La inauguración del Nacimiento y el encendido del cirio son los dos ritos tradicionales con los que dan comienzo las celebraciones navideñas en el Vaticano, donde a las 22.00 hora local (21.00 GMT), Benedicto XVI oficiará en la basílica de San Pedro la Misa del Gallo.
Este es el cuarto año en el que la Misa del Gallo se adelanta dos horas para que no se fatigue Benedicto XVI, que tiene casi 86 años y que el martes oficiará los ritos de la Navidad.
El encendido del cirio es una tradición polaca que seguía Juan Pablo II y que Benedicto XVI continúa.
Durante el encendido del cirio, el pontífice no pronunció frase alguna, sólo rezó unos segundos por la paz en el mundo y con la vela hizo la señal de la cruz. Después, en medio de la oscuridad de la tarde-noche romana, saludó con la mano y bendijo a los presentes en la plaza.
Una banda de música entonó “Noche de paz”, mientras un ayudante del papa colocó al lado del Cirio de la Paz otra vela.
El Portal de Belén fue inaugurado por el arzobispo Giovanni Bertello, gobernador del Estado de la Ciudad del Vaticano, ante la presencia de numerosos obispos, sacerdotes y varios centenares de fieles. Varios coros, algunos de ellos de niños, cantaron numerosas canciones navideñas.
El Nacimiento está ambientado en los Sassi (casas excavadas en la roca) de Matera, ciudad de la región sureña italiana de Basilicata, que lo ha regalado al Vaticano.
Los Sassi, que forman la ciudad vieja de Matera, fueron declarados en 1993 patrimonio de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
El autor del portal, el prestigioso maestro italiano Francesco Artese, de 55 años, ha colocado el lugar donde nació Jesús en una reproducción de una iglesia rupestre, una de las 150 existentes en los Sassi.
El Portal de Belén ocupa una extensión de 150 metros cuadrados, está construido en varios niveles, en los que reproduce los Sassi (la ciudad vieja de Matera) y se pueden apreciar varias iglesias, palacios, calles empinadas, callejuelas, plazas y la casa de los pobres, donde los animales convivían con las personas.
El Belén cuenta con las figuras del asno (mula o burro, como se les conoce según la zona cristiana) y el buey, los dos animales por antonomasia que la iconografía cristiana siempre ha colocado en el lugar donde nació Jesús.
El regalo del portal por parte de la región de Basilicata ha permitido al Vaticano ahorrarse el coste del mismo, después de que un arzobispo -el actual nuncio en los Estados Unidos, Carlo María Viganó, denunciara en una carta enviada al papa la “corrupción y mala gestión” en la administración vaticana”, señalando, entre otros, que en el año 2009 el montaje del nacimiento llegó a costar la cifra “astronómica” de 550.000 euros.
Este año, el Belén, según dijo el presidente de la región de Basilicata, Vito De Filippo, ha costado 90.000 euros. El Vaticano ha pagado 21.800 euros, el coste de la mano de obra de los montadores.
Al lado del portal ha sido colocado el tradicional árbol de Navidad, que este año ha regalado la región sureña italiana de Molise.
Se trata de un gran abeto blanco de 24 metros de alto y 3,5 metros de circunferencia. El árbol ha sido adornado con 1.800 bolas blancas y 2.500 bombillas amarillas y blancas, los colores de la Santa Sede.
Fuente: EFE
Este es el cuarto año en el que la Misa del Gallo se adelanta dos horas para que no se fatigue Benedicto XVI, que tiene casi 86 años y que el martes oficiará los ritos de la Navidad.
El encendido del cirio es una tradición polaca que seguía Juan Pablo II y que Benedicto XVI continúa.
Durante el encendido del cirio, el pontífice no pronunció frase alguna, sólo rezó unos segundos por la paz en el mundo y con la vela hizo la señal de la cruz. Después, en medio de la oscuridad de la tarde-noche romana, saludó con la mano y bendijo a los presentes en la plaza.
Una banda de música entonó “Noche de paz”, mientras un ayudante del papa colocó al lado del Cirio de la Paz otra vela.
El Portal de Belén fue inaugurado por el arzobispo Giovanni Bertello, gobernador del Estado de la Ciudad del Vaticano, ante la presencia de numerosos obispos, sacerdotes y varios centenares de fieles. Varios coros, algunos de ellos de niños, cantaron numerosas canciones navideñas.
El Nacimiento está ambientado en los Sassi (casas excavadas en la roca) de Matera, ciudad de la región sureña italiana de Basilicata, que lo ha regalado al Vaticano.
Los Sassi, que forman la ciudad vieja de Matera, fueron declarados en 1993 patrimonio de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
El autor del portal, el prestigioso maestro italiano Francesco Artese, de 55 años, ha colocado el lugar donde nació Jesús en una reproducción de una iglesia rupestre, una de las 150 existentes en los Sassi.
El Portal de Belén ocupa una extensión de 150 metros cuadrados, está construido en varios niveles, en los que reproduce los Sassi (la ciudad vieja de Matera) y se pueden apreciar varias iglesias, palacios, calles empinadas, callejuelas, plazas y la casa de los pobres, donde los animales convivían con las personas.
El Belén cuenta con las figuras del asno (mula o burro, como se les conoce según la zona cristiana) y el buey, los dos animales por antonomasia que la iconografía cristiana siempre ha colocado en el lugar donde nació Jesús.
El regalo del portal por parte de la región de Basilicata ha permitido al Vaticano ahorrarse el coste del mismo, después de que un arzobispo -el actual nuncio en los Estados Unidos, Carlo María Viganó, denunciara en una carta enviada al papa la “corrupción y mala gestión” en la administración vaticana”, señalando, entre otros, que en el año 2009 el montaje del nacimiento llegó a costar la cifra “astronómica” de 550.000 euros.
Este año, el Belén, según dijo el presidente de la región de Basilicata, Vito De Filippo, ha costado 90.000 euros. El Vaticano ha pagado 21.800 euros, el coste de la mano de obra de los montadores.
Al lado del portal ha sido colocado el tradicional árbol de Navidad, que este año ha regalado la región sureña italiana de Molise.
Se trata de un gran abeto blanco de 24 metros de alto y 3,5 metros de circunferencia. El árbol ha sido adornado con 1.800 bolas blancas y 2.500 bombillas amarillas y blancas, los colores de la Santa Sede.
Fuente: EFE
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