sábado, 17 de abril de 2010

SS Benedicto XVI evoca "las heridas" de la Iglesia al llegar a Malta


LA VALETA — El papa Benedicto XVI evocó brevemente este sábado en el primer día de su visita a Malta "las heridas" de la Iglesia antes de referirse a la inmigración y de abogar por una "nueva evangelización" frente a las "amenazas que pesan sobre la dignidad del casamiento y de la familia".

"Malta ama al Cristo que ama a su Iglesia que es su cuerpo, mismo si este cuerpo está herido por nuestros pecados", dijo, durante un breve contacto con la prensa a bordo del avión que lo llevaba a La Valeta, en clara referencia a los escándalos de pedofilia que sacuden la Iglesia desde hace meses.

Presionado por la opinión pública para que reaccione ante la avalancha de revelaciones de abusos y sobre todo a "la omerta" que ha rodeado estos hechos en el seno de la Iglesia, el papa podría reunirse, con la mayor discreción, con un grupo de hombres que fueron víctimas de sacerdotes pedófilos en un orfelinato maltés en los años 1980.

Interrogado sobre el tema durante un punto de prensa este sábado por la noche, el portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, recordó que "este tipo de encuentros jamás se anuncian con anticipación". "Si antes de quitar Malta, se reúne con ellos, lo sabrán", dijo.

Según recientes revelaciones, 45 casos de pedofilia han sido denunciados ante la curia maltesa desde la creación de una comisión especial en 1999, de los cuales 26 han sido juzgados verídicos.

El Papa no evocó estos delitos una vez en Malta, defendió no obstante "las verdades morales fundamentales", en este país en donde los católicos representan el 95% de la población y en donde el divorcio está prohibido.

Malta tiene "un rol precioso en los debates actuales sobre la identidad, la cultura y la política europea", dijo en su discurso ante el presidente maltés George Abela.

"Vuestra nación debe continuar defendiendo la indisolubilidad del casamiento así como la verdadera naturaleza de la familia, como ya lo hace defendiendo el carácter sagrado de la vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural", dijo.

Al caer la noche, luego de recogerse en la gruta de San Pablo en Rabat, Benedicto XVI oró delante de una entusiasta multitud por "una nueva evangelización (...) frente a las numerosas amenazas que pesan sobre el carácter sagrado de la vida humana y sobre la dignidad del casamiento y de la familia".

Esta visita, la víspera del quinto aniversario de su pontificado, está puesta bajo el signo de San Pablo, quien según la tradición naufragó hace 1950 años frente a la isla que luego cristianizó.

El Papa aprovechó también para evocar el problema de la inmigración.

Benedicto XVI estimó que la inmigración no concierne únicamente a la isla de Malta "que está en la primera línea" y expresó el deseo de que los inmigrantes "encuentren un espacio de vida digno".

El Sumo Pontífice, sonriente y en apariencia distendido, recibió una calurosa bienvenida en la muy católica república de Malta. Según Lombardi, unas 100.000 personas descendieron a las calles para aclamar al Papa.

Cuando apareció al caer la noche en el balcón del palacio presidencial, Benedicto XVI fue aclamado por una multitud de jóvenes que le cantaron un "Feliz cumpleaños" luego de que el viernes festejara su aniversario 83.

Es la tercera vez que la isla de Malta recibe a un Papa. Juan Pablo II estuvo en 1990 y en 2001

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