"La devoción, mientras sea auténtica y sincera, nada destruye, sino que todo lo perfecciona y completa, y si alguna vez resulta de verdad contraria a la vocación o estado de alguien, sin duda es porque se trata de una falsa devocion. La abeja saca miel de las flores sin dañarlas ni destruirlas, dejandolas tan integras, incontaminadas y frescas como las ha encontrado. Lo mismo, y mejor aun, hace la verdadera devoción: ella no destruye ninguna clase de vocación o de ocupaciones, sino que las adorna y embellece."
San Francisco de Sales, Introd. a la vida devota,1,3.
San Francisco de Sales, Introd. a la vida devota,1,3.
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