El Papa elevó a los altares, además, a Jacques Berthieu (1838-1896),
sacerdote de la Compañía de Jesús y mártir; a Pedro Calungsod
(1654-1672), laico catequista y mártir; a Giovanni Battista Piamarta,
(1841-1913), sacerdote, fundador de la Congregación de la Sagrada
Familia de Nazaret y de las Humildes Siervas del Señor; a Marianne Cope,
(1838-1918), religiosa profesa de la Congregación de las Hermanas de la
Tercera Orden de San Francisco de Syracus; y a una laica Anna
Schäffer, (1882-1925).
Benedicto XVI canonizó este domingo, 21 de
octubre, en la Plaza de San Pedro del Vaticano a siete nuevos santos,
entre ellos la primera india “piel roja” de la historia en ser elevada a
los altares, Kateri Tekakwitha; y una religiosa española, María Carmen
Sallés y Barangueras.
El Papa elevó a los altares, además,
a Jacques Berthieu (1838-1896), sacerdote de la Compañía de Jesús y
mártir; a Pedro Calungsod (1654-1672), laico catequista y mártir; a
Giovanni Battista Piamarta, (1841-1913), sacerdote, fundador de la
Congregación de la Sagrada Familia de Nazaret y humildes siervos del
Señor; a Marianne Cope, (1838-1918), religiosa profesa de la
Congregación de las Hermanas de la Tercera Orden de San Francisco de
Syracus; y a una laica Anna Schäffer, (1882-1925).
Después
de la celebración de la Eucaristía, el Papa indicó que las
canonizaciones de ese día eran “una elocuente confirmación de la
misteriosa realidad salvadora de Jesucristo, y la tenaz profesión de fe
de estos siete generosos discípulos de Cristo, su configuración al Hijo
del hombre, resplandece hoy en toda la Iglesia”.
Primera santa “piel roja”
Kateri
Tekakwitha nació en el actual estado de Nueva York, en 1656, hija de
padre mohawk y de madre algonquina cristiana, quien le trasmitió la
experiencia del Dios vivo. Fue bautizada a la edad de 20 años y, para
escapar de la persecución, se refugió en la misión de san Francisco
Javier, cerca de Montreal. Allí trabajó hasta que murió a los 24 años de
edad, fiel a las tradiciones de su pueblo, pero renunciando a las
convicciones religiosas paganas. Llevando una vida sencilla, Kateri
permaneció fiel a su amor a Jesús, a su oración y a su Misa diaria. Su
deseo más alto era conocer y hacer lo que agradaba a Dios.
El
Papa señaló que el ejemplo de esta santa “impresiona por la acción de
la gracia en su vida, carente de apoyos externos, y por la firmeza de
una vocación tan particular para su cultura. En ella, fe y cultura se
enriquecen recíprocamente”.
“Que su ejemplo nos ayude a
vivir allá donde nos encontremos, sin renegar de lo que somos, amando a
Jesús. Santa Kateri, protectora del Canadá y primera santa amerindia, te
confiamos la renovación de la fe en los pueblos originarios y en toda
América del Norte. Que Dios bendiga a los pueblos originarios”, dijo el
Santo Padre.
Española, misionera y educadora
Santa
María del Carmelo Sallés y Barangueras, la nueva santa española,
religiosa nacida en Vic, España, en 1848. Ella, viendo colmada su
esperanza, después de muchos avatares, al contemplar el progreso de la
Congregación de Religiosas Concepcionistas Misioneras de la Enseñanza,
que había fundado en 1892, pudo cantar junto a la Madre de Dios: “Su
misericordia llega a sus fieles de generación en generación”.
Su
obra educativa, confiada a la Virgen Inmaculada, sigue dando abundantes
frutos entre la juventud a través de la entrega generosa de sus hijas,
que como ella se encomiendan al Dios que todo lo puede.
“Que
tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros como lo esperamos de ti’.
Con estas palabras, la liturgia nos invita a hacer nuestro este himno al
Dios creador y providente, aceptando su plan en nuestras vidas”, dijo
el Papa de esta nueva santa.
Apóstol de la caridad y de la juventud italiana
Italia
saludó a su nuevo santo, Giovanni Battista Piamarta, sacerdote de la
diócesis de Brescia, y gran apóstol de la caridad y de la juventud.
Animado por una confianza inquebrantable en la Divina Providencia y por
un profundo espíritu de sacrificio, afrontó dificultades y fatigas para
poner en práctica varias obras apostólicas, entre las cuales: el
Instituto de los Artesanillos, la Editorial Queriniana, la Congregación
masculina de la Sagrada Familia de Nazaret y la Congregación de las
Humildes Siervas del Señor.
El sufrimiento al servicio de las misiones de una joven alemana
La
joven Anna Schäffer, de Mindelstetten (Alemania), la nueva santa
alemana quería entrar en una congregación misionera. Nacida en una
familia humilde, trabajó como criada buscando ganar la dote necesaria y
poder entrar así en el convento. En este trabajo, tuvo un grave
accidente, sufriendo quemaduras incurables en los pies que la postraron
en un lecho para el resto de sus días. Así, la habitación de la enferma
se transformó en una celda conventual, y el sufrimiento en servicio
misionero.
“Que su apostolado de oración y de sufrimiento,
de ofrenda y de expiación sea para los creyentes de su tierra un
ejemplo luminoso. Que su intercesión intensifique la pastoral de los
enfermos en cuidados paliativos, en su benéfico trabajo”, expresó
Benedicto XVI.
De Francia a Madagascar, donde murió mártir
Jacques
Berthieu, nacido en 1838 en Francia, fue desde muy temprano un
enamorado de Jesucristo. Durante su ministerio parroquial, deseó
ardientemente salvar a las almas. Al profesar como jesuita, quería
recorrer el mundo para la gloria de Dios. Pastor infatigable en la isla
de Santa María y después en Madagascar, luchó contra la injusticia,
aliviando a los pobres y los enfermos. Los malgaches lo consideraban
como un sacerdote venido del cielo, y decían: tú eres nuestro padre y
madre. Él se hizo todo para todos, sacando de la oración y el amor al
Corazón de Jesús la fuerza humana y sacerdotal para llegar hasta el
martirio, en 1896. Murió diciendo: “Prefiero morir antes que renunciar a
mi fe”.
Nuevo santo filipino, mártir en las islas Marianas
San
Pedro Calungsod, nuevo santo para Filipinas, nació alrededor del año
1654, en la región de Bisayas en Filipinas. Su amor a Cristo lo impulsó a
prepararse como catequista con los misioneros jesuitas. En el año 1668,
junto con otros jóvenes catequistas, acompañó al P. Diego Luis de San
Vítores a las Islas Marianas, para evangelizar al pueblo Chamorro. La
vida allí era dura y los misioneros sufrieron la persecución a causa de
la envidia y las calumnias.
Pedro, sin embargo, mostró una
gran fe y caridad y continuó catequizando a sus numerosos convertidos.
Por encima de todo estaba su deseo de salvar almas para Cristo, y esto
lo llevó a aceptar con resolución el martirio. Murió el 2 de abril de
1672. Algunos testigos cuentan que Pedro pudo haber escapado para
ponerse a salvo, pero eligió permanecer al lado del P. Diego. El
sacerdote le dio a Pedro la absolución antes de que él mismo fuera
asesinado.
Se santificó cuidando leprosos
Santa
Mariana Cope, Alemania y Estados Unidos comparten a esta santa que nació
en 1838 en Heppenheim, (Alemania), fue llevada a los Estados Unidos con
apenas un año de edad, y en 1862 entró en la Tercera Orden Regular de
san Francisco, en Siracusa, Nueva York. Más tarde, y como superiora
general de su congregación, la Madre Mariana recibió gustosamente la
llamada a cuidar a los leprosos de Hawai, después de que muchos se
hubieran negado a ello.
Con seis de sus hermanas de
congregación, fue personalmente a dirigir el hospital en Oahu, fundando
más tarde el hospital de Malulani en Maui y abriendo una casa para niñas
de padres leprosos. Cinco años después aceptó la invitación a abrir una
casa para mujeres y niñas en la isla de Molokai. Allí cuidó al Padre
Damián, entonces ya famoso por su heroico trabajo entre los leprosos,
atendiéndolo mientras moría y continuando su trabajo entre los leprosos.
“Que
el testimonio de los nuevos santos, de su vida generosamente ofrecida
por amor de Cristo, hable hoy a toda la Iglesia, y su intercesión la
fortalezca y la sostenga en su misión de anunciar el Evangelio al mundo
entero”, concluyó Benedicto XVI la ceremonia de canonización.
(Fuente: http://palabradeobera.com.ar)
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