Son dioses con pies de barro
"Hay muchos que creyéndose dioses piensan no tener necesidad de más raíces ni cimientos que ellos mismos. Desearían decidir por sí solos lo que es verdad o no, lo justo o lo injusto, decidir quién es digno de vivir o puede ser sacrificado en aras de otras preferencias", expresó el Sumo Pontífice, para quien Cristo es la "alternativa" para "tantos que se han venido abajo en la vida porque los fundamentos de su existencia eran inconsistentes (...) tantos que se contentan con seguir las corrientes de moda, se cobijan en el interés inmediato, olvidando la justicia verdadera, o se refugian en pareceres propios, en vez de buscar la verdad".
Por los más vulnerables
"Queridos jóvenes: que el amor de Cristo por nosotros aumente su alegría y los aliente a estar cerca de los menos favorecidos. Ustedes, que son muy sensibles a la idea de compartir la vida con los demás, no pasen de largo ante el sufrimiento humano", fue la invitación del máximo jerarca de la Iglesia católica, para quien es importante luchar contra la pobreza, la exclusión, el maltrato de los niños, las mujeres y los ancianos, contra la desnutrición y la falta de acceso a la salud. Así como rechazar la idea de ver a los más vulnerables como un estorbo para la sociedad.
Una economía por y para el hombre
"La crisis económica actual es también una crisis de ética, sin ella la economía no puede funcionar. El hombre tiene que ser el centro de la economía y no al revés", dijo Benedicto XVI en su primer mensaje camino a España, un país donde el desempleo ronda el 20 por ciento y donde los más afectados por este problema son los jóvenes.
El camino correcto
"Queridos jóvenes, escuchad a Cristo, el único amigo que no defrauda. Sabemos que cuando no se camina al lado de Cristo nos dispersamos por otras sendas, como la de nuestros propios impulsos ciegos y egoístas, las propuestas halagadoras pero interesadas, engañosas y volubles que solo dejan el vacío y la frustración tras de sí".
Tiempos difíciles
El Papa aplaudió que tantos jóvenes deseen "escuchar la palabra de Dios" en un mundo en el que reinan "la superficialidad, el consumismo y el hedonismo, tanta banalidad a la hora de vivir la sexualidad, tanta insolidaridad y tanta corrupción". Y subrayó: "Sin Dios sería arduo afrontar esos retos".
Sobre la universidad
"A veces se piensa que la misión del profesor universitario es solo la de formar profesionales competentes y eficaces que satisfagan la demanda laboral (...) Ciertamente, cunde en la actualidad esa visión utilitarista de la educación (...) y cuando la utilidad y el pragmatismo inmediato se erigen como criterio principal, las pérdidas pueden ser dramáticas: desde los abusos de una ciencia sin límites, más allá de ella misma, hasta el totalitarismo político (...) La Universidad encarna un ideal que no debe desvirtuarse ni por ideologías cerradas al diálogo racional, ni por servilismos a una lógica utilitarista de simple mercado, que ve al hombre como mero consumidor".
La humildad es indispensable
"La humildad es una virtud indispensable, que protege de la vanidad, que cierra el acceso a la verdad", destacó el Papa.
"Hay muchos que creyéndose dioses piensan no tener necesidad de más raíces ni cimientos que ellos mismos. Desearían decidir por sí solos lo que es verdad o no, lo justo o lo injusto, decidir quién es digno de vivir o puede ser sacrificado en aras de otras preferencias", expresó el Sumo Pontífice, para quien Cristo es la "alternativa" para "tantos que se han venido abajo en la vida porque los fundamentos de su existencia eran inconsistentes (...) tantos que se contentan con seguir las corrientes de moda, se cobijan en el interés inmediato, olvidando la justicia verdadera, o se refugian en pareceres propios, en vez de buscar la verdad".
Por los más vulnerables
"Queridos jóvenes: que el amor de Cristo por nosotros aumente su alegría y los aliente a estar cerca de los menos favorecidos. Ustedes, que son muy sensibles a la idea de compartir la vida con los demás, no pasen de largo ante el sufrimiento humano", fue la invitación del máximo jerarca de la Iglesia católica, para quien es importante luchar contra la pobreza, la exclusión, el maltrato de los niños, las mujeres y los ancianos, contra la desnutrición y la falta de acceso a la salud. Así como rechazar la idea de ver a los más vulnerables como un estorbo para la sociedad.
Una economía por y para el hombre
"La crisis económica actual es también una crisis de ética, sin ella la economía no puede funcionar. El hombre tiene que ser el centro de la economía y no al revés", dijo Benedicto XVI en su primer mensaje camino a España, un país donde el desempleo ronda el 20 por ciento y donde los más afectados por este problema son los jóvenes.
El camino correcto
"Queridos jóvenes, escuchad a Cristo, el único amigo que no defrauda. Sabemos que cuando no se camina al lado de Cristo nos dispersamos por otras sendas, como la de nuestros propios impulsos ciegos y egoístas, las propuestas halagadoras pero interesadas, engañosas y volubles que solo dejan el vacío y la frustración tras de sí".
Tiempos difíciles
El Papa aplaudió que tantos jóvenes deseen "escuchar la palabra de Dios" en un mundo en el que reinan "la superficialidad, el consumismo y el hedonismo, tanta banalidad a la hora de vivir la sexualidad, tanta insolidaridad y tanta corrupción". Y subrayó: "Sin Dios sería arduo afrontar esos retos".
Sobre la universidad
"A veces se piensa que la misión del profesor universitario es solo la de formar profesionales competentes y eficaces que satisfagan la demanda laboral (...) Ciertamente, cunde en la actualidad esa visión utilitarista de la educación (...) y cuando la utilidad y el pragmatismo inmediato se erigen como criterio principal, las pérdidas pueden ser dramáticas: desde los abusos de una ciencia sin límites, más allá de ella misma, hasta el totalitarismo político (...) La Universidad encarna un ideal que no debe desvirtuarse ni por ideologías cerradas al diálogo racional, ni por servilismos a una lógica utilitarista de simple mercado, que ve al hombre como mero consumidor".
La humildad es indispensable
"La humildad es una virtud indispensable, que protege de la vanidad, que cierra el acceso a la verdad", destacó el Papa.
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