La Congregación para las causas de los santos analiza declarar "doctor de la Iglesia" católica a San Juan de Avila (1500-1569), el llamado "Apóstol de Andalucía", predicador y místico español que descendía de judíos conversos y fue amigo de San Ignacio de Loyola.
Unos 30 cardenales y obispos que integran la Congregación están muy cerca de aprobar esta declaración y designar al que será el trigésimo cuarto "doctor" en los 2.000 años de historia de la Iglesia, según un informe de la agencia francófona I media, especializada en información vaticana, que reprodujo Ansa.
Juan de Avila fue declarado santo en 1970 por el papa Paulo VI y entre sus predecesores como doctor, un título que rara vez concede la Iglesia, hay tres mujeres: Santa Teresa de Avila, Santa Catalina de Siena y Santa Teresa de Lisieux.
El anuncio lo podría realizar Benedicto XVI en agosto en ocasión de la jornada Mundial de la Juventud, que se desarrollará en Madrid.
Este título distingue a personalidades religiosas que mostraron en su vida y en sus obras particulares dotes de iluminación de la doctrina católica sea por fidelidad, divulgación o reflexión teológica.
En la nómina de los 33 figuran, entre otros, San Gregorio Magno; San Agustín, San Juan Crisóstomo, San Francisco de Sales y San Antonio de Padua.
El título de Santa Teresa de Lisieux, conocida también como Santa Teresita del Niño Jesús, lo proclamó Juan Pablo II el 19 de octubre de 1997, después del anuncio dado durante el viaje a Francia para la Jornada Mundial de la Juventud de París.
Ella fue la primera figura honrada con tal reconocimiento después de que, en 1972, Paulo VI bloqueó las concesiones del título de "doctor" o "maestro".
Juan de Avila, místico y escritor, amigo de Ignacio de Loyola y consejero de Teresa de Avila, fue un religioso muy estimado en la España del siglo XVI y escribió famosas cartas al Concilio de Trento sobre la situación de los sacerdotes. Tras siglos de olvido, su canonización despertó el interés en su figura.
El estudio de los informes sobre los futuros "doctores de la Iglesia" es una de las tareas de la Congregación para la Causa de los Santos y debe pasar además por la Congregación para la Doctrina de la Fe, que en este caso dio hace tiempo su opinión favorable.
La elección de anunciar la nueva proclamación esperará luego a Benedicto XVI, que podría hacerlo en ocasión de la Jornada de la Juventud en Madrid para después formalizar el reconocimiento mediante una Carta Apostólica.
Unos 30 cardenales y obispos que integran la Congregación están muy cerca de aprobar esta declaración y designar al que será el trigésimo cuarto "doctor" en los 2.000 años de historia de la Iglesia, según un informe de la agencia francófona I media, especializada en información vaticana, que reprodujo Ansa.
Juan de Avila fue declarado santo en 1970 por el papa Paulo VI y entre sus predecesores como doctor, un título que rara vez concede la Iglesia, hay tres mujeres: Santa Teresa de Avila, Santa Catalina de Siena y Santa Teresa de Lisieux.
El anuncio lo podría realizar Benedicto XVI en agosto en ocasión de la jornada Mundial de la Juventud, que se desarrollará en Madrid.
Este título distingue a personalidades religiosas que mostraron en su vida y en sus obras particulares dotes de iluminación de la doctrina católica sea por fidelidad, divulgación o reflexión teológica.
En la nómina de los 33 figuran, entre otros, San Gregorio Magno; San Agustín, San Juan Crisóstomo, San Francisco de Sales y San Antonio de Padua.
El título de Santa Teresa de Lisieux, conocida también como Santa Teresita del Niño Jesús, lo proclamó Juan Pablo II el 19 de octubre de 1997, después del anuncio dado durante el viaje a Francia para la Jornada Mundial de la Juventud de París.
Ella fue la primera figura honrada con tal reconocimiento después de que, en 1972, Paulo VI bloqueó las concesiones del título de "doctor" o "maestro".
Juan de Avila, místico y escritor, amigo de Ignacio de Loyola y consejero de Teresa de Avila, fue un religioso muy estimado en la España del siglo XVI y escribió famosas cartas al Concilio de Trento sobre la situación de los sacerdotes. Tras siglos de olvido, su canonización despertó el interés en su figura.
El estudio de los informes sobre los futuros "doctores de la Iglesia" es una de las tareas de la Congregación para la Causa de los Santos y debe pasar además por la Congregación para la Doctrina de la Fe, que en este caso dio hace tiempo su opinión favorable.
La elección de anunciar la nueva proclamación esperará luego a Benedicto XVI, que podría hacerlo en ocasión de la Jornada de la Juventud en Madrid para después formalizar el reconocimiento mediante una Carta Apostólica.
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