sábado, 2 de abril de 2011

Evangelio del día 2 de abril de 2011


Evangelio según San Lucas 18,9-14. Sábado de la III Semana de Cuaresma



Y refiriéndose a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, dijo también esta parábola: "Dos hombres subieron al Templo para orar: uno era fariseo y el otro, publicano. El fariseo, de pie, oraba así: 'Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos y adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago la décima parte de todas mis entradas'. En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se animaba siquiera a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: '¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador!'. Les aseguro que este último volvió a su casa justificado, pero no el primero. Porque todo el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado".



Comentario:



Oh Dios, ten piedad de este pobre pecador - San Andrés de Creta



Atiéndeme, Oh Cielo, y yo hablaré; Oh tierra, dad aire a las voces que se arrepienten ante Dios y le cantan alabanzas. Atiéndeme, Oh Dios mi Salvador, con tus misericordiosos ojos y acepta mi ferviente confesión. He pecado ante todos los hombres. Yo solo he pecado contra Ti; Pero Dios ten compasión, Oh Salvador, sobre tu criatura. Una corriente de pasiones me acosa, Oh compadécete Padre, me ofrezco también a Tí. Sed misericordioso conmigo, oh Salvador, en Ti confío. He oscurecido la belleza de mi alma con placeres de pasión y he reducido a fango mis pensamientos y mi mente. He desgarrado la vestidura que el Creador tejió para mí en los comienzos y por eso estoy yaciendo desnudo. Me he puesto un abrigo desgarrado, el cual la serpiente tejió para mí por desidia y estoy avergonzado. He mirado la belleza del árbol, y mi mente fue seducida; y ahora me encuentro desnudo, y estoy avergonzado. Todos los demonios de las pasiones me han seguido y por mucho tiempo me han tiranizado. He perdido la belleza de mi nacimiento y ahora me encuentro desnudo y estoy avergonzado. Los pecados que me desnudaron del ropaje tejido por Dios, han cosido sobre mí un vestido de pellejos. Estoy envuelto en una prenda de vergüenza, lo mismo que hojas de higuera en reprobación por mis pasiones egoístas. Oh Amor de los hombres, quien deseó la salvación de todos, en Tu bondad recuérdame y recíbeme arrepentido. Dad oídos a los suspiros y gemidos de mi alma, acepta las lágrimas de mis ojos, oh Salvador, y sálvame.



San Andrés de Creta (660-740), monje y obispo Gran Canon de la liturgia Bizantina para la Cuaresma 2ª oda

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