Ciudad del Vaticano, 29 mayo- Los santos, más que los poderosos, han llevado la esperanza a ciudades enteras como Carlos Borromeo a Milán en el tiempo de la peste y la Madre Teresa a Calcuta, según dijo hoy el papa Benedicto XVI durante el Regina Coeli, el rezo que sustituye el Ángelus en el tiempo de Pascua.
Ante miles de peregrinos y fieles, el papa comentó un pasaje de los Hechos de los Apóstoles cuando Felipe y otros discípulos fueron a predicar en Samaria "con la fuerza del Espíritu Santo, hicieron en los pueblos de Palestina lo que había hecho Jesús: predicaron la Buena Noticia y realizaron signos prodigiosos. Era el Señor el que estaba entre ellos".
Hoy como en el pasado -dijo- "mientras los poderosos de este mundo buscaban conquistar nuevos territorios por intereses políticos y económicos, los mensajeros de Cristo andaban por todas partes con el objetivo de llevar a Cristo a los hombres y los hombres a Cristo, sabiendo que sólo Él puede dar la verdadera libertad y la vida eterna".
El papa Ratzinger subrayó que: "Hoy también la vocación de la Iglesia es la evangelización, sea hacia la población que no han sido todavía regada por el agua viva del Evangelio; sea hacia a los que, teniendo antiguas raíces cristianas tienen necesidad de nueva savia para llevar nuevos frutos, y redescubrir la belleza y la alegría de la fe".
Y recordó al beato Juan Pablo II al que calificó como una gran "misionero" porque promovió la misión "ad gentes" y la nueva evangelización.
Después, el papa Benedicto XVI saludó a los presentes en italiano, francés, inglés, alemán, español y polaco.
Ante miles de peregrinos y fieles, el papa comentó un pasaje de los Hechos de los Apóstoles cuando Felipe y otros discípulos fueron a predicar en Samaria "con la fuerza del Espíritu Santo, hicieron en los pueblos de Palestina lo que había hecho Jesús: predicaron la Buena Noticia y realizaron signos prodigiosos. Era el Señor el que estaba entre ellos".
Hoy como en el pasado -dijo- "mientras los poderosos de este mundo buscaban conquistar nuevos territorios por intereses políticos y económicos, los mensajeros de Cristo andaban por todas partes con el objetivo de llevar a Cristo a los hombres y los hombres a Cristo, sabiendo que sólo Él puede dar la verdadera libertad y la vida eterna".
El papa Ratzinger subrayó que: "Hoy también la vocación de la Iglesia es la evangelización, sea hacia la población que no han sido todavía regada por el agua viva del Evangelio; sea hacia a los que, teniendo antiguas raíces cristianas tienen necesidad de nueva savia para llevar nuevos frutos, y redescubrir la belleza y la alegría de la fe".
Y recordó al beato Juan Pablo II al que calificó como una gran "misionero" porque promovió la misión "ad gentes" y la nueva evangelización.
Después, el papa Benedicto XVI saludó a los presentes en italiano, francés, inglés, alemán, español y polaco.
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