tareas de espionaje para el Eje”.
Salomé y Lacki expresaron que “hace unos años, en una decisión inteligente, la hemeroteca de la Biblioteca Nacional dejó de tener el nombre de Martínez Zuviría”, y concluyeron en que “cualquier ámbito de la cultura que lleve el nombre del autor de ””Kahal”” y ””Oro”” nos producirá, como a muchos argentinos, la desazón, el malestar y el sufrimiento que provocan la mala memoria y el descuido por la dignidad humana”.
Outeda Blanco definió a Wast como un autor “de feliz memoria” que recibe un justo tributo.
“Responderemos la carta de la AMIA oportunamente, porque ahora estamos muy ocupados con la exposición, pero felicité a quién me la entregó por la perseverancia para defender sus ideas”, dijo Outeda Blanco. “No vamos a cambiar nada, porque la sala de lectura siempre se llamó igual, tanto en la capital federal como en La Plata… el cartel de madera que la señala tiene 30 años“.
“Las obras de Martínez Zuviría se exponen en un módulo especial, desde el justo homenaje que le hicimos en 2002, cuando se cumplieron 40 años del fallecimiento” repasó el dirigente católico: “ahora sólo nos quedan cuatro de las sesenta que escribió, porque lamentablemente están agotadas y hace varios años no se reeditan; ””El Kahal”” y ””Oro””, por ejemplo, no están”.
La delegación platense calificó como “nefasto personaje, caracterizado por su antisemitismo” al escritor cuyo nombre era Gustavo Martínez Zuviría. Los organizadores de la exposición reivindicaron su figura y dicen que harán caso omiso a la solicitud.
Después de casi una década, el escritor Gustavo Martínez Zuviría vuelve a generar tensiones entre la comunidad judía platense y los organizadores de la Exposición del Libro Católico.
La delegación platense de la Asociación Mutual Israelita Argentina pidió ayer que el nombre del autor cordobés que vivió entre 1883 y 1962 -conocido por su seudónimo Hugo Wast- sea retirado de la sala de lectura y video de la muestra, por considerarlo “un nefasto personaje de la historia argentina, caracterizado por su antisemitismo”.
En este contexto, los organizadores de la Exposición cuya decimotercera edición se desarrolla en el Pasaje Dardo Rocha reivindicaron a Martínez Zuviría, y subrayaron que harán caso omiso de la solicitud.
Manuel Outeda Blanco, titular del Comité Ejecutivo de la Exposición del Libro Católico, dijo a la agencia AICA que “de ninguna manera” accederá a la exigencia de la AMIA y que estaría dispuesto a clausurar esta Exposición e incluso no volver a realizarla en la capital bonaerense.
En 2002, una polémica similar desembocó en un repudio unánime del Concejo Deliberante a una de las obras de Martínez Zuviría (El Kahal/Oro), y un fuerte cruce de argumentos del que participaron ediles, funcionarios y el arzobispo Héctor Aguer.
El documento elaborado por la AMIA, que suscriben su presidente Ricardo Salomé y su secretario Diego Elías Lacki, manifiesta una “profunda preocupación” vinculada con “la iniciativa de bautizar una de las salas de la exposición con el nombre de Gustavo Martínez Zuviría”, hecho calificado como “indignante”.
Los dirigentes judíos creen que se está ante “una afrenta a todos aquellos que sostenemos ideales democráticos, practicamos el diálogo y luchamos contra los prejuicios”.
El comunicado de la mutual judía platense recuerda que “Gustavo Adolfo Martínez Zuviría alcanzó notoriedad por sus novelas, acción pública y militancia religiosa, teñida de un fuerte carácter nacionalista y antisemita”. Y apunta a “El Kahal”, publicado en 1935, como un “híbrido de novela y ensayo” de especial virulencia.
Además, advierte que Martínez Zuviría/Wast colaboró con “Clarinada”, revista autoproclamada “anticomunista y antijudía” que “mereció elogios de los órganos de prensa del nazismo en Alemania”, y que “en 1944 fue descubierto colaborando en tareas de espionaje para el Eje”.
Salomé y Lacki expresaron que “hace unos años, en una decisión inteligente, la hemeroteca de la Biblioteca Nacional dejó de tener el nombre de Martínez Zuviría”, y concluyeron en que “cualquier ámbito de la cultura que lleve el nombre del autor de ””Kahal”” y ””Oro”” nos producirá, como a muchos argentinos, la desazón, el malestar y el sufrimiento que provocan la mala memoria y el descuido por la dignidad humana”.
Outeda Blanco definió a Wast como un autor “de feliz memoria” que recibe un justo tributo.
“Responderemos la carta de la AMIA oportunamente, porque ahora estamos muy ocupados con la exposición, pero felicité a quién me la entregó por la perseverancia para defender sus ideas”, dijo Outeda Blanco. “No vamos a cambiar nada, porque la sala de lectura siempre se llamó igual, tanto en la capital federal como en La Plata… el cartel de madera que la señala tiene 30 años“.
“Las obras de Martínez Zuviría se exponen en un módulo especial, desde el justo homenaje que le hicimos en 2002, cuando se cumplieron 40 años del fallecimiento” repasó el dirigente católico: “ahora sólo nos quedan cuatro de las sesenta que escribió, porque lamentablemente están agotadas y hace varios años no se reeditan; ””El Kahal”” y ””Oro””, por ejemplo, no están”.
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