Capítulo 1: De la oración mental en general
EMO Explicación del Método de Oración Mental
EMO 1 Capítulo 1
[De la oración mental en general y de la disposición del alma para la oración]
EMO 1,1 La oración mental es una ocupación interior, esto es, una aplicación del alma a Dios.
EMO 1,2 1. Se la llama así para distinguirla de la oración vocal, que es, en parte, una ocupación del cuerpo, puesto que se realiza con la boca, tanto como debe hacerse por la mente, que ha de aplicarse a ella.
EMO 1,3 2. Se la llama interior porque no es tan sólo una ocupación de la mente, sino que lo es de todas las potencias del alma; y porque, para ser del todo pura y sólida, se ha de practicar en el fondo del alma, es decir, en la parte más íntima del alma.
EMO 1,4 Puesto que si se realizara simplemente en el entendimiento o en la superficie del corazón, estaría fácilmente expuesta a muchas distracciones humanas y sensibles, que estorbarían el fruto de ella; y si esta ocupación de la mente no hubiera penetrado el alma, no sería sino pasajera y, por consiguiente, dejaría al alma en la sequedad y vacío de Dios.
EMO 1,5 Llámase a la oración mental una ocupación interior, porque en ella se ocupa el alma en lo que le es propio en esta vida, esto es, en conocer a Dios y amarlo 1 , y emplear todos los medios necesarios para conseguir estos dos fines.
EMO 1,6 Pero la principal ocupación del alma, en la oración mental verdaderamente interior, es llenarse de Dios 2 y unirse interiormente a Él; lo cual es para ella una especie de aprendizaje y un goce anticipado, por medio de la fe viva, de lo que debe hacer realmente durante toda la eternidad. Por este motivo se dice de esta oración mental que es aplicación del alma a Dios.
EMO 1,7 La oración consta de tres partes. La primera, es la disposición del alma para la oración, llamada propiamente recogimiento. La segunda parte es la aplicación al asunto de la oración. La tercera parte es la acción de gracias al final de la oración.
EMO 1,8 Se dice que la primera parte es la disposición del alma para la oración, porque estando la mente de los hombres, ocupada ordinariamente, casi todo el día, en cosas de suyo exteriores y sensibles, sale por este medio, en cierto modo, fuera de sí misma, y se contagia, por poco que sea, de las cualidades que tienen las cosas a las que se aplica.
EMO 1,9 Esto hace que cuando se quiere aplicarla a la oración mental hay que principiar por retirarla completamente de la aplicación a las cosas exteriores y sensibles, y no aplicarla sino a las cosas espirituales e interiores. Por ello se comienza aplicándose en ella a la presencia de Dios, y los actos de la primera parte, mientras duran, sirven para mantener y ocupar siempre en ella
la mente.
EMO 1,10 Así es como esta primera parte dispone a la oración mental, en cuanto la aplicación a la presencia de Dios, a la cual se ha aplicado uno inicialmente, y que es mantenida siempre en la mente por los actos de la primera parte, aparta al espíritu de las cosas exteriores, para no ocuparlo sino en el objeto cuya aplicación es la única capaz de retener el espíritu dentro de sí mismo y de hacerlo, por lo tanto, interior.
EMO 1,11 Pues la aplicación a Dios tiene de peculiar que, en la medida que ocupa la mente, en la misma rechaza de ella la aplicación a las criaturas; pues es incompatible con la aplicación a las cosas exteriores y sensibles, ya que Dios es espiritual 3 , y tampoco puede avenirse con la aplicación a las criaturas espirituales, porque Dios se halla infinitamente por encima de las cosas creadas, por muy desprendidas que estén de la materia y por muy perfectas que sean.
Y, como consecuencia necesaria, cuanto más se aplica un alma a Dios, tanto más se desprende de la ocupación a las criaturas; y, por consiguiente, del apego y afecto que les tenía; pues igual que lo uno produce lo otro, también la privación de lo uno en un alma causa necesariamente la privación de lo otro.
EMO 1,12 Y así es como insensiblemente, al llenarse el alma de Dios 4 , se desprende de las criaturas, y llega a ser lo que se llama interior, por la desocupación y el desprendimiento de las cosas sensibles y exteriores.
EMO 1,13 Y también por esta razón se llama recogimiento a la primera parte de la oración mental, porque sirve para desocupar la mente de las cosas exteriores, y para hacerla volver y mantenerla dentro de sí, y por consiguiente, para recoger el alma por medio de la aplicación a Dios y a las cosas puramente interiores.
EMO Explicación del Método de Oración Mental
EMO 1 Capítulo 1
[De la oración mental en general y de la disposición del alma para la oración]
EMO 1,1 La oración mental es una ocupación interior, esto es, una aplicación del alma a Dios.
EMO 1,2 1. Se la llama así para distinguirla de la oración vocal, que es, en parte, una ocupación del cuerpo, puesto que se realiza con la boca, tanto como debe hacerse por la mente, que ha de aplicarse a ella.
EMO 1,3 2. Se la llama interior porque no es tan sólo una ocupación de la mente, sino que lo es de todas las potencias del alma; y porque, para ser del todo pura y sólida, se ha de practicar en el fondo del alma, es decir, en la parte más íntima del alma.
EMO 1,4 Puesto que si se realizara simplemente en el entendimiento o en la superficie del corazón, estaría fácilmente expuesta a muchas distracciones humanas y sensibles, que estorbarían el fruto de ella; y si esta ocupación de la mente no hubiera penetrado el alma, no sería sino pasajera y, por consiguiente, dejaría al alma en la sequedad y vacío de Dios.
EMO 1,5 Llámase a la oración mental una ocupación interior, porque en ella se ocupa el alma en lo que le es propio en esta vida, esto es, en conocer a Dios y amarlo 1 , y emplear todos los medios necesarios para conseguir estos dos fines.
EMO 1,6 Pero la principal ocupación del alma, en la oración mental verdaderamente interior, es llenarse de Dios 2 y unirse interiormente a Él; lo cual es para ella una especie de aprendizaje y un goce anticipado, por medio de la fe viva, de lo que debe hacer realmente durante toda la eternidad. Por este motivo se dice de esta oración mental que es aplicación del alma a Dios.
EMO 1,7 La oración consta de tres partes. La primera, es la disposición del alma para la oración, llamada propiamente recogimiento. La segunda parte es la aplicación al asunto de la oración. La tercera parte es la acción de gracias al final de la oración.
EMO 1,8 Se dice que la primera parte es la disposición del alma para la oración, porque estando la mente de los hombres, ocupada ordinariamente, casi todo el día, en cosas de suyo exteriores y sensibles, sale por este medio, en cierto modo, fuera de sí misma, y se contagia, por poco que sea, de las cualidades que tienen las cosas a las que se aplica.
EMO 1,9 Esto hace que cuando se quiere aplicarla a la oración mental hay que principiar por retirarla completamente de la aplicación a las cosas exteriores y sensibles, y no aplicarla sino a las cosas espirituales e interiores. Por ello se comienza aplicándose en ella a la presencia de Dios, y los actos de la primera parte, mientras duran, sirven para mantener y ocupar siempre en ella
la mente.
EMO 1,10 Así es como esta primera parte dispone a la oración mental, en cuanto la aplicación a la presencia de Dios, a la cual se ha aplicado uno inicialmente, y que es mantenida siempre en la mente por los actos de la primera parte, aparta al espíritu de las cosas exteriores, para no ocuparlo sino en el objeto cuya aplicación es la única capaz de retener el espíritu dentro de sí mismo y de hacerlo, por lo tanto, interior.
EMO 1,11 Pues la aplicación a Dios tiene de peculiar que, en la medida que ocupa la mente, en la misma rechaza de ella la aplicación a las criaturas; pues es incompatible con la aplicación a las cosas exteriores y sensibles, ya que Dios es espiritual 3 , y tampoco puede avenirse con la aplicación a las criaturas espirituales, porque Dios se halla infinitamente por encima de las cosas creadas, por muy desprendidas que estén de la materia y por muy perfectas que sean.
Y, como consecuencia necesaria, cuanto más se aplica un alma a Dios, tanto más se desprende de la ocupación a las criaturas; y, por consiguiente, del apego y afecto que les tenía; pues igual que lo uno produce lo otro, también la privación de lo uno en un alma causa necesariamente la privación de lo otro.
EMO 1,12 Y así es como insensiblemente, al llenarse el alma de Dios 4 , se desprende de las criaturas, y llega a ser lo que se llama interior, por la desocupación y el desprendimiento de las cosas sensibles y exteriores.
EMO 1,13 Y también por esta razón se llama recogimiento a la primera parte de la oración mental, porque sirve para desocupar la mente de las cosas exteriores, y para hacerla volver y mantenerla dentro de sí, y por consiguiente, para recoger el alma por medio de la aplicación a Dios y a las cosas puramente interiores.
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