Evangelio según San Lucas 7,18-23. Miércoles de la III Semana de Adviento
Juan fue informado de todo esto por sus discípulos y, llamando a dos de ellos, los envió a decir al Señor: "¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?".
Cuando se presentaron ante él, le dijeron: "Juan el Bautista nos envía a preguntarte: '¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?'". En esa ocasión, Jesús curó mucha gente de sus enfermedades, de sus dolencias y de los malos espíritus, y devolvió la vista a muchos ciegos.
Entonces respondió a los enviados: "Vayan a contar a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los paralíticos caminan, los leprosos son purificados y los sordos oyen, los muertos resucitan, la Buena Noticia es anunciada a los pobres. ¡Y feliz aquel para quien yo no sea motivo de tropiezo!".
Comentario:
¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?
Como ocurre en muchos de los textos del Nuevo Testamento hay algunos en los que se encuentra condensado todo el evangelio: éste es uno de ellos. No hay porqué hacer comentario del mismo dado que su sentido está al alcance de cualquiera.
En lo que es posible que surjan divergencias es en las conclusiones que del mismo se derivan, para mi una de estas conclusiones es la de que todo aquél que se considere cristiano no puede dejar de hacer una opción clara y activa por los pobres. Es cierto que tal acción puede concretarse de muchas y diferentes formas, sobre todo a nivel comunitario.
En este nivel pienso que no debería existir ninguna comunidad cristiana esté donde esté ubicada, en el primer mundo, en los países en vías de desarrollo, en la que la opción preferencial por los pobres no se plasmara en algún proyecto visible que le permitiera hacer suyas las palabras de Jesús : Id y contad a Juan lo que habéis visto y oido. De modo que tal opción pasara de ser un lugar teológico, o una teología de la liberación, a una acción social en la que los ciegos, los cojos, los leprosos, en definitiva los pobres encontraran una liberación real.
Esta es la mejor evangelización que los cristianos pueden llevar a cabo demostrando que el reino de Dios está ya presente en este mundo, sin hacer que la religión pueda en ningún caso ser considerada como “ el opio del pueblo” o como una invitación a la paciencia y a la resistencia a la espera del futuro y eterno paraíso de la vida futura.
¿ Y quienes son los pobres hoy?
Los pobres de hoy son los pobres de siempre,” no los pobres de espíritu, no los ricos que viven como si no lo fueran, no los que piensan que la imagen de este mundo se pasa, sino aquellos que carecen de los recursos económicos necesarios para vivir como personas humanas, siendo objeto de explotación, de represión y humillación por parte de otros hombres, los pocos ricos, bien sean personas, empresas, pueblos y naciones que lo son a costa de los muchos pobres, de estos los hay por todas partes:
En el llamado primer mundo existen cerca de cien millones de personas dentro del nivel de la pobreza, en el resto del globo el escándalo del siglo XXI es la persistencia y retraso del desarrollo, la pobreza en la que está sumergida la mayor parte de la humanidad, precisamente en una época en la que sabemos que otro mundo es posible, dado el nivel de desarrollo alcanzado por la humanidad, en todos los campos: en de las comunicaciones, en la sanidad, en el de la producción de alimentos, en el cuidado de la naturaleza.
Todas las acciones que tengan como objetivo la liberación de la pobreza han de ser consideradas por los cristianos como algo que a ellos les competen por más que otros las estén llevando a cabo.
En la actualidad los experimentos más interesantes para la liberación de los pobres y de desarrollo, son aquellos donde se ponen en juego y se combinan diversos actores, medios y herramientas, estatales, privados, ayudas internacionales al desarrollo, ayudas de instituciones no lucrativas,…conocerlos, estudiarlos, es el camino mejor para desarrollar la creatividad en las comunidades cristianas a niveles bien sean locales en aquellos lugares en los que la feligresía membresía es grande, o a nivel arciprestal, diocesano y nacional.
Juan fue informado de todo esto por sus discípulos y, llamando a dos de ellos, los envió a decir al Señor: "¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?".
Cuando se presentaron ante él, le dijeron: "Juan el Bautista nos envía a preguntarte: '¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?'". En esa ocasión, Jesús curó mucha gente de sus enfermedades, de sus dolencias y de los malos espíritus, y devolvió la vista a muchos ciegos.
Entonces respondió a los enviados: "Vayan a contar a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los paralíticos caminan, los leprosos son purificados y los sordos oyen, los muertos resucitan, la Buena Noticia es anunciada a los pobres. ¡Y feliz aquel para quien yo no sea motivo de tropiezo!".
Comentario:
¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?
Como ocurre en muchos de los textos del Nuevo Testamento hay algunos en los que se encuentra condensado todo el evangelio: éste es uno de ellos. No hay porqué hacer comentario del mismo dado que su sentido está al alcance de cualquiera.
En lo que es posible que surjan divergencias es en las conclusiones que del mismo se derivan, para mi una de estas conclusiones es la de que todo aquél que se considere cristiano no puede dejar de hacer una opción clara y activa por los pobres. Es cierto que tal acción puede concretarse de muchas y diferentes formas, sobre todo a nivel comunitario.
En este nivel pienso que no debería existir ninguna comunidad cristiana esté donde esté ubicada, en el primer mundo, en los países en vías de desarrollo, en la que la opción preferencial por los pobres no se plasmara en algún proyecto visible que le permitiera hacer suyas las palabras de Jesús : Id y contad a Juan lo que habéis visto y oido. De modo que tal opción pasara de ser un lugar teológico, o una teología de la liberación, a una acción social en la que los ciegos, los cojos, los leprosos, en definitiva los pobres encontraran una liberación real.
Esta es la mejor evangelización que los cristianos pueden llevar a cabo demostrando que el reino de Dios está ya presente en este mundo, sin hacer que la religión pueda en ningún caso ser considerada como “ el opio del pueblo” o como una invitación a la paciencia y a la resistencia a la espera del futuro y eterno paraíso de la vida futura.
¿ Y quienes son los pobres hoy?
Los pobres de hoy son los pobres de siempre,” no los pobres de espíritu, no los ricos que viven como si no lo fueran, no los que piensan que la imagen de este mundo se pasa, sino aquellos que carecen de los recursos económicos necesarios para vivir como personas humanas, siendo objeto de explotación, de represión y humillación por parte de otros hombres, los pocos ricos, bien sean personas, empresas, pueblos y naciones que lo son a costa de los muchos pobres, de estos los hay por todas partes:
En el llamado primer mundo existen cerca de cien millones de personas dentro del nivel de la pobreza, en el resto del globo el escándalo del siglo XXI es la persistencia y retraso del desarrollo, la pobreza en la que está sumergida la mayor parte de la humanidad, precisamente en una época en la que sabemos que otro mundo es posible, dado el nivel de desarrollo alcanzado por la humanidad, en todos los campos: en de las comunicaciones, en la sanidad, en el de la producción de alimentos, en el cuidado de la naturaleza.
Todas las acciones que tengan como objetivo la liberación de la pobreza han de ser consideradas por los cristianos como algo que a ellos les competen por más que otros las estén llevando a cabo.
En la actualidad los experimentos más interesantes para la liberación de los pobres y de desarrollo, son aquellos donde se ponen en juego y se combinan diversos actores, medios y herramientas, estatales, privados, ayudas internacionales al desarrollo, ayudas de instituciones no lucrativas,…conocerlos, estudiarlos, es el camino mejor para desarrollar la creatividad en las comunidades cristianas a niveles bien sean locales en aquellos lugares en los que la feligresía membresía es grande, o a nivel arciprestal, diocesano y nacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario