Hermanos y hermanas en Jesucristo:
Deseo enviar mi saludo al pueblo de Sevilla, donde ayer fue beatificada la Madre María de la Purísima de la Cruz. Que la Beata María inspire a las jóvenes a seguir su ejemplo de amor incondicional a Dios y al prójimo.
Cuando el Beato John Henry Newman vino a vivir a Birmingham, dio el nombre de "Maryvale" a su primera casa en este lugar. El Oratorio que fundó está dedicado a la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen. Y puso bajo el patrocinio de María, Sedes Sapientiae, la Universidad Católica de Irlanda. De muchas maneras, vivió su ministerio sacerdotal con un espíritu de devoción filial a la Madre de Dios. Meditando acerca de su papel en el desarrollo del plan de Dios para nuestra salvación, llegó a exclamar: «¿Quién puede apreciar la santidad y la perfección de Aquella que fue elegida para ser la Madre de Cristo? ¿Qué dones debió tener, quien fue elegida para ser el único familiar más cercano en la tierra al Hijo de Dios, la única a quien Él estaba obligado por naturaleza a venerar y admirar; la escogida para guiarle y educarle, para instruirle día a día, a medida que crecía en sabiduría y en estatura?» (Parochial and Plain Sermons, II, 131-2). Porque fue agraciada copiosamente, la veneramos y, por la intimidad con su divino Hijo, buscamos lógicamente su intercesión en nuestras propias necesidades y las del mundo entero. Ahora, nos dirigimos a nuestra Madre Santísima con las palabras del Ángel y le confiamos las intenciones que llevamos en nuestro corazón.
[Traducción distribuida por la Santa Sede © Copyright 2010 - Libreria Editrice Vaticana]
Ángelus: 19 de septiembre
Deseo enviar mi saludo al pueblo de Sevilla, donde ayer fue beatificada la Madre María de la Purísima de la Cruz. Que la Beata María inspire a las jóvenes a seguir su ejemplo de amor incondicional a Dios y al prójimo.
Cuando el Beato John Henry Newman vino a vivir a Birmingham, dio el nombre de "Maryvale" a su primera casa en este lugar. El Oratorio que fundó está dedicado a la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen. Y puso bajo el patrocinio de María, Sedes Sapientiae, la Universidad Católica de Irlanda. De muchas maneras, vivió su ministerio sacerdotal con un espíritu de devoción filial a la Madre de Dios. Meditando acerca de su papel en el desarrollo del plan de Dios para nuestra salvación, llegó a exclamar: «¿Quién puede apreciar la santidad y la perfección de Aquella que fue elegida para ser la Madre de Cristo? ¿Qué dones debió tener, quien fue elegida para ser el único familiar más cercano en la tierra al Hijo de Dios, la única a quien Él estaba obligado por naturaleza a venerar y admirar; la escogida para guiarle y educarle, para instruirle día a día, a medida que crecía en sabiduría y en estatura?» (Parochial and Plain Sermons, II, 131-2). Porque fue agraciada copiosamente, la veneramos y, por la intimidad con su divino Hijo, buscamos lógicamente su intercesión en nuestras propias necesidades y las del mundo entero. Ahora, nos dirigimos a nuestra Madre Santísima con las palabras del Ángel y le confiamos las intenciones que llevamos en nuestro corazón.
[Traducción distribuida por la Santa Sede © Copyright 2010 - Libreria Editrice Vaticana]
Ángelus: 19 de septiembre
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