"Amen a Dios.
Y nunca lo echen de su alma.
¡Qué triste y sola se queda
el alma que despacha a su Dios!
Màs triste que una Iglesia cerrada
y que una tumba sin cruz
y que un campo sin espigas,
y un arroyo sin agua,
y una flor sin perfume".
Y nunca lo echen de su alma.
¡Qué triste y sola se queda
el alma que despacha a su Dios!
Màs triste que una Iglesia cerrada
y que una tumba sin cruz
y que un campo sin espigas,
y un arroyo sin agua,
y una flor sin perfume".
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