sábado, 18 de septiembre de 2010

El último lugar de la humildad - San Antonio de Padua


Si te sientas en el último lugar de la humildad, temes al Señor, mantienes la fe y conservas la inocencia bautismal. Presta atención a estas cinco palabras: el Señor, Dios, Padre, la fe, el bautismo. Todo aquel que quiere oír: “Amigo, sube más arriba”, reflexione sobre la potencia del Señor, la sabiduría de Dios, la misericordia del Padre, la excelencia de la fe y el valor del bautismo. Reflexione sobre la potencia para temerla; sobre la sabiduría para gustarla; sobre la misericordia para confiar; sobre la excelencia de la fe para despreciar las cosas temporales; sobre el valor del bautismo para luchar siempre valerosamente.

Roguemos, pues, hermanos queridísimos, al Señor Jesucristo, para que nos haga sentar en el último lugar, guarde nuestro ánimo y nos haga subir hasta El, que es la gloria, en el reino de los comensales de su mesa.

Dígnese concedérnoslo aquel que está por encima de todos, obra en todos y está presente en todos; y que es el Dios bendito por los siglos eternos

Toda alma humilde responda: “¡Amén! ¡Aleluya!”.

(Domingo XVII después de Pentecostés)

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