miércoles, 15 de septiembre de 2010

Por tu santísima cruz y muerte, líbrame del pecado y del infierno - San Agustín de Hipóna



Señor mío Jesucristo, que por la redención del mundo quisiste nacer, ser circuncidado, reprobado de los judíos, entregado por tu amigo, atado con sogas, inmolado como un cordero en el matadero, presentado ignominiosamente delante de Anás, Caifás, Pilato y Herodes, acusado por falsos testigos, maltratado con oprobios y azotes, escupido, coronado de espinas, ultrajado con bofetadas, golpeado con una caña, vendado el rostro, despojado de tus vestidos, clavado en la cruz y levantado en alto, colocado entre ladrones, abrevado con miel y vinagre y herido con la lanza. Tú, Señor, por esas tus santísimas penas que yo indigno medito, y por tu santísima cruz y muerte, líbrame del pecado y del infierno y llévame al paraíso donde llevaste al ladrón arrepentido. Que con el Padre y el santo Espíritu vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

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