Ciudad del Vaticano, 7 de julio.- La ética y la solidaridad son los únicos caminos posibles para salir de la crisis económica mundial, afirmó el Papa Benedicto XVI en su encíclica "Caritas in veritate" presentada hoy en El Vaticano.
El documento abordó los principales problemas que enfrenta la humanidad como la especulación financiera, la desigualdad, el cambio climático, la falta de trabajo, la pobreza y la crisis alimentaria.
A lo largo de 140 páginas "sobre el desarrollo humano integral en la caridad y en la verdad", colocó a la ética como la respuesta a las dificultades modernas en los ámbitos social, jurídico, cultural, político y económico.
En el texto consideró inaceptable el progreso sólo de algunos países.
El subdesarrollo tiene su origen en la falta de fraternidad entre los hombres y por ello los "pueblos hambrientos interpelan hoy, con acento dramático, a los pueblos opulentos", dijo.
Más adelante el pontífice tocó el tema financiero y alertó contra el "objetivo exclusivo" del beneficio que, cuando es obtenido mal y sin el bien común como fin último, corre el riesgo de destruir la riqueza y crear pobreza.
El mundo, sostuvo, requiere una "profunda renovación cultural y el redescubrimiento de valores" sobre los cuales construir un futuro mejor ante una "grave y preocupante" situación económica "aquejada por desviaciones y problemas dramáticos".
"La crisis nos obliga a revisar nuestro camino, a darnos nuevas reglas y a encontrar nuevas formas de compromiso, a apoyarnos en las experiencias positivas y a rechazar las negativas", estableció la carta dividida en seis capítulos.
En ellos deploró que en zonas pobres del planeta algunos grupos vivan en el derroche y el consumismo mientras a su alrededor otros subsisten en la miseria produciendo "el escándalo de las disparidades hirientes".
Puso en guardia ante la corrupción de políticos y empresarios que provoca una falta de respeto a los derechos humanos de los trabajadores en favor de los intereses de grandes empresas multinacionales y grupos de producción locales.
Estos fenómenos, denunció, afectan a la red de seguridad social que amenazan con vulnerar los derechos fundamentales del hombre.
También causan incertidumbre en las condiciones de trabajo, inestabilidad sicológica, dificultad para crear caminos propios coherentes en la vida, incluido el del matrimonio, situaciones de deterioro humano y de desperdicio social, apuntó.
Condenó la especulación que origina la inseguridad alimentaria y exigió considerar a la alimentación junto con el servicio de agua potable como derechos universales de todos los seres humanos, "sin distinciones ni discriminaciones".
La solución a la crisis, señaló el Papa, está en la solidaridad con los países pobres, la defensa de la vida, el combate a la violencia y al terrorismo fundamentalista así como el respeto a la dignidad de la persona.
Solicitó "cambios profundos" en el modo de entender las empresas –que dejen de regirse por los intereses salvajes de los propietarios- para superar las "graves distorsiones y disfunciones" causadas por las actuales dinámicas económicas.
Defendió el respeto al medio ambiente pero sin exageraciones que conduzcan a "actitudes neopaganas o de nuevo panteísmo" y lamentó el acaparamiento por parte de algunos estados, grupos de poder o empresas de los recursos energéticos no renovables.
Para tutelar a la naturaleza indicó como urgente una "seria revisión" de los estilos de vida que, en muchas partes del mundo, tienden al hedonismo y al consumismo, despreocupándose de los daños que de ello se derivan. (Con información de Notimex/JJJ)
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