El papa Benedicto XVI decidió tomarse unos días de descanso en su residencia veraniega de Castelgandolfo, en las afueras de la ciudad de Roma. Alejado, tal vez, del formalismo que la Plaza San Pedro le regala, el sumo pontífice decidió descuidar "un poco" las formas y se dejo ver con un nuevo "look" mucho más “canchero”... más "moderno"...
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