miércoles, 30 de diciembre de 2009
San Sabino. Obispo y mártir - 30 de diciembre
Muchas veces , en el lenguaje de los medios de comunicación, la palabra amor tiene un sentido claramente inclinado hacia el sexo. Y según la experiencia de cristianos verdaderos, hay algo mucho más: la felicidad y perdón. Quien ama felicita y perdona.
Este joven mártir es de época incierta. Al leer su “Pasión” o teatro para darlo a conocer, se habla que el emperador ordenó a Venustiano que se presentara ante el tribunal Sabino, que era obispo de Asís.
¿Por qué y con qué derecho dices al pueblo que deje nuestros dioses para adorar a un hombre muerto?
Sepa, contestó Sabino, que Cristo, después de morir, resucitó al tercer día.
Puedes elegir entre adorar a nuestros dioses o morir. Y a ver si resucitas como Cristo, tu maestro.
Venustiano ordenó que le fueran cortando las manos y lo llevaran así a la cárcel.
En ella le devolvió la vista a un ciego. El propio gobernador fue a ver si era verdad.
Y no solamente le curó la vista, sino también el alma en cuanto que el curado le pidió que lo bautizara porque quería ser cristiano.
Y no solamente a él sino también a su mujer e hijos. Una vez que llegó a Roma la noticia de que se habían convertido, cambió al gobernador y le encargó que acabase con el obispo y con el gobernador.
Todo esto es fruto de la “Pasión”, escrita en el siglo V ó VI. Pero lo claro es que san Sabino es un mártir auténtico, aunque sepamos poco de su vida.
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