“Sin la Eucaristía, la Iglesia no existiría, expresó este domingo el papa Benedicto XVI al introducir la oración del Ángelus con los peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro para rezar con él. El Papa recordó que, aunque el Vaticano celebró el Corpus Christi el pasado jueves, manteniendo la tradición secular, esta fiesta se estaba celebrabando en muchos países ese domingo.
Por ello, quiso volver sobre el significado de esta “fiesta de la Eucaristía, la cual constituye el tesoro más precioso de la Iglesia”.
“La Eucaristía es como el corazón latiente que da vida a todo el cuerpo místico de la Iglesia: un organismo social basado totalmente en el vínculo espiritual pero concreto con Cristo”, afirmó, insistiendo en que “sin la Eucaristía, la Iglesia sencillamente no existiría”.
“La Eucaristía es, de hecho, la que hace de una comunidad humana un misterio de comunión, capaz de llevar a Dios al mundo y el mundo a Dios”.
“El Espíritu Santo, que transforma el pan y el vino en el Cuerpo y Sangre de Cristo, transforma también a cuantos lo reciben con fe en miembros del cuerpo de Cristo, para que la Iglesia sea realmente sacramento de unidad de los hombres con Dios y entre ellos”, añadió.
El Papa afirmó que “en una cultura cada vez más individualista, como lo es aquella en la que estamos inmersos en las sociedades occidentales, y que tiende a difundirse en todo el mundo, la Eucaristía constituye una especie de antídoto".
“El vacío producido por la falsa libertad puede ser muy peligroso, y ante eso, la comunión con el Cuerpo de Cristo es fármaco de la inteligencia y de la voluntad, para volver a encontrar el gusto de la verdad y del bien común”.
La Eucaristía “actúa en las mentes y en los corazones de los creyentes y siembra continuamente en ellos la lógica de la comunión, del servicio, del compartir, en resumen, la lógica del Evangelio”.
El Papa se une a la alegría de los nuevos beatos
A continuación el Santo Padre dijo en italiano que "hoy tengo el gozo de anunciar la proclamación de algunos nuevos Beatos. El sábado, en Hamburgo, donde murieron asesinados por los nazis en 1943, fueron beatificados Johannes Prassek, Eduard Müller y Hermann Lange".
Asimismo Benedicto XVI señaló que ese domingo, en Milán, fueron beatificados el sacerdote Serafino Morazzone, "párroco ejemplar en el Lecchese entre el siglo XVIII y el XIX; el Padre Clemente Vismara, heroico misionero del PIME en Birmania, y de Enrichetta Alfieri, Religiosa de la Caridad, llamada ‘ángel’ de la cárcel milanesa de San Vittore. ¡Alabamos al Señor por estos luminosos testigos del Evangelio!"+
Por ello, quiso volver sobre el significado de esta “fiesta de la Eucaristía, la cual constituye el tesoro más precioso de la Iglesia”.
“La Eucaristía es como el corazón latiente que da vida a todo el cuerpo místico de la Iglesia: un organismo social basado totalmente en el vínculo espiritual pero concreto con Cristo”, afirmó, insistiendo en que “sin la Eucaristía, la Iglesia sencillamente no existiría”.
“La Eucaristía es, de hecho, la que hace de una comunidad humana un misterio de comunión, capaz de llevar a Dios al mundo y el mundo a Dios”.
“El Espíritu Santo, que transforma el pan y el vino en el Cuerpo y Sangre de Cristo, transforma también a cuantos lo reciben con fe en miembros del cuerpo de Cristo, para que la Iglesia sea realmente sacramento de unidad de los hombres con Dios y entre ellos”, añadió.
El Papa afirmó que “en una cultura cada vez más individualista, como lo es aquella en la que estamos inmersos en las sociedades occidentales, y que tiende a difundirse en todo el mundo, la Eucaristía constituye una especie de antídoto".
“El vacío producido por la falsa libertad puede ser muy peligroso, y ante eso, la comunión con el Cuerpo de Cristo es fármaco de la inteligencia y de la voluntad, para volver a encontrar el gusto de la verdad y del bien común”.
La Eucaristía “actúa en las mentes y en los corazones de los creyentes y siembra continuamente en ellos la lógica de la comunión, del servicio, del compartir, en resumen, la lógica del Evangelio”.
El Papa se une a la alegría de los nuevos beatos
A continuación el Santo Padre dijo en italiano que "hoy tengo el gozo de anunciar la proclamación de algunos nuevos Beatos. El sábado, en Hamburgo, donde murieron asesinados por los nazis en 1943, fueron beatificados Johannes Prassek, Eduard Müller y Hermann Lange".
Asimismo Benedicto XVI señaló que ese domingo, en Milán, fueron beatificados el sacerdote Serafino Morazzone, "párroco ejemplar en el Lecchese entre el siglo XVIII y el XIX; el Padre Clemente Vismara, heroico misionero del PIME en Birmania, y de Enrichetta Alfieri, Religiosa de la Caridad, llamada ‘ángel’ de la cárcel milanesa de San Vittore. ¡Alabamos al Señor por estos luminosos testigos del Evangelio!"+
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