El clero, reunido en Roma, apoyó la creación de un centro de formación online para la protección de la infancia a nivel internacional. La comunidad católica podrá informarse sobre cómo tratar a menores abusados
Con el respaldo del Vaticano, 200 obispos, superiores de órdenes religiosas y expertos se reunieron para "poner fin a la cultura del silencio" y hallar instrumentos que permitan luchar eficazmente contra la pedofilia en el seno de la Iglesia.
Basado en Múnich (Alemania) y respaldado principalmente por el arzobispado de esa ciudad y varias instituciones católicas alemanas, así como la Universidad de Ulm (sur de Alemania), el centro para la protección de los niños tendrá un financiamiento de 1,2 millones de euros en sus primeros tres años.
El mecanismo permitirá a 5 mil obispos y el resto del clero formaciones de 30 horas por Internet sobre mejores prácticas y los últimos conocimientos en psicología sobre la problemática de los menores víctimas de abusos.
Estarán disponibles en inglés, español, italiano y alemán y tendrán colaboradores institucionales en Argentina, Ecuador, Alemania, Italia, India, Indonesia, Ghana y Kenia.
Este instituto es "sólo una parte de la renovación de la Iglesia", declaró el arzobispo de Múnich, el cardenal Reinhard Marx, en una conferencia de prensa al final del simposio. "La crisis de credibilidad no está terminada, pero vamos a rebautizarla paso a paso", aseguró.
"No hay duda de que durante las últimas décadas, ante los episodios de abuso y maltratos, muchos responsables dieron prioridad a la protección de las instituciones, por lo que se produjo un intento de ocultar la terrible verdad en lugar de reconocerla en toda su amargura", afirmó.
El cardenal señaló que los abusos afectaron las relaciones entre la Iglesia y el Estado, pero subrayó que la legislación estatal no se puede ver como una injerencia en los asuntos internos "como se interpretaba en las últimas décadas".
El papa Benedicto XVI, por intermedio del cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado del Vaticano, envió un mensaje a la reunión "para una renovación profunda" después de las revelaciones de decenas de miles de abusos a menores que mancharon a la institución en la última década.
Con el respaldo del Vaticano, 200 obispos, superiores de órdenes religiosas y expertos se reunieron para "poner fin a la cultura del silencio" y hallar instrumentos que permitan luchar eficazmente contra la pedofilia en el seno de la Iglesia.
Basado en Múnich (Alemania) y respaldado principalmente por el arzobispado de esa ciudad y varias instituciones católicas alemanas, así como la Universidad de Ulm (sur de Alemania), el centro para la protección de los niños tendrá un financiamiento de 1,2 millones de euros en sus primeros tres años.
El mecanismo permitirá a 5 mil obispos y el resto del clero formaciones de 30 horas por Internet sobre mejores prácticas y los últimos conocimientos en psicología sobre la problemática de los menores víctimas de abusos.
Estarán disponibles en inglés, español, italiano y alemán y tendrán colaboradores institucionales en Argentina, Ecuador, Alemania, Italia, India, Indonesia, Ghana y Kenia.
Este instituto es "sólo una parte de la renovación de la Iglesia", declaró el arzobispo de Múnich, el cardenal Reinhard Marx, en una conferencia de prensa al final del simposio. "La crisis de credibilidad no está terminada, pero vamos a rebautizarla paso a paso", aseguró.
"No hay duda de que durante las últimas décadas, ante los episodios de abuso y maltratos, muchos responsables dieron prioridad a la protección de las instituciones, por lo que se produjo un intento de ocultar la terrible verdad en lugar de reconocerla en toda su amargura", afirmó.
El cardenal señaló que los abusos afectaron las relaciones entre la Iglesia y el Estado, pero subrayó que la legislación estatal no se puede ver como una injerencia en los asuntos internos "como se interpretaba en las últimas décadas".
El papa Benedicto XVI, por intermedio del cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado del Vaticano, envió un mensaje a la reunión "para una renovación profunda" después de las revelaciones de decenas de miles de abusos a menores que mancharon a la institución en la última década.
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