¿Crea un problema el anuncio de la próxima beatificación de Juan Pablo II?
— Un problema grave: el de un pontificado que avanzó a grandes pasos en el sentido errado, en la dirección del progresismo y de todo aquello que se llama “el espíritu del Vaticano II”. Por eso, no es sólo una consagración de la persona de Juan Pablo II sino también del Concilio y de todo el espíritu que lo acompañó.
¿Hay un nuevo concepto de santidad desde el Vaticano II?
— ¡Es de temerse! Es un concepto de santidad para todos, de santidad universal. Es verdad que hay una llamada, una vocación a la santidad hecha a todos los hombres; lo falso es rebajar la santidad a tal nivel, que lleva a pensar que todo el mundo va al cielo.
¿Cómo podría permitir Dios verdaderos milagros para refrendar una falsa doctrina, con motivo de las múltiples beatificaciones y canonizaciones hechas en los últimos decenios?
— Ése es el problema: ¿se tratará de verdaderos milagros? ¿Se tratará de prodigios? Para mí existen dudas. Estoy muy extrañado, por lo que puedo saber, por la ligereza con la que se manejan estas cosas.
Si las canonizaciones comprometen la infalibilidad pontificia, ¿se pueden desconocer los nuevos santos canonizados por el Papa?
— Es verdad que hay un problema en las actuales canonizaciones. Con todo, uno puede preguntarse si en la fórmula utilizada por el Sumo Pontífice existe una verdadera voluntad de comprometer la infalibilidad. En el caso de la canonización se cambió la fórmula, los términos son mucho menos expresivos que antes. Creo que eso va de la mano con la mentalidad nueva, que no quiere hacer definiciones dogmáticas comprometiendo la infalibilidad. Ahora bien, admitamos que estamos ante presunciones… No hay respuestas convincentes, excepto la de la intención de la autoridad suprema de comprometer o no su infalibilidad.
¿Uno puede elegir entre los santos recientemente propuestos a la veneración de los fieles? ¿Qué hay que hacer con el Padre Pío?
— Pienso que no hay que elegir. Sin embargo, siempre se podrá atender a los criterios que han sido universalmente reconocidos en el pasado. Así, cuando se está ante una devoción popular masiva —como es el caso del Padre Maximiliano Kolbe o el Padre Pío—, no debería generar dificultades. Reitero, aquí no hay más que opiniones, en razón de la ausencia de un juicio magisterial enunciado dogmáticamente.
¿Y Mons. Lefebvre? ¿Conoce Ud. ejemplos de gracias concedidas por su intercesión?
— Sí, se conocen, y se conocen bastantes. No sé si corresponden al orden de los milagros… tal vez sí en un caso u otro. En el caso de la curación de enfermedades no tenemos, que yo sepa, todos los documentos médicos necesarios. Muchas gracias se conceden por intercesión de Monseñor. No abundo más.
Entrevista a Monseñor Bernard Fellay, Superior General de la Fraternidad Sacerdotal San Pío 2 de febrero de 2011.
— Un problema grave: el de un pontificado que avanzó a grandes pasos en el sentido errado, en la dirección del progresismo y de todo aquello que se llama “el espíritu del Vaticano II”. Por eso, no es sólo una consagración de la persona de Juan Pablo II sino también del Concilio y de todo el espíritu que lo acompañó.
¿Hay un nuevo concepto de santidad desde el Vaticano II?
— ¡Es de temerse! Es un concepto de santidad para todos, de santidad universal. Es verdad que hay una llamada, una vocación a la santidad hecha a todos los hombres; lo falso es rebajar la santidad a tal nivel, que lleva a pensar que todo el mundo va al cielo.
¿Cómo podría permitir Dios verdaderos milagros para refrendar una falsa doctrina, con motivo de las múltiples beatificaciones y canonizaciones hechas en los últimos decenios?
— Ése es el problema: ¿se tratará de verdaderos milagros? ¿Se tratará de prodigios? Para mí existen dudas. Estoy muy extrañado, por lo que puedo saber, por la ligereza con la que se manejan estas cosas.
Si las canonizaciones comprometen la infalibilidad pontificia, ¿se pueden desconocer los nuevos santos canonizados por el Papa?
— Es verdad que hay un problema en las actuales canonizaciones. Con todo, uno puede preguntarse si en la fórmula utilizada por el Sumo Pontífice existe una verdadera voluntad de comprometer la infalibilidad. En el caso de la canonización se cambió la fórmula, los términos son mucho menos expresivos que antes. Creo que eso va de la mano con la mentalidad nueva, que no quiere hacer definiciones dogmáticas comprometiendo la infalibilidad. Ahora bien, admitamos que estamos ante presunciones… No hay respuestas convincentes, excepto la de la intención de la autoridad suprema de comprometer o no su infalibilidad.
¿Uno puede elegir entre los santos recientemente propuestos a la veneración de los fieles? ¿Qué hay que hacer con el Padre Pío?
— Pienso que no hay que elegir. Sin embargo, siempre se podrá atender a los criterios que han sido universalmente reconocidos en el pasado. Así, cuando se está ante una devoción popular masiva —como es el caso del Padre Maximiliano Kolbe o el Padre Pío—, no debería generar dificultades. Reitero, aquí no hay más que opiniones, en razón de la ausencia de un juicio magisterial enunciado dogmáticamente.
¿Y Mons. Lefebvre? ¿Conoce Ud. ejemplos de gracias concedidas por su intercesión?
— Sí, se conocen, y se conocen bastantes. No sé si corresponden al orden de los milagros… tal vez sí en un caso u otro. En el caso de la curación de enfermedades no tenemos, que yo sepa, todos los documentos médicos necesarios. Muchas gracias se conceden por intercesión de Monseñor. No abundo más.
Entrevista a Monseñor Bernard Fellay, Superior General de la Fraternidad Sacerdotal San Pío 2 de febrero de 2011.
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