domingo, 23 de agosto de 2009
Devotos comienzan a visitar casa donde vivió Santa Rosa de Lima
Han pasado 339 años desde que se iniciaron en Lima las solemnes fiestas que celebraron la canonización de la Patrona de América, Filipinas e Indias: Santa Rosa de Lima.
Hoy, como entonces, especialmente en este mes, muchos de sus devotos se dan tiempo para venerarla y pedirle –de pasadita– el milagro que quieren en cartas que depositan en el Pozo de los Deseos.
A una semana del principal día en que se le rinde homenaje, la visita de los fieles de la santa irá aumentando, así como la labor de las monjas que preparan cada detalle de la especial fecha.
“Estamos muy ocupaditas; son días en que aumentan las visitas al santuario y hay que ver muchas cosas”, responde una de las religiosas que caminan raudamente hacia la iglesia, donde la misa debe terminar a la una de la tarde. Una gigantografía anuncia que desde el 21 y hasta este sábado 29 hay novenas, es decir, rezos del santo rosario y la exposición y veneración al Santísimo.
Un detalle que muy poco público conoce, no obstante que los devotos de la santa van en miles, es que solo en este mes los fieles pueden –después de la misa– llegar al altar donde se encuentra parte de la canilla y un mechón de Rosa de Lima. Ambos restos “se hallan en un relicario que el sacerdote puede exponerlo para que lo besen después de la misa (19:45 horas)”, confiesa otra monja.
Mientras un grueso público participa en la misa del mediodía, y otro igual visita cada rincón de la casa donde Rosa socorría a pobres y enfermos que acudían a verla, en el patio Raúl, el jardinero, da un nuevo corte a las plantas. “Lo hacemos una vez al mes: en agosto, en una fecha cercana al día central”, comenta.
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