Evangelio según San Mateo 13,1-9. Miércoles de la XVI Semana del Tiempo Ordinario
Aquel día, Jesús salió de la casa y se sentó a orillas del mar.
Una gran multitud se reunió junto a él, de manera que debió subir a una barca y sentarse en ella, mientras la multitud permanecía en la costa.
Entonces él les habló extensamente por medio de parábolas. Les decía: "El sembrador salió a sembrar.
Al esparcir las semillas, algunas cayeron al borde del camino y los pájaros las comieron.
Otras cayeron en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra, y brotaron en seguida, porque la tierra era poco profunda;
pero cuando salió el sol, se quemaron y, por falta de raíz, se secaron.
Otras cayeron entre espinas, y estas, al crecer, las ahogaron.
Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto: unas cien, otras sesenta, otras treinta.
¡El que tenga oídos, que oiga!".
Comentario:
"El sembrador salió a sembrar" - San Juan Bautista María Vianney
Si me preguntáis ahora lo que quiere decir Jesucristo por este sembrador, que salió de madrugada para ir a sembrar la simiente en el campo, hermanos míos, el sembrador es Dios mismo, que empezó a trabajar en nuestra salvación desde el comienzo del mundo, enviándonos a sus profetas antes de la venida del Mesías, para que aprendamos lo que se necesitaba para salvarse; no se ha contentado con enviarnos a sus servidores, vino él mismo, y nos ha trazado el camino que debemos seguir, ha venido a anunciarnos la santa palabra.
¿Sabéis lo que supone que una persona no se alimente de esta palabra santa o abuse? Es similar a un enfermo sin médico, a un viajero perdido y sin guía, a un pobre sin recursos; digamos mejor, hermanos míos, que es imposible amar a Dios y complacerle sin ser alimentado por esta palabra divina. ¿Qué es lo que nos mueve a acercarnos a él, si no porque lo conocemos? Y ¿quién nos lo hace conocer con todas sus perfecciones, bondades y su amor para con nosotros, si no la Palabra de Dios, que nos enseña todo lo que ha hecho por nosotros y los bienes que nos prepara en la otra vida, si queremos complacerle?
San Juan María Vianney (1786-1859), sacerdote, cura de Ars. Sermones
Aquel día, Jesús salió de la casa y se sentó a orillas del mar.
Una gran multitud se reunió junto a él, de manera que debió subir a una barca y sentarse en ella, mientras la multitud permanecía en la costa.
Entonces él les habló extensamente por medio de parábolas. Les decía: "El sembrador salió a sembrar.
Al esparcir las semillas, algunas cayeron al borde del camino y los pájaros las comieron.
Otras cayeron en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra, y brotaron en seguida, porque la tierra era poco profunda;
pero cuando salió el sol, se quemaron y, por falta de raíz, se secaron.
Otras cayeron entre espinas, y estas, al crecer, las ahogaron.
Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto: unas cien, otras sesenta, otras treinta.
¡El que tenga oídos, que oiga!".
Comentario:
"El sembrador salió a sembrar" - San Juan Bautista María Vianney
Si me preguntáis ahora lo que quiere decir Jesucristo por este sembrador, que salió de madrugada para ir a sembrar la simiente en el campo, hermanos míos, el sembrador es Dios mismo, que empezó a trabajar en nuestra salvación desde el comienzo del mundo, enviándonos a sus profetas antes de la venida del Mesías, para que aprendamos lo que se necesitaba para salvarse; no se ha contentado con enviarnos a sus servidores, vino él mismo, y nos ha trazado el camino que debemos seguir, ha venido a anunciarnos la santa palabra.
¿Sabéis lo que supone que una persona no se alimente de esta palabra santa o abuse? Es similar a un enfermo sin médico, a un viajero perdido y sin guía, a un pobre sin recursos; digamos mejor, hermanos míos, que es imposible amar a Dios y complacerle sin ser alimentado por esta palabra divina. ¿Qué es lo que nos mueve a acercarnos a él, si no porque lo conocemos? Y ¿quién nos lo hace conocer con todas sus perfecciones, bondades y su amor para con nosotros, si no la Palabra de Dios, que nos enseña todo lo que ha hecho por nosotros y los bienes que nos prepara en la otra vida, si queremos complacerle?
San Juan María Vianney (1786-1859), sacerdote, cura de Ars. Sermones
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